Una mujer de 51 años ha sido encontrada muerta con signos de violencia dentro de una caravana estacionada en un cortijo en Motril (Granada). Hasta el momento, no se han realizado detenciones en relación con este crimen.

El cadáver de la víctima, sobre cuya identidad aún no se han dado más detalles, fue encontrado el jueves por la tarde y trasladado al Instituto de Medicina Legal de Granada. Allí se le realizará la autopsia para determinar las causas y el día de la muerte.

La Policía Nacional está a cargo de la investigación y, por el momento, no se descarta ninguna hipótesis, según ha indicado en un audio enviado a los medios el subdelegado del Gobierno en Granada, José Antonio Montilla.

A la espera de confirmar el caso como violencia de género

La víctima no estaba actualmente recibiendo los servicios proporcionados por el Instituto Andaluz de la Mujer (IAM) para mujeres víctimas de violencia de género. Así lo ha confirmado este viernes la consejera de Inclusión Social, Juventud, Familias e Igualdad de la Junta de Andalucía, Loles López. Ha informado que están "a la espera" de que el Gobierno de España confirme si se trata de un nuevo caso de violencia de género.

A pesar de ello, ha abordado el problema de la violencia de género, destacando que es una "lacra muy presente, desgraciadamente muy presente". En su opinión, "solo hay una manera de erradicarla: la unidad de toda la sociedad". López ha reiterado la importancia de respetar el proceso de investigación, que determinará si esta mujer se suma a la lista de víctimas de violencia de género en España.

La víctima acudió a una asociación de ayuda a mujeres

María Martín, presidenta de la Asociación La Volaera de Granada, que brinda apoyo a mujeres y a la que pertenecía la víctima, ha asegurado a Efe que esta sufría malos tratos por parte de su pareja. Ha explicado que hace aproximadamente un año, la mujer de 51 años se puso en contacto con la asociación a través de una amiga que conocía su situación de maltrato.

La mujer, que no trabajaba, vivía desde hacía aproximadamente un año en una caravana de alquiler estacionada de forma permanente en una finca de Motril. Era natural de Madrid y tenía una hija mayor de edad fruto de una relación anterior. "Ha pasado por muchas vicisitudes", según Martín, quien ha añadido que también intentaron persuadirla para que fuera a una casa de acogida, pero ella se negó porque no quería abandonar a sus perros.