Este artículo se publicó hace 4 años.
análisisAdelante Andalucía, ser o no ser
La coalición afronta una nueva etapa en la que se pondrá a prueba una cuestión fundamental: si se configura o no como una fuerza que acude con voz propia a todos los comicios
Sevilla-
Adelante Andalucía va a cumplir dos años en fechas próximas. La coalición de fuerzas de izquierdas y andalucistas que tiene 17 escaños de 109 en el Parlamento de Andalucía afronta ahora una nueva etapa, con retos importantes, algunos nuevos rostros e incertidumbres de calado. Todo ello en un contexto político muy diferente del que existía en 2018, cuando se cerró la confluencia.
Adelante nació debido al empeño y el esfuerzo de mucha gente –personificado sobre todo en Antonio Maíllo y Teresa Rodríguez– que quiso crear un instrumento de mayorías que fuese capaz, por un lado, de aglutinar toda la energía de las corrientes transformadoras, más o menos organizadas, que existen en Andalucía y también de multiplicar sus fuerzas, con el objetivo de disputarle el partido electoral al poderoso PSOE de Andalucía, que gobernaba la Junta desde su creación.
Las elecciones autonómicas de finales de 2018 arrojaron, sin embargo, un resultado inesperado, debido fundamentalmente a la abstención de la izquierda: una mayoría de derechas, junto a la ultraderecha, que irrumpía con voz propia en las instituciones por primera vez desde la transición, llevó al desalojo del PSOE del Gobierno, algo inédito, que no había sucedido en toda la historia de la autonomía.
Este fue el primer cambio relevante de contexto. De una pretendida alternativa de gobierno al PSOE por la izquierda, Adelante ha pasado de manera inevitable a compartir con los socialistas espacios de oposición a un gobierno del PP y Ciudadanos que, poco a poco, va imponiendo su programa y que, además, cuenta con los apoyos de la ultraderecha, a la que se ha dedicado a blanquear desde el primer día con algún grado de éxito.
El segundo cambio de paradigma, este aún más relevante en lo que afecta a las relaciones dentro de Adelante Andalucía, fue la entrada de Unidas Podemos en el Gobierno de España en una coalición con el PSOE. Las bases refrendaron esa operación de Pablo Iglesias y Alberto Garzón, en contra de lo que había venido defendiendo Teresa Rodríguez.
Ella manifestó entonces y sigue considerando hoy que hacer presidente a Pedro Sánchez y pasar a la oposición a negociar acuerdos, al modo en que se había pactado el fallido presupuesto de 2019, era el camino mejor para no asumir las contradicciones de los socialistas y poder arrancar "victorias para la gente".
Ese es el momento en que, coinciden las fuentes consultadas, se planta la semilla de la incertidumbre que hoy nubla el futuro de la coalición andaluza y que, más allá de desencuentros de tenor organizativo y de desacuerdos sobre la conveniencia o no de compartir espacios de Gobierno con el PSOE, se pueden resumir en una cuestión fundamental: ¿Adelante Andalucía se convertirá antes de las próximas convocatorias electorales en un "sujeto político propio de obediencia andaluza que en una lógica de colaboración con otros, mantenga una inconfundible lealtad al Pueblo Andaluz", como quiere Teresa Rodríguez y las fuerzas que piensan del mismo modo?
Se puede plantear esta misma encrucijada también de otras maneras: ¿Se presentará Adelante a las próximas elecciones, sean las que sean, como una fuerza cuya lealtad fundamental y su lógica de funcionamiento sea andaluza? ¿Lo hará como única alternativa por la izquierda al PSOE o competirá con otra papeleta, una de Unidas Podemos por ejemplo? ¿Podrían en ese caso presentarse las fuerzas que aglutina Rodríguez con el nombre de Adelante Andalucía?
Estas son hoy preguntas que no tienen respuesta.
Un manifiesto
El lanzamiento esta semana de un manifiesto llamado Es tiempo de Andalucía –aquí se puede leer íntegro– y que resume el sentir de Teresa Rodríguez y de la dirección saliente de Podemos, ha tensionado a las organizaciones presentes en la coalición y ha puesto de nuevo estos temas sobre la mesa. El documento no contó con el beneplácito de IU. Podemos, que todavía hoy controla Rodríguez y que a la espera de que llegue una nueva dirección, para no comprometerla, se abstuvo.
