Opinión
Promociones Moreno Bonilla


Por David Bollero
Periodista
Juan Manuel Moreno Bonilla ha incrementado un 140% el gasto de la Junta en publicidad institucional y patrocinios. El dato es demoledor. Ha multiplicado por casi 2,5 lo que gastaba el PSOE de Susana Díaz: el gobierno socialista invertía 19,3 millones de euros al año, el PP más de 46 millones al año. Lo peor ya no es sólo que se dispare este gasto sin transparencia alguna, es que ni siquiera sus frutos revierten en la sociedad.
La promoción del turismo es el subterfugio empleado por Moreno Bonilla para justificar el dispendio de dinero público. De hecho, es la partida a la que va a parar más dinero y no sorprende, considerando que sólo a promocionar la Gran Procesión por el Jubileo de las Cofradías que tendrá lugar en Roma, en mayo, destinará la friolera de dos millones de euros.
Al profundizar en esas partidas, destacan aumentos del gasto desorbitados. Si el Campeonato Mundial de Motociclismo (FIM Road Racing World Championship) costó al año 9,3 millones entre 2016-2018 y 10,3 millones entre 2019-2021, en el periodo 2022-2025 se ha disparado hasta los 16 millones.
Las sospechas de que no se está realizando una correcta gestión no se motiva únicamente por las cifras que conocemos, sino también por las que no conocemos. De hecho, la propia Cámara de Cuentas reprocha al Gobierno andaluz su falta de transparencia. ¿Cómo es posible que la información relativa al gasto en publicidad y patrocinios de Turismo y Deporte de los primeros cuatrimestres de 2023 y 2024 sea “de acceso restringido” en el Boletín Oficial de la Junta de Andalucía? Pueden suponer una diferencia de 20 millones de euros más.
Por si esto no fuera poco, también desconocemos la información relativa a la publicidad institucional y ayudas a los medios de comunicación, así como la de los contratos menores a los que es tan aficionado Moreno Bonilla y que pueden sumar hasta 30.000 euros por contrato. No sorprenden las airadas reacciones del PP cuando desde el Gobierno de España se iniciaron los trámites para la reforma de la ley de publicidad institucional. Los populares no quieren que salgan a la luz situaciones como las que se viven en Madrid, donde la presidenta Isabel Díaz Ayuso esquilma las arcas públicas con prebendas a webs de desinformación y sin audiencia para que republiquen las notas de prensa del PP.
Comunidades y ayuntamientos del PP son expertos en esto de abrir el grifo del dinero público para el autobombo. Si el presidente andaluz no tiene el menor escrúpulo a la hora de manejar Canal Sur como Tele Bonilla, imaginen lo que hará con el dinero que oculta al escrutinio, incluso, de la Cámara de Cuentas. No sorprende que los comités de empresa de hasta una decena de televisiones autonómicas se hayan unido contra esta manipulación.
Por otro lado, el argumento que la derecha acostumbra a esgrimir para justificar el derroche de dinero público en publicidad institucional y patrocinios cae por su propio peso. “Hay que sembrar para recoger” defienden en referencia a que por cada euro gastado retornan muchos más de beneficio. Sin embargo, ¿realmente es así? Las estadísticas no dicen que no, al menos, para la clase trabajadora que financia el dispendio y padece los efectos de una turistificación desbocada. Un reciente informe de CCOO advierte de cómo Andalucía sufre “la mayor inflación y el menor crecimiento de los sueldos respecto al resto de España”.
Durante los gobiernos de Moreno Bonilla, los salarios han subido menos que el IPC, lo que ha propiciado que se agrave la pérdida de poder adquisitivo. Cuando la Junta de Andalucía afirma que, por ejemplo, los premios Grammy Latinos celebrados en Sevilla en 2023 supusieron un retorno de más de 116 millones de euros (de los que hay que descontar los casi 20 millones gastados en la gala más otros tantos millones asociados), ¿a dónde han ido a parar? En una mejora laboral es evidente que no, dado el informe de CCOO. En una mejora del acceso a la vivienda en Sevilla tampoco, considerando que el precio de las VPO en el feudo de PP-Vox asciende a los 350.000 euros
Parece que sembrar, sembramos todos y todas, pero los frutos únicamente los disfrutan unos pocos. Imaginen que sólo para determinar cuantitativa y cualitativamente el retorno mediático y económico de los Grammy y de la marca Andalucía, la Junta pagó a una empresa más de 35.000 euros.
El manido símil del cortijo para ilustrar la gestión de los gobernantes aplica a la perfección cuando dirigimos la mirada a Andalucía. La clase trabajadora financia, padece y levanta actividades que auguran riqueza para la región pero, a la hora del reparto de esos beneficios, queda excluida. Todo ello en un clima de opacidad, de ocultación del gasto que, incluso, afea –sin sancionar– la Cámara de Cuentas. Cuanto se gasta en publicidad institucional y patrocinios sin control ni rendir cuentas es dinero que se hurta a la Sanidad o la Educación. Sabemos que, en cierto modo, nos roban, pero ni siquiera sabemos cuánto y, aún peor, para un autobombo dirigido a seguir haciéndolo.
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