Opinión
Contra el “Yo sí te creo”
![EuropaPress_5813653_varias_mujeres_manifestacion_8m_marzo_logrono_rioja_espana_dia Varias mujeres durante la manifestación del 8M, en Logroño, La Rioja.](https://imagenes.publico.es/files/image_horizontal_mobile/uploads/2025/01/28/6798f32e7f8ee.jpeg)
![Ana Bernal-Triviño](https://imagenes.publico.es/files/avatar/uploads/2024/12/09/6756b5cbe3b6f.jpeg)
Periodista
-Actualizado a
Que “Yo sí te creo” va contra la justicia y la presunción de inocencia. ¡Toma ya! Es la idea que está resurgiendo tras el caso Errejóneen columnas y tertulias. Y una no deja de preguntarse qué hay detrás para manipular con tanto descaro.
Empezamos. “Yo sí te creo” no fue un grito político ni de un partido. Fue un lema de mujeres en la calle manifestándose. Y el contexto fue la sentencia a la víctima de La Manada, donde un juez veía jolgorio y no una violación. Es en ese y no en otro momento cuando nace este lema.
¿Estaban esas mujeres en contra de la presunción de inocencia? No. ¿En contra de la justicia? No. Estaban señalando una injusticia. Era un grito por las víctimas que han reconocido no ser tomadas en serio ni ser creídas. Se pedían medidas legislativas reconocidas en el Convenio de Estambul, firmado por España. En 2019 Naciones Unidas pidió explicaciones al Gobierno sobre los estereotipos de género en casos de agresión sexual, dado que había sentencias que reflejaban “una interpretación de la legislación por parte de la justicia discriminatoria”.
De ahí nace “Yo sí te creo”, que no es creer a ciegas ni eliminar el beneficio de la duda. ¿Por qué se decía, entonces, “Yo sí te creo”? Porque la falta de credibilidad de entrada en los testimonios de las mujeres ha ocasionado ya demasiadas veces un daño a su derecho a una tutela judicial efectiva. Es demostrable que se ha dudado de las palabras de las mujeres en sentencias y que eso ha llevado a archivos, a no investigar lo suficiente o a no interpretar con justicia con perspectiva de género, poniendo en riesgo sus vidas. Si de entrada no crees que pueda haber pasado lo que ella relata, que no es creer a ciegas, no vas a investigar, no vas a pedir informes o medidas de protección.
Recuerdo el daño inicial a la víctima de La Manada. Recuerdo cuando la justicia no creía a Ángela González Carreño tras 50 denuncias y su hija acabó asesinada por su padre. Recuerdo que tampoco creyeron a la madre de Nerea y Martina, dos hijas asesinadas por su padre. Recuerdo que se negó la violencia psicológica a Ruth Ortiz, madre de los hijos asesinados por José Bretón. Ese es el riesgo de frivolizar. “Yo si te creo” no sentencia. “Yo sí te creo” pide que el testimonio tenga validez para que sea investigado sin prejuicios. Y eso viene hasta en los informes del Defensor del Pueblo.
Aquel “Yo sí te creo” impulsó la ley de libertad sexual. Ley respaldada en cuanto a la presunción de inocencia desde el Consejo General del Poder Judicial a Mujeres Juezas, que recuerda que sin perspectiva de género el derecho penal no sirve a las mujeres y que la ley no es contraria a la presunción de inocencia. Lo ha dicho también mil veces el juez Joaquim Bosch, que los testimonios anónimos en redes o que las acusaciones que una mujer lleve ante la justicia no suponen una merma de ese derecho. Derecho que solo opera ahí, en el proceso judicial.
Cuando Errejón o cualquier acusado está ante la justicia no se encuentra con una sentencia sin un juicio. Lo hay, se le escucha, se piden pruebas o testigos. La sufragista Emmeline Pankhurst decía que “no queremos quebrantar las leyes, queremos redactarlas y refrendarlas”. Y queremos que se investiguen las denuncias. Y quizás ahora lo que relatamos como violencia no sea delito, pero antes tampoco lo era el consentimiento ni la violencia de género. Y que antes no fuera delito no significa que no hubiera víctimas.
![Contra el “Yo sí te creo”, por Ana Bernal Triviño Contra el “Yo sí te creo”, por Ana Bernal Triviño](https://imagenes.publico.es/files/image_horizontal_mobile/uploads/2025/01/29/679a3c5cf212d.jpeg)
La pregunta que debemos hacernos es ¿qué interés oculto hay detrás de quienes manipulan ese “Yo sí te creo”? ¿Qué interés buscan quienes mienten creando un peligro que no existe? ¿Qué interés hay detrás de mezclar el relato activista, periodístico y judicial? ¿Es callar a las mujeres? ¿Es querer eliminar leyes? ¿Es querer disfrazar un movimiento reaccionario de falso progresismo? ¿Es querer acabar con el feminismo? ¿Es por dinero, es por política, es por fama?
Cuando alguien acuse al “Yo sí te creo” de ir contra la presunción de inocencia, hagan estas preguntas. Quienes creímos a la madre de Martina y Nerea, a Ángela González Carreño o a la víctima de la Manada el tiempo demostró que teníamos razón. Y ojo, que para ser creídas algunas han pagado con la vida de sus propias hijas. No sé cómo se puede tener la desfachatez de vender un falso peligro de “Yo sí te creo” que solo pide una mejor justicia pero callan el peligro del machismo. Quizás por algo tan sencillo como que forman parte de él.
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