Opinión
Activistas del amor
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Por Lucila Rodríguez-Alarcón
-Actualizado a
¿Te cuesta la vida? ¿Te levantas con desgana, sientes que te pesa el curro, tienes la impresión de que a penas vas a llegar a Navidades? Además de eso ¿crees que el mundo va fatal y no tiene solución? Bienvenida a la nueva normalidad, eres una más de las millones de personas que se sienten así. Pero tengo buenas noticias, hay brotes, pero de los de verdad. Están sucediendo cosas que indican que algo está cambiando. Y, aunque las personas que quieren construir un mundo a costa de dejar atrás o de maltratar a otras parecen más numerosas, en realidad los datos prueban que no es así. Lo que pasa es que son mucho más ruidosas y han contaminado el espacio de debate público. Pero nada que no podamos revertir con un poco de tesón o de imaginación.
El pasado domingo tuvo lugar el mercadillo solidario de la Fundación porCausa. Este es un espacio anual que propone diferentes regalos a través de los cuales apoyas a colectivos y personas. Había en torno a 16 puestos con diferentes propuestas. Estaban los chicos de ExMenas, una organización que como su nombre indica se dedica a apoyar a chavales menores de edad que han venido sin sus familias. Estaba Oussama Mazari, creador de la marca Justom, que vendía su último “drop”. También nos acompañaron las amigas de la Parcería, el centro cultural colombiano y latino que tiene su local enfrente del nuestro. Estuvo La Imprenta con los preciosos libros de su editorial. También hubo varias artistas exponiendo sus cuadros y dibujos, entre ellas, nuestra querida Terremota, autora de nuestra fachada (hace unas acuarelas por encargo preciosísimas) o una artista palestina que hacía tazas pintadas a mano. En definitiva, era todo un conjunto de personas absolutamente diversas, en todos los sentidos, llenas de historias que contar y pequeños objetos que regalar. Durante seis horas pasaron por el mercadillo centenares de personas que coincidieron en una cosa: el sitio estaba sobre todo lleno de amor. Como comentamos con la Ministra Sira Rego de Juventud e Infancia, que también se pasó, amor entendido como un acto político, como una herramienta de construcción colectiva. Dulzura en cada conversación, satisfacción y sensación de plenitud en cada visita, porque lo que necesitamos ahora es eso, espacios sanos y seguros para compartir y sentir que hay más bueno que malo, más amor que odio. Me preguntó Guillermo, director de la Revista Salvaje -que también tenía un puesto en el que vendía esa revista en la que escribe mensualmente los más bellos editoriales de nuestro país-, qué era lo que me hacía estar tan optimista: “el enorme interés que hay por la justicia en la vivienda".
Me recuerda al principio de lo que luego fue el 15 M. La gente está, de nuevo, protestando pacíficamente y hay una sensación fuerte de que las cosas se pueden cambiar. Además, es un movimiento liderado por gente joven. Cada vez más está presente la gente joven, que durante años pareció dormida. Este año, en mi festival anual favorito, en Rennes (Bretaña francesa) el histórico Transmusicales, los grupos fueron increíbles y la mayoría están compuestos por gente menor de 25 años. Están pasando cosas buenas, y cada vez van a ser más.
Se acercan las fiestas de fin de año y podemos elegir cómo vivirlas, igual que hacemos en general con la vida. La realidad no existe, la construimos mezclando sucesos con percepciones. Y en ese marco tenemos la opción de decidir qué queremos creer. Si creemos que nada tiene solución optamos por una versión de la vida muy conveniente para aquellos intereses que se nutren del caos y de la tristeza. Pero podemos decidir que las cosas van mejor de lo que nos quieren hacer ver, que somos en general una sociedad buena, generosa y comunitaria que saldremos de este bache reforzadas y que no vamos a rendirnos sin luchar, repartiendo tanto amor que asfixiaremos su odio. Vamos a ello.
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