El Gobierno de Milei inicia una caza de brujas contra escritoras feministas tras tildar sus obras de "pornográficas"
Ficciones como 'Cometierra', de Dolores Reyes o 'Las primas', de Aurora Venturini, todas ellas referentes en la literatura latinoamericana contemporánea, se sitúan hoy en el centro de la diana de una feroz campaña represiva al ser consideradas "inmorales"

Alejandra Mateo Fano
-Actualizado a
"Degradación e inmoralidad". Con estos términos condenaba públicamente la vicepresidenta argentina, Victoria Villarruel, la novela Cometierra, una narración de la reputada escritora contemporánea Dolores Reyes sobre la violencia de género y la maternidad en América Latina. Esta opera prima de la relatista argentina ha suscitado el recelo del Gobierno de ultraderecha encabezado por Javier Milei, quien ha arremetido duramente contra ella por, según él, pervertir a las infancias, al representar escenas de encuentros sexuales.
Indignada y escandalizada ante el contenido a su juicio "pornográfico" de esta obra, Villarruel expresaba recientemente a través de su cuenta de X (antes Twitter) su voluntad de acabar con la difusión del libro en los espacios educativos: "Existen límites que nunca deben pasarse. ¡Dejen de sexualizar a nuestros chicos, saquen de las aulas a los que promueven estas agendas nefastas y respeten la inocencia de los niños! ¡¡Con los chicos NO!!".
Lejos de tratarse de una suerte de versión feminista de Cien sombras de Grey, como trataron de dibujar desde los sectores más conservadores de la Casa Rosada, lo que la novela entraña es una profunda reflexión en clave semirrealista sobre temas como los cuidados, las violencias que atraviesan las mujeres o la pobreza.
En las últimas semanas, Reyes no ha sido la primera ni la última escritora en sufrir ataques directos hacia su obra: como transmitía recientemente el diario argentino Código Bores, también Sol Fantin, la difunta traductora Aurora Venturi y la periodista cultural y activista socioambientalista Gabriela Cabezón se han visto afectadas por la cacería cultural que las huestes de La Libertad Avanza llevan semanas orquestando.
Ahora bien, la reprobación institucional no se ha limitado a las palabras de repulsa en redes. El Gobierno argentino ya ha puesto a funcionar la maquinaria de una campaña censora dirigida a estas y otras autoras con publicaciones consideradas transgresoras.
Tal ha sido la guerra del Estado contra ellas que, tras una denuncia interpuesta contra el ministro de Educación bonaerense por presuntos delitos de corrupción de menores, difusión de material pornográfico a menores y abuso de autoridad, Milei pretende ahora retirarlas de las bibliotecas escolares argentinas.
Muchas de estas obras, escritas desde una perspectiva intereseccional y de lucha activa contra el sistema de valores tradicional exhiben sin tapujos cuestiones tabuizadas en el seno de una sociedad mayoritariamente conservadora como la argentina: desde el ejercicio de la prostitución hasta la diversidad sexoafectiva en las familias queer, pasando por las mentes disidentes o los abusos sexuales durante la infancia y adolescencia.
Es quizás por este motivo, aseguran las autoras, que resultan incómodas para algunos sectores reaccionarios y han encendido la rabia de éstos desde que empezaron a difundirse con éxito.
Una autora feminista: "Si toda la literatura fuera leída desde esa mirada que tienen los ultraconservadores (...), Ni el 'Quijote' estaría en las bibliotecas"
"Este es el caso de censura más brutal hacia escritoras que hemos notado desde la entrada de Milei al Gobierno de Argentina. Si toda la literatura fuera leída desde esa mirada que tienen los ultraconservadores, quedaría muy poca literatura. Ni el Quijote estaría en las bibliotecas, por no hablar de la Biblia, donde pasan cosas como que dos hijas violen a su padre o incluso que un señor mande a matar a otro para quedarse con la esposa del primero", destaca a Público con indignación una de las autoras afectadas, cuya identidad prefiere mantener en el anonimato para evitar amenazas de muerte "como ha ocurrido con varias compañeras".
Un paso más en el retroceso en derechos feministas
El silenciamiento organizado y bien estructurado desde las esferas de poder obedece, según alegan, a una estrategia explícita de soterrar todo avance del feminismo en el país, pero también revela el miedo de muchos a la fuerza motriz de este movimiento. También al poder discursivo de quienes actualmente se han erigido como grandes referentes de la literatura contemporánea argentina y gozan de una extensa proyección internacional.
No es casualidad, pues, que las alarmas de quienes hoy dirigen la campaña de censura hayan saltado en el momento en que se reveló su distribución en bibliotecas escolares. Disciplinar masivamente las voces disidentes de todas aquellas mujeres que reniegan de su rol esposa-madre y ofrecen alternativas radicales de habitar la feminidad es, a ojos de estas autoras, el fin último del Ejecutivo nacional.
Este último movimiento moralista de los ultraderechistas suma un paso más al ya extenso abanico de medidas represoras contra los derechos de las mujeres que llevan implantándose desde que Milei se hizo con el poder presidencial en noviembre del año pasado.
A la eliminación del Ministerio de Mujeres le siguió la del área dedicada a mujeres víctimas de violencia de género, con un recorte del 80% en el programa Acompañar
Tras eliminarse el Ministerio de Mujeres Géneros y Diversidad, tal y como había prometido durante su campaña electoral, se disolvió también el área dedicada a la protección de mujeres víctimas de violencia de género y se recortó en un 80% el presupuesto destinado al programa Acompañar, que brinda protección a estas supervivientes.
El retroceso en derechos feministas se ha hecho palpable asimismo a través de los esfuerzos del Ejecutivo por impedir el acceso al aborto, especialmente desde que el pasado mes de febrero se lanzara un proyecto tendente a derogar la Ley de Interrupción Voluntaria del Embarazo, aprobada tres años atrás en el Congreso. Argentina había logrado situarse en la vanguardia de Latinoamérica al conquistar por fin este derecho en febrero de 2020 tras las célebres marchas de pañuelos verdes que recorrieron multitudinariamente las calles de Buenos Aires.
Ahora, además de la detención de numerosas activistas feministas a favor de los derechos sexuales de las mujeres en el país a través de disposiciones como la ley de bases para aumentar el control sobre las protestas ciudadanas, el Estado se propone seriamente sepultar la actividad de las escritoras que visibilizan realidades específicamente femeninas y lo hacen desde un lenguaje descarnado.
Las aventuras de la China Iron (obra de Gabriela Cabezón que El País designó como uno de los 20 mejores libros latinoamericanos publicados en 2017 en México), por ejemplo, pone sobre la mesa la cuestión del empoderamiento femenino y la sororidad al narrar la historia de una mujer que inicia un viaje de exploración personal tras escapar de su matrimonio.
Otras obras de esta autora, como La virgen cabeza, Le viste la cara a Dios y Romance de la Negra Rubia, han tenido también una reacción desfavorable por parte de los sectores más conservadores en Argentina. Por su parte, Las primas de Venturini ofrece el relato de una familia desestructurada y disfuncional compuesta enteramente por mujeres, trazando en él un complejo mosaico de perfiles femeninos que conviven en la sociedad de su adolescencia.
Mariela Belski, directora ejecutiva en Argentina de Amnistía Internacional, se refería recientemente al peligro que entraña la reacción represiva del Gobierno y advertía de sus "efectos silenciadores y amedrentadores que socavan la libertad de expresión". De hecho, semanas atrás esta organización manifestaba públicamente su temor ante el desmembramiento de las políticas de diversidad en el país por parte de La Libertad Avanza, algo que ya se ha traducido en un incremento de los delitos de odio de todo tipo en Argentina.
Una autora feminista: "Están mintiendo al decir que los docentes obligan a los niños a leer las escenas de contenido sexual en voz alta"
Los efectos inmediatos de los ataques contra las