Vídeo
El escándalo judicial del hijo menor de Juana Rivas: entre vivir con un maltratador o con su madre
Madrid-
El miedo de un niño no debería de ser ignorado, pero el sistema judicial parece decidido a no escuchar. Juana Rivas lleva más de una década enfrentándose a una pesadilla judicial que le ha arrebatado varias veces la custodia de sus hijos y le ha puesto cara a cara con un hombre condenado por maltrato, Francesco Arcuri, su expareja.
La lucha de Juana no es nueva. En 2009, su entonces pareja, Francesco Arcuri, fue condenado en España por maltrato físico. Aquel episodio marcó el inicio de un largo calvario que no ha terminado. Pese a la condena, la Justicia permitió que Arcuri mantuviera un régimen de visitas con sus hijos, Gabriel y Daniel. En 2012, Juana volvió a España tras vivir en Italia con Arcuri y sus hijos. Fue entonces cuando presentó una denuncia por sustracción internacional de menores, acusando a su expareja de retener a uno de sus hijos en Italia.
En 2016, la relación entre ambos vivió un intento de reconciliación. Sin embargo, los abusos continuaron. Juana denunció nuevamente a Arcuri, esta vez por maltrato físico y psicológico. Pero el caso fue archivado debido a que los hechos ocurrieron en Italia, dejando a Juana y sus hijos desamparados ante la Justicia.
La batalla judicial: entre dos países y dos sistemas
El punto de inflexión llegó en 2017, cuando un tribunal italiano ordenó que los niños fueran devueltos a su padre. Juana, en un intento desesperado por protegerlos, desobedeció y permaneció un mes en paradero desconocido con los menores. Aquella decisión le costó una condena por sustracción de menores en España: cinco años de prisión, posteriormente reducidos a dos años y medio.
Mientras Juana cumplía su pena, los niños quedaron bajo la custodia de Arcuri en Italia. Los testimonios de maltrato continuaron acumulándose. En 2023, Juana presentó nuevas denuncias en España, asegurando que sus hijos sufrían coacciones y abusos por parte de su padre. Hace un mes, Gabriel, el hijo mayor, decidió romper el silencio públicamente, describiendo el infierno que había vivido junto a su padre y el miedo constante que acecha a su hermano menor.
Ahora, su hermano pequeño ha declarado. Sin embargo, la jueza encargada del caso en Granada he decidido no hacerse cargo porque considera que no hay pruebas suficientes de este maltrato. También porque algunas denuncias de maltrato fueron realizadas en Italia y asegura que el caso excede a su competencia.
El caso de Juana Rivas es un reflejo de los fallos estructurales de un sistema que debería de proteger a las víctimas de violencia de género y a sus hijos, pero que a menudo las deja desamparadas. La falta de sensibilidad, la burocracia y la invisibilización de los testimonios de los menores son constantes en casos como este.
Comentarios de nuestros suscriptores/as
¿Quieres comentar?Para ver los comentarios de nuestros suscriptores y suscriptoras, primero tienes que iniciar sesión o registrarte.