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El Senado argentino recibe las denuncias de 19 mujeres que sufrieron agresiones sexuales del periodista Pedro Brieger

Según el informe publicado por Periodistas Argentinas, el corresponsal duplicaba en edad a casi todas sus víctimas.

Pedro Brieger, Ecuador y el FMI - En la Frontera, 14 de octubre de 2019
Imagen de archivo del corresponsal Pedro Brieger, acusado por 19 mujeres de acoso sexual - Youtube

"Esto es un gran acto de reflexión. Lo que necesita nuestra sociedad es un punto y aparte en la cultura del acoso", dijo la periodista Nancy Pazos. Este fue en el comienzo de la presentación de una denuncia pública de 19 mujeres contra Pedro Brieger, el periodista y corresponsal, por acoso sexual. Los casos, recolectados en un informe del colectivo Periodistas Argentinas (PA), se dieron a conocer este martes en un acto convocado en un salón del Anexo del Senado –oficina del Gobierno argentino–.

Los hechos ocurrieron a lo largo de casi tres décadas y las víctimas son periodistas, docentes, alumnas, una empleada y hasta una vecina. "El objetivo de este informe no es el escrache", señaló Pazos. Según la periodista, el caso abarca también complicidades y silencios, que permitieron la impunidad de Brieger durante tanto tiempo.

"Se centra en una persona, pero también desnuda responsabilidades institucionales de medios públicos y privados, instituciones académicas públicas y privadas, y todos y cada uno de los contextos y personas que silenciaron y naturalizaron estas violencias que son imposibles de soportar. Esto es lo primero que queremos señalar: las víctimas perdieron cosas concretas. La maquinaria abusadora además de someter, despoja", dijo leyendo el documento.

Medidas para la erradicación de conductas abusivas

Mientras Brieger crecía en su carrera profesional y ganaba premios, las víctimas abandonaban sus lugares de trabajo y estudios, perdían oportunidades laborales y hasta decidían mudarse para evitar cruzárselo. Finalmente, desde el colectivo PA decidieron exigir medidas de reparación "que garanticen la erradicación de estas conductas abusivas" y consideraron "imprescindible también" que Brieger pida disculpas públicas a las afectadas.

Varias de las mujeres de las que Brieger abusó sexualmente se cogían de las manos, se abrazaban y lloraban. El clima era de mucha emoción. Podían romper el cerco de silencio que protegió al comunicador tantos años. "Esto demuestra que no estamos solas", dijo la periodista Cecilia Guardati, cuyo testimonio forma parte del informe.

"Lo importante es la voz colectiva", señaló la periodista Gisela Busaniche, quien también contó que padeció el acoso del periodista cuando trabajaba como productora en la televisión pública. Hostigamiento, acoso sexual y hasta situaciones de exhibicionismo, que incluyeron que Brieger se masturbara delante de colegas sin su consentimiento, son parte de un patrón de conducta que revela el informe de PA.

Los casos, estiman, pueden ser más. El asunto salió a la luz cuando el periodista Clarín Alfredo Alfie hizo un hilo en X el domingo 16 de junio, donde contó episodios de acoso padecidos por cinco mujeres, en diferentes ámbitos, de parte de Brieger. Entre las víctimas se encontraban una empleada administrativa de la Universidad de Belgrano y una estudiante de una máster. A estos relatos se terminaron sumando más.

El documento de PA, titulado La Cultura del acoso: punto y aparte, condensa 19 testimonios. "Hasta ahora documentamos 19 casos y pusimos una pausa para redactar y hacer la presentación, pero seguimos recibiendo casos", contó la periodista Agustina Kämpfer, otra afectada. También lo son Marcela Perelman, directora de Investigación del CELS, quien contó que en 2001 sufrió una situación de acoso, y la periodista Leticia Martínez que se trabaja en un programa de la televisión pública, El Destape y Futurock. "Un día fui a Caras y Caretas a hacerle una entrevista (él tenía un programa de radio para un portal) y ahí, en la redacción, mientras yo le hacía la entrevista, sacó su pene y se empezó a masturbar", relató Martínez.

Las medidas de reparación

Las medidas de reparación que reclaman, además de unas disculpas públicas de parte de Brieger, son:

  • En aquellos medios de comunicación públicos y privados donde se produjeron los hechos relatados: espacios para campañas de prevención y erradicación del acoso.

