Tres mujeres acusan al director de cine Carlos Vermut de violencia sexual

Tres mujeres aseguran haber sufrido violencia sexual por parte del cineasta español Carlos Vermut, ganador de la Concha de Oro de San Sebastián con Magical Girl (2014), según una investigación del diario El País. Denuncian que el director se aprovechó de su fama para presuntamente agredirlas sexualmente de manera violenta entre mayo de 2014 y febrero de 2022.

En sus testimonios las mujeres describen sexo sin consentimiento, inmovilizaciones, tocamientos o estrangulamientos, a pesar de que se negaran física y verbalmente. En uno de los casos, la mujer relata que Vermut le prometió un empleo mejor a cambio de sexo y, en otra ocasión, después de meses recibiendo un "trato denigrante, tanto verbal como físico", el cineasta la encerró en su casa y mantuvieron relaciones sexuales con un nivel de violencia que no estaba pactado, según se describe en la investigación publicada.

Vermut, en declaraciones para El País, ha asegurado no haber sido "consciente de haber ejercido violencia sexual contra ninguna mujer". "He practicado sexo duro siempre de manera consentida, porque creo que es muy importante el consentimiento", asegura al medio, matizando que "otra cosa es que la persona en su casa después se sintiera mal y a lo mejor en el momento tuviese miedo a decirlo. Eso yo no lo puedo saber".

El diario de Prisa también entrevistó a otros 31 trabajadores de la industria y seis personas del entorno de estas tres mujeres y la mayoría aseguró conocer estos testimonios. Sin embargo, nadie denunció ante la Policía lo ocurrido por miedo a las represalias.

"No lo denuncié porque era Carlos Vermut, una persona conocida, un director de cine que estaba relacionado con mi entorno y con mi círculo laboral"

Según datos del Ministerio de Igualdad, solo un 8% de las víctimas que sufren violencia sexual se atreve a denunciar. De hecho, una de las mujeres asegura en El País: "No lo denuncié porque era Carlos Vermut, una persona conocida, un director de cine que estaba relacionado con mi entorno y con mi círculo laboral".

"Se tiró encima de mí, empezó a estrangularme"

El primer testimonio, la  víctima relata que conoció a Vermut en una fiesta de trabajadores de la industria del cine en 2014 en Madrid, justo después de que este hubiera sido nominado para la Concha de Oro que posteriormente recibió. Ambos comenzaron a conversar y la mujer le invitó a subir a su casa, a lo que el cineasta accedió.

La mujer, que asegura que trabajaba como falsa autónoma para un amigo de Vermut, relató lo siguiente: "Se tiró encima de mí, empezó a estrangularme. No lo vi venir. Yo empecé a darle patadas. Estaba muy asustada. Después de darle más patadas se apartó y me dijo algo así como: 'Yo no me lo merezco'. Entonces, no sé por qué, pues estaba muy descolocada, incluso le dije: 'Vale, perdona, perdona'. Y volvió a hacer otra vez lo mismo, con la misma violencia, quiero decir. Yo ya no me pude mover, porque me placó. Es un tío muy grande, tampoco tenía posibilidad de nada". 

Entonces, la mujer asegura que le pidió que se pusiera un preservativo, cosa que el cineasta no hizo, según este testimonio, y que al acabar, él se vistió y se fue, dejándola "ahí tirada", asegura la presunta víctima.

En la investigación Vermut asegura que el sexo fue consentido y que, aunque en sus relaciones sexuales suele haber violencia, no recuerda "haber llegado a un punto en el que una persona esté forcejeando". "Eso nunca me ha pasado", insiste.

Le arrancó el sujetador

En otro testimonio, la mujer asegura que fue con Vermut a celebrar las fiestas de San Isidro de mayo de 2016, en Madrid. En su relato, asegura que se habían conocido en una charla y el director expresó que la "veía muy interesada" y que la ayudaría a meterse en la industria del cine.

La mujer relata que desde entonces las llamadas a altas horas de la madrugada no cesaron y el director invitó a la joven de 21 años a su casa para ver Diamond Flash y analizarla juntos. Allí, relata que Vermut se abalanzó sobre ella y le arrancó la camiseta de tirantes y el sujetador. Tras esto, ella asegura que empezó a gritar y que dijo que se iba a su casa, a lo que el cineasta respondió: "Pues sí, no sé por qué no te has ido ya". 

"Imagínate que he subido con una persona a mi casa y estamos en la cama hablando. Doy por hecho que tiene una intención sexual", asegura Vermut

Respecto a este testimonio, Vermut, que tuvo "peros" para todo en su entrevista para El País, afirma: "Imagínate que he subido con una persona a mi casa y estamos en la cama o en el sofá hablando. Doy por hecho que tiene una intención sexual. A lo mejor me acerco a ella, le puedo tocar los pechos, y si esa persona me dice que me aparte, no hago nada más. Es que depende del contexto". 

Encerrada

El último testimonio cuenta que Vermut y ella se conocieron en un fiesta informal a finales de 2019 y continuaron manteniendo relaciones sexuales durante alrededor de dos años. En cada uno de sus encuentros siempre había prácticas violentas, como golpes o expresiones denigrantes, y "nunca hubo una conversación previa o posterior respecto a los términos de esas relaciones", asegura la mujer.

"A lo mejor no tenía muchas ganas, pero sabía que eso iba a pasar. Y me daba miedo no hacerlo. Intenté convencerme de que esa manera de concebir las relaciones me tenía que gustar", comenta la mujer en la investigación publicada. Relata que no sabía salir de esa situación por lo que pudiera ocurrir: en lo laboral él era su superior y, en lo personal, ella tenía miedo, asegura.

Ante esto, Vermut explica que "una persona puede sentirse incómoda, creer o recordar que está siendo clara en su manera de querer parar la relación. Y a lo mejor no lo transmite de una manera en la que la otra persona lo pueda entender".

En el último encuentro entre ambos, la mujer relata que trató de escapar de casa y señala que Vermut se interpuso para que no pudiera salir. Asegura entonces que volvió a la cama, temiendo que la situación pudiera "derivar en algo peor". Al día siguiente, relata que recibió un mensaje del cineasta en la que daba por finalizada la relación.