En él se exponen, como "premisas" que suponen "un horizonte claro hacia el que caminar", por un lado, el asunto del "sujeto político propio de obediencia andaluza". Es decir, que no esté sujeto a Madrid. Rodríguez lleva tiempo en la idea de conformar en Andalucía algo parecido a En Comú Podem.
Y, por otro, se plantea que la propuesta política de Adelante tiene que ser "alternativa en fondo y forma, ambiciosa", "que no tenga como aspiración alcanzar una pequeña cuota de poder supeditada a otros", "independiente" del "socialiberalismo que representan" los distintos gobiernos del PSOE en Andalucía. Luego, el documento aclara que no se permitirá "ni por acción" ni "por omisión" que la derecha "avance" en "su poder político, social e institucional.
Ello implicaría que, llegado el caso, en Andalucía, Adelante no conformaría un Ejecutivo de coalición con el PSOE andaluz ni tampoco permitiría que la derecha lo pudiera formar. Esta aparente paradoja tendría varias maneras de solucionarse. La preferida de Rodríguez es ganar las elecciones. Aunque ninguna encuesta, prospección sociológica ni sondeo pronostica un escenario como ese, la idea de ser alternativa está ahí desde el nacimiento de Adelante. ¿Por qué renunciar a ella? se ha preguntado Rodríguez en numerosas ocasiones. Otras posibilidades dependerían de los números que arrojen las elecciones.
El coordinador de IU, Toni Valero, y la dirección del partido en Andalucía no comparten este planteamiento de Rodríguez en lo que afecta al "sujeto político propio de obediencia andaluza", es decir independiente orgánicamente de Madrid. Este debate, en un nivel diferente de intensidad, pero en similares términos, ya se planteó antes de las últimas generales y Valero, aunque planteó alternativas, fue entonces claro al respecto: "Hay que ir a espacios federales, no confederales", dijo.
Aunque la posición de IU es federalista, y siempre lo ha sido, las fuentes consultadas recuerdan que el andalucismo y la defensa de Andalucía también han sido una de sus banderas históricas. Detrás de la defensa de Andalucía, un debate al que IU no está dispuesta a renunciar, analizan en la dirección de IU, existe la voluntad de ser independientes orgánicamente a Podemos e IU. Y eso, dado que IU es una fuerza fundadora de Adelante Andalucía, supone un problema que "lógicamente" IU no puede aceptar, aseguran las fuentes consultadas.
La conveniencia o no sobre un hipotético gobierno de coalición en Andalucía no se ha planteado en IU. Es algo extemporáneo en este momento. Sí ven clara en la dirección andaluza la consolidación "del frente de Colón", PP, Cs y Vox, indican las fuentes consultadas.
El relevo en Podemos
La presentación de este manifiesto ha llegado pocos días antes de que Teresa Rodríguez y su equipo dejen la dirección de Podemos en Andalucía y de que, por tanto, haya una nueva distribución de fuerzas en Adelante Andalucía. El proceso para la renovación de estos órganos arranca la semana próxima y concluye el 19 de junio. Según las fuentes consultadas, Podemos tiene todo amarrado para que el relevo sea tranquilo y que resulte en una dirección afín a las tesis de Iglesias.
Después de una entrada tampoco pacífica de Anticapitalistas, la formación a la que pertenece Rodríguez, un tanto apresurada, en opinión de IU, Adelante Andalucía está hoy formada por Podemos, IU, Primavera Andaluza e Izquierda Andalucista y Anticapitalistas. No existe en este momento la afiliación a Adelante. La militancia lo es de cada organización.
Las dos fuerzas andalucistas están alineadas con las tesis que impulsa Rodríguez de un "sujeto político propio de obediencia andaluza". IU, desde la defensa de Andalucía, apuesta por transitar senderos "federales", mientras que Podemos está a la espera de la elección de la nueva dirección, que previsiblemente asumirá las tesis defendidas hasta ahora por Iglesias, similares a las de IU. Así, este relevo y el camino que decida tomar, más o menos beligerante con los planteamientos de Rodríguez, va a jugar un papel relevante a la hora de resolver la cuestión fundamental de Adelante Andalucía, que remite al hamletiano dilema: Ser o no ser.
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