    En aquellas universidades donde las afectadas tuvieron que soportar las conductas de acoso de Brieger: jornadas y campañas dedicadas a la prevención del acoso.

    En todos estos ámbitos: procedimientos claros y ampliamente informados para interponer denuncias, a cargo de personas capacitadas para garantizar la no revictimización y la confidencialidad que requieren estos casos.

    Una legislación específica sobre este tipo de conductas abusivas.

El Convenio 190 de la OIT

La ministra de Mujeres y Diversidades de la provincia de Buenos Aires, Estela Díaz, y la diputada de Unión x la Patria y presidenta de la comisión de Mujeres y Diversidades de la Cámara baja, Mónica Macha, también acudieron a la presentación. A ellas, además, se sumaron varias delegadas del Sindicato de Prensa de Buenos Aires.

"Es escalofriante escuchar, sobre todo, cuánta impunidad durante tantos años y un comportamiento de acosador serial de semejantes características y cómo ha usado su prestigio para garantizarse impunidad", reflexionó la ministra Díaz.

La funcionaria recordó que en el país está vigente el Convenio 190 de la Organización Internacional del Trabajo (OIT) contra la violencia y el acoso laboral. Se trata de una norma argentina que "claramente establece modos de abordaje y procedimiento frente a estas situaciones", además de la ley 26.485 de protección integral contra la violencia hacia las mujeres, que incluye la violencia laboral.

"Herramientas legales hay, el tema es que necesitamos la voluntad política y social suficiente para que las instituciones se lo tomen como tal y se cambien las prácticas. Como dicen, hay que construir un punto y a parte para la cultura del acoso", indicó Díaz.

La diputada Macha, por su parte, destacó la construcción "desde una lógica feminista" de la organización PA para ofrecer un espacio donde expresarse e interponer las denuncias, "permitiendo así una acción reparadora para todas las compañeras que durante tantos años vivieron con este dolor". Además, consideró "fundamental" que Brieger pida disculpas y, de esa forma, "asuma su responsabilidad por el daño en la vida y en la salud física y psíquica de tantas mujeres en sus carreras y en su integridad".

La reacción de empleadores

Después de que se conocieran las acusaciones contra Brieger, este fue apartado del canal C5N y del programa Marca de Radio, presentado por Eduardo Aliverti. El pasado miércoles, además, el periodista no se presentó a su clase de Sociología de Medio Oriente en la Universidad de Buenos Aires. Sí lo hicieron, sin embargo, su profesor adjunto Enrique Herszkowich y el resto de autoridades de la Facultad de Ciencias Sociales, que comunicaron a los estudiantes que la Facultad había puesto en marcha mecanismos institucionales para casos similares.

La nombres de los relatos del informe leído no concordaban con las mujeres que lo sufrieron, para salvaguardar la identidad de las víctimas.

"En el año 2010, la periodista Agustina Kämpfer expresó públicamente en un programa de televisión que el periodista Pedro Brieger, flamante ganador del premio Martín Fierro, era 'un acosador'. Nadie la escuchó. Se refería así a una personalidad pública que en el ámbito periodístico y académico había acumulado muchos cargos y prestigio", señaló el documento de PA.

A esta vivencia se suma la de otra periodista. "Unos 14 años después, a partir de una nota de Alejandro Alfie que daba cuenta de un juicio laboral que Brieger había ganado, la periodista Cecilia Guardatti comentó esa noticia en redes sociales y denunció su conducta acosadora. Esta vez, alguien la escuchó. Alfie publicó lo ocurrido, después de investigar una serie de tuits donde citó cinco casos de profesionales afectadas por Brieger. A partir de esa publicación, se rompió el silencio", añade el documento.

Los testimonios coinciden en que Brieger se aprovechaba de la asimetría de poder. No solo era un docente o trabajador con más experiencia, sino que llegaba a duplicar en edad a sus víctimas. "La máquina abusadora que describen estos testimonios comparte un patrón: se activa por sorpresa, busca producir asco y humillación, enmudece y coloca a la afectada en una situación de degradación y culpa.

¿Qué hice yo para merecer esto? El mecanismo incluye que, al contar lo ocurrido a otras personas –aquellas que son las responsables de poner límites o que pueden ayudar a construirlos– no se combate el daño, sino que se naturaliza la conducta y no se hace pública, lo que permitiría a otras prevenirse y al responsable de esa conducta, limitarse", puntualiza el informe.

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