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Rajoy despide a Barroso con la vista puesta en un sucesor socialista

El presidente del Gobierno deja en manos de Merkel la elección del próximo presidente de la Comisión Europea. El PP evitará proponer un candidato español en el congreso de Dublín

ANA PARDO DE VERA

El presidente del Gobierno recibe hoy en La Moncloa al ídem de la Comisión Europea y aunque la reunión tiene la importancia que tiene para el Ejecutivo -lograr un nuevo apoyo relevante y público a sus reformas después del que brindó a Mariano Rajoy el presidente de EEUU, Barack Obama-, José Manuel Durao Barroso ya es un presidente con un pie en la puerta, tras una década al frente de la Comisión Europea y una más que cuestionada gestión de la crisis del euro y el auge del euroescepticismo.

La sucesión de Barroso está en marcha, y aunque no se prevé que Rajoy y el conservador portugués aborden el asunto en su reunión-almuerzo, éste la sobrevolará irremediablemente. Con todo, el presidente del Gobierno y del Partido Popular, miembro del PP Europeo mayoritario en la Eurocámara y al que pertenece también Barroso, está decidido a pasar de perfil por un tema clave para la Unión Europea: la designación del presidente de la Comisión Europea, posterior a las elecciones de finales de mayo.

En el PP reconocen que España no tiene 'ninguna posibilidad' de que un candidato de nuestro país sea el elegido, por lo que el partido no propondrá ningún nombre en el congreso del PP Europeo que designará al elegido y que se celebrará en Dublín los días 6 y 7 de marzo. Tampoco lo hizo el PSOE, que optó por la candidatura del presidente del Parlamento Europeo, el socialdemócrata alemán Martin Schulz, número uno asimismo de la lista del Partido Socialista Europeo, a la que pertenecen los españoles.

Como en tantas otras cosas, admiten los conservadores, es la canciller alemana la que inclinará la balanza hacia el candidato del PPE y Angela Merkel, según ha informado ya hace tiempo la prensa de Berlín, quiere a un candidato que sea primer ministro en activo o, mejor aún, de algún país del norte. De las quinielas surgen todavía demasiados nombres como para pensar que hay algo decidido (el polaco Donald Tusk, el finlandés Jyrki Katanien o el irlandés Enda Kenny). Quien sí se ha postulado abiertamente hace dos días ha sido el comisario francés de Regulación Financiera, el francés Michel Barnier, informó Reuters.

Lo que sí crea una situación inédita, que ha sido recogida en los últimos días por los medios alemanes, es la candidatura de un alemán socialdemócrata justo cuando Merkel acaba de cerrar la gran coalición CDU-SPD para cuatro años. Martin Schulz, admiten los analistas, sería un buen presidente de la Comisión para los intereses de Merkel, centrados en una reforma europea en donde Schulz suavizaría el escepticismo europeo sobre la austeridad de Merkel con su discurso social. Precisamente, este último beneficiaría a Rajoy más que la línea clásica conservadora (reducción del déficit como prioridad absoluta), por lo que ni el presidente ni el PP verían con malos ojos que el Consejo Europeo proponga el nombre del candidato socialdemócrata para ser ratificado por el Parlamento Europeo. Todo dependerá, en cualquier caso, del resultado de las elecciones de mayo, que en España se celebrarán el 25 de mayo.

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