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Ábalos fue desahuciado del chalet de Cádiz que la trama de los hidrocarburos adquirió para él cuando dejó de ser ministro

La casa fue adquirida por el cabecilla de la trama del fraude de los combustibles, que ha sido detenido. Cuando Ábalos cesó como ministro y la Administración le denegó una licencia para su empresa, echó a Ábalos del inmueble.

Vistas de la localidad de La Alcaidesa, en Cádiz
Vistas de la localidad de La Alcaidesa, en Cádiz. Wikipedia

"Goblins, 50.000, casa"; "Elgran, 2.000.000". Estas anotaciones que los agentes de la UCO (Unidad Central Operativa de la Guardia Civil) hallaron en el ordenador de Víctor de Aldama, expresidente del Zamora C.F., en prisión provisional por la causa que investiga un fraude del IVA en hidrocarburos, son fundamentales dentro de la investigación del caso Koldo, sobre una presunta trama para vender mascarillas a las administraciones públicas durante la pandemia. 

Los agentes creen que "Goblins" es, en realidad, el exministro socialista José Luis Ábalos y que "Elgran" es el Grandullón, es decir, Koldo García, exasesor de Ábalos, investigado en el caso Koldo. Según los cálculos de la UCO, Koldo obtuvo esos dos millones de euros que marcan los apuntes contables de Aldama. 

También le dan credibilidad al otro apunte, al referido a "Goblins" y a una casa de medio millón de euros. La Guardia Civil ha localizado el inmueble y conoce todos los pormenores que lo rodean, desde que fue adquirido por Claudio Rivas —uno de los cabecillas de la supuesta trama de los hidrocarburos—, hasta que este desahució a Ábalos. Una historia que ahora puede enviar al exministro hasta el Tribunal Supremo para ser imputado en el caso Koldo.

La casa en cuestión es de lujo, con 350 metros cuadrados, frente al mar, en la urbanización gaditana La Alcaidesa, ubicada entre Sotogrande y La Línea de la Concepción. Es una zona de alto poder adquisitivo. 

El usuario final de la casa

Según el último informe que la UCO ha hecho llegar al juez de la Audiencia Nacional Ismael Moreno sobre el caso Koldo, José Luis Ábalos eligió el chalet pero no lo pagó. "Existen múltiples evidencias que confirmarían el uso real del mismo por parte de Ábalos, llegando incluso a disponer de la propiedad para ponerla en alquiler y poder obtener así rendimientos económicos de la misma", consta en el informe de la UCO.

Ábalos fue el "usuario final" de una casa cuya compra empezó a gestarse a los pocos días de que la empresa de la trama, Soluciones de Gestión, de Víctor de Aldama, formalizara los contratos de mascarillas con varias administraciones públicas, entre ellas, el Ministerio de Transportes que dirigía entonces Ábalos. Los agentes creen que este tuvo un "papel relevante" en dicha trama, gestionando personalmente alguno de los contratos, que permitieron un beneficio para Aldama de 6,6 millones de un montante de negocio de 54 millones. 

Ocho meses buscando casa en la playa 

A través de mensajes en el móvil y de correos electrónicos, Ábalos y su exasesor Koldo García empezaron a intercambiar anuncios de casas en la playa, en la costa de Cádiz y de Málaga, a los pocos días de formalizarse el contrato con la secretaría de Estado de Seguridad, el 26 de abril de 2020, en lo peor de la pandemia. "Por favor, mira los dos últimos que te mandé, por que (sic) quiero verlos y voy a mandar correos ahora con los mejores por situación y por tamaño", le instaba Koldo a su jefe.

Finalmente Ábalos se decantó por un anuncio de una casa con vistas al mar y un precio de 599.000 euros, en La Alcaidesa, cuya venta se formalizaría en junio de 2021.

La UCO se percata en su informe de la estrategia seguida por Víctor de Aldama: en vez de pagar él la casa para el ministro decide cederle la compra a uno de sus socios, el empresario Claudio Rivas, vinculado a la compañía comercializadora de combustible Villafuel, SL. Rivas ha sido detenido, junto con Aldama, por el fraude del IVA de una trama de hidrocarburos esta semana. 

La estrategia de Víctor de Aldama

Fue Claudio Rivas el que firmó el contrato de arras para reservar la vivienda, el 19 de abril de 2021, 52.000 euros, a través de la sociedad Nextomega Trade SL, dedicada al comercio al por mayor de combustibles. La totalidad de las acciones pertenecen a la mercantil Still Growing SL, administrada por la hermana de Claudio, también detenida en la operación por el fraude de los hidrocarburos. 

Para los agentes de la UCO la casa de La Alcaidesa guarda relación directa tanto con las adjudicaciones públicas en el negocio de las mascarillas de la empresa Soluciones de Gestión como con las gestiones emprendidas por los responsables de Villafuel para lograr el título de operador en el sector de los hidrocarburos, que dependía del Ministerio de Industria. 

Aldama logró que fuera Rivas el que corriera con los gastos de la casa para Ábalos, según se desprende del informe de la UCO, aprovechándose así de que quería usar la influencia de Ábalos y de Koldo en la Administración Pública.  

De hecho, Koldo García intervino para facilitar una reunión entre Rivas y el director de gabinete del Ministerio de Industria para tratar el tema de la habilitación para Villafuel, según la UCO. 

El BOE lo estropeó todo

El 9 de junio de 2021, la sociedad Have got Time SL, vinculada a Claudio Rivas, firmó el contrato de compraventa de la casa de La Alcaidesa, por 526.000 euros. Y Ábalos ocupó el chalet. Pero justo un mes después, el BOE publicó su cese como ministro de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana, y al día siguiente se produjo también el cese de Koldo García como asesor del ministerio. 

"De esta manera, cuando Ábalos ya no era titular del citado departamento ministerial, y la gestión de Koldo para promover que
ese título fuera concedido a Villafuel resultó fallida, Claudio Rivas  comunicó a Aldama que Ábalos debía dejar de disfrutar de ese inmueble", dice la UCO. 

Rivas, enfadado porque no había logrado la habilitación para su empresa, intercambió mensajes con Aldama hablando del "desahucio" de José Luis Ábalos; y en diciembre de 2021 la empresa Have got time envió un burofax al exministro con una reclamación sobre el pago de las mensualidades de agosto, septiembre, octubre y noviembre de la casa de La Alcaidesa. 

Koldo García se quejó a Aldama del burofax y del tono empleado, a lo que el empresario le respondió que era una solo una formalidad, "para dar apariencia de legalidad y cubrirse ante alguna eventualidad", pero el dueño de la casa iba en serio y comunicó a su socio que iba a empezar a tramitar el desahucio "antes de que vengan líos".

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