Opinión
Más PSOE y más territorio
Directora corporativa y de Relaciones institucionales.
"Si España hubiera pasado a la final de la Eurocopa, probablemente este sábado no se habrían conocido los cambios de Pedro Sánchez en su Gobierno", comentábamos este sábado en la tertulia improvisada de El Suplement, de Catalunya Rádio. El presidente ha vuelto a dar la sorpresa eligiendo el momento entre los previsibles a corto plazo, ya que, aunque llevaba haciendo consultas hace tiempo sobre este movimiento, que se preveía, como muy tarde, a la vuelta de agosto, no era este sábado ni esta semana cuando se esperaba con varios ministros salientes con la agenda hecha para todo el mes de julio. ¿Lo aceleró la polémica del "chuletón"? ¿Las leyes trans o del solo sí es sí?
Todo suma para un jefe del Ejecutivo que ha vuelto a confirmar que la política es el más ingrato de los oficios. Véanse si no, la serie francesa Baron Noir y las salidas de Carmen Calvo, exvicepresidenta primera y exministra de la Presidencia; José Luis Ábalos, exministro de Transporte, que además, abandonaría la Secretaría de Organización del PSOE en el próximo Congreso Federal de octubre, e Iván Redondo, exdirector de Gabinete y todopoderoso en La Moncloa por excelencia, aunque Redondo habría pedido a Sánchez su salida hace tiempo para emprender otros proyectos, según ha explicado a Público y otros medios y se recogerá en un libro terminado hace tiempo, escrito por el periodista catalán Toni Bolaño y cuya publicación se prevé próxima sobre el atípico exdirector de Gabinete de Sánchez: "A veces, en la política, en la empresa, como en la vida, además de saber ganar, saber perder, hay que hacer algo mucho más importante: saber parar". "¡Toca descansar!", ha subrayado en un mensaje escrito.
Ábalos, Calvo y Redondo han estado con Sánchez desde el otro fatídico 1 de ocubre de 2016 en Ferraz, sábado también, cuando Susana Díaz y sus incondicionales lo echaron -sic- de la sede de la madrileña calle Ferraz, cuando era secretario general y rechazaba que el PSOE se abstuviera para dar el Gobierno a Mariano Rajoy, como así ocurrió solo 28 días después del bochornoso espectáculo de los socialistas.
Pedro Sánchez, aprovechando la crisis de Gobierno, muy profunda aunque no afecta a su estructura salvo en el recorte de vicepresidencias (de cuatro a tres), ha dado asimismo un vuelco al PSOE, apostando por ministros y ministras fajados en la vida orgánica del partido y en la gestión pública de todo ámbito y trasladando a la Dirección de su Gabinete -el Ministerio en la sombra- a uno de los nombres más relevantes de Ferraz en la etapa de José Luis Rodríguez Zapatero, Óscar López, que actualmente presidía Paradores, apartado del núcleo duro de Sánchez por haber apoyado a Patxi López en las primarias del PSOE en 2014. Ocurre lo mismo con Pilar Alegría, ya ministra de Educación, e Isabel Rodríguez, nueva ministra de Política Territorial y portavoz del Gobierno, que apoyaron entonces a la perdedora Susana Díaz, hoy también fuera del liderazgo del PSOE andaluz. Este hecho también habría sumado en la nueva composición del Ejecutivo y en su anuncio antes de lo esperado. El diplomático de carné socialista, José Manuel Albares, regresa asimismo de la Embajada de España en Francia y ocupará la cartera de Exteriores.
El presidente del Gobierno mira así también al Congreso Federal del PSOE, que se celebrará en octubre, y en el que pretende la plena reunificación, el protagonismo territorial y la reactivación de las encuestas a favor de los socialistas, explican fuentes cercanas a él. Las nuevas incorporaciones de Rodríguez (alcaldesa de Puertollano, Ciudad Real, Castilla-La Mancha), Alegría (delegada del Gobierno en Aragón), Raquel Sánchez (alcaldesa de Gavà, Barcelona, Catalunya), como ministra de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana, o Diana Morant (alcaldesa de Gandia, Valencia, País Valencià), ministra de Ciencia e Innovación, son la demostración palpable de que las últimas encuestas habían encendido una alerta roja en Sánchez sobre la pérdida de apoyos en los territorios en favor del PP y por culpa de la madrileñización del discurso del Gobierno, en buena parte, por la irrupción del fenómeno Ayuso durante lo peor de la pandemia.
En este sentido, el traslado de Miquel Iceta, desde Política Territorial a Cultura y Deportes, ha sido una sorpresa, sobre todo, por ser una persona muy leal a Sánchez -aunque como Ábalos, Calvo o Redondo- y del PSC, en pleno intento de resolución del conflicto catalán. El presidente no solo saca a Iceta de un Ministerio clave en las relaciones con las comunidades autónomas, sino que le impide estar en la mesa de negociación prevista con la Generalitat de Catalunya. Los vaivenes de Iceta, no obstante, con la situación catalana -a favor del 155, presente en manifestaciones del unionismo español del PP, Vox y Ciudadanos, pero a favor de los indultos y el diálogo- lo han convertido en un político rechazado unánimente por ERC, que siempre lo ha querido fuera de cualquier mesa de encuentro. Su relación con Oriol Junqueras, líder de Esquerra y preso del procés, es particularmente mala. No obstante, Iceta siempre será un "asesor nuclear" de Sánchez, subrayan las fuentes consultadas.
Una crisis de Gobierno enfocada, por un lado y así lo subrayó Sánchez en su comparecencia, a la gestión feminista y verde de los fondos europeos, con Nadia Calviño como vicepresidenta económica y coordinadora de este área´y con Félix Bolaños como hombre fuerte del partido y experto jurídico del Gobierno, además de con Yolanda Díaz como vicepresidenta segunda en Trabajo, y Teresa Ribera, que continúa en Transición Ecológica y ocupará la Vicepresidencia Tercera. Una crisis de Gobierno centrada, asimismo y tras el desgaste de la gestión de la pandemia, en la recuperación del PSOE como "el partido más parecido a España", en palabras de Sánchez y otrora, de Zapatero, y en el proyecto plurinacional en la gestión territorial transversal de todas las políticas.
La coalición del Gobierno parece mantenerse firme, además, después que Sánchez se reuniera y comunicara todos los cambios a Díaz, número tres del Ejecutivo ahora, y sacara a Calvo del Consejo de Ministros tras su pésima gestión con la ley trans impulsada por el Ministerio de Igualdad de Irene Montero, que como todos los titulares de UP, incluido Alberto Garzón, ministro de Consumo, pese a los ataques desproporcionados que ha sufrido esta semana a golpe de chuletones. El Gobierno gana asimismo en representación feminista (las mujeres son un 63%) y ya tiene a Pilar Llop, expresidenta del Senado y jueza experta en violencia de género, en la cartera de Justicia, algo que solo nos cabe celebrar.
En la cabeza del presidente, es todo una buena idea y sin duda, la reforma es de gran calado y con las más ambiciosas intenciones. El tiempo dirá.
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