Opinión
Europa en el precipicio o el nacimiento de una nueva europeidad
Profesora de Ciencia Política y Estudios Europeos en la UCM.
Venía cargada la agenda de esta semana del Consejo de Asuntos Exteriores de la UE. El último que, por cierto, presidirá Borrell como Alto Representante. Tres grandes temas a abordar los días 17 y 18 de octubre: la paz en Ucrania, la política de inmigración de la UE y búsqueda de la desescalada en Oriente Medio. Las respuestas que se vayan a dar de estos tres temas determinarán a buen seguro la hoja de ruta de un nuevo ciclo político donde se ven ya cuáles serán las líneas de trabajo de la Comisión presidida por la inefable Úrsula von der Leyen.
Para empezar por el principio, Ucrania. Tras la cancelada reunión de la pasada semana en Ramstein, esta vez sí, Zelenski ha podido presentar su llamado Plan de la Victoria ante sus aliados. Este plan se sostiene sobre la idea del aumento de la presión sobre Rusia y el fortalecimiento militar de Ucrania, esto es, recibir más armas y la autorización expresa de los aliados para usarlas en territorio ruso. El objetivo, que Ucrania llegue con mayor fortaleza a una potencial mesa de negociación de cara al 2025. Para ello, siempre según Zelenski, lo realmente disuasorio sería que Ucrania entrara lo antes posible en la OTAN. Y ahí es cuando el flamante secretario general de la OTAN, Mark Rutte ha dado un respingo.
Porque la propuesta de Zelenski viene acompañada de intentar conseguir unas garantías de seguridad para Ucrania. Unas garantías de seguridad que no le fallen como las del Acuerdo de Budapest de 1994. Y eso sólo pasa por la adhesión a la Alianza Atlántica o, ha dejado caer el mandatario ucraniano, la otra opción es que Ucrania se convierta en potencia nuclear. Aquí ya no sólo Rutte, sino también el resto de líderes sentados a la mesa han tragado saliva. Porque no se puede olvidar que Ucrania aunque no tiene armas nucleares sí que posee el knowhow necesario para avanzar de manera decidida. No en vano llegó a tener en su territorio 1.900 cabezas nucleares estratégicas y entre 2.650 y 4.200 armas tácticas hasta 1994. Este es el órdago nuclear de Zelenski: o me defiende la OTAN o voy por mi cuenta, ha venido a decir. Luego ha continuado exponiendo su idea de Plan de la Victoria ante los miembros del Consejo Europeo.
En cuanto al segundo y también espinoso tema, el de la migración, el día comenzó con la celebración de una cumbre paralela e informal, amadrinada por Von der Leyen y su Comisión, y pilotada por Italia, Dinamarca y Países Bajos, a la que se unían también Austria, Chipre, Polonia, Rep. Checa, Grecia, Hungría, Malta y Eslovaquia. Un total de once países que buscan lo que ya se conoce como “soluciones innovadoras” para la cuestión de la migración. O lo que es lo mismo, el entierro del nonato Pacto de Inmigración y Asilo aprobado a bombo y platillo bajo presidencia española a finales de 2023, y con él también, los restos del compromiso con el Derecho Internacional de Asilo que se suponía que abrazaban los Estados miembros de la UE. La única buena noticia es que a esa reunión no se han unido ni Francia ni Alemania, los hasta ahora motores del proceso europeo. La cuestión será saber si estos dos países se han desmarcado de la posición de Von der Leyen o simplemente están esperando a la reunión oficial del Consejo Europeo para mostrar su posición.
En cuanto al tercer punto, Oriente Medio, a pesar de que hubo una condena unánime a los ataques de las IDFs israelíes contra los miembros de la FINUL en el Líbano, no parece que se vaya a mantener esa posición en relación con la imposición de sanciones contra Israel, condenar a Netanyahu o simplemente denunciar el acuerdo UE-Israel por incumplimiento de las cláusulas en materia de derechos humanos.
Cualquiera de estas tres cuestiones tiene entidad propia, pero tomadas todas a una, muestran las dimensiones del punto de inflexión ante el que se sitúa la UE. Un punto de inflexión que va a determinar la misma naturaleza, configuración y objetivos de Europa de aquí en adelante.
Se dibuja así en el horizonte un entierro moral de la UE que parece que nadie está dispuesto a frenar. La disposición de buena parte de los EEMM en relación con el trato a dispensar a las personas migrantes y solicitantes de asilo va inextricablemente unido a una impugnación del Derecho Internacional que la propia UE dice defender. El Derecho de Asilo saldrá dañado de manera clara, así como también lo saldrá el Derecho Internacional Humanitario y los Derechos Humanos en su conjunto tal y como se está viendo con la inacción de la UE ante la limpieza étnica que se vive a estas horas en la Franja de Gaza.
Así las cosas, el orden internacional basado en reglas es utilizado por los Estados que conforman la UE en función de sus intereses. Es atronadora la ausencia de coherencia en la política exterior cuando se mira a la reacción ante Ucrania o ante Gaza. Como también lo es que el rumbo que está tomando esta UE se va a sostener mas sobre las propuestas de crecimiento económico sostenido sobre una economía de guerra, que sobre las propuestas de políticas verdes y sociales o la propia defensa de los derechos humanos. Extraigan ustedes sus conclusiones.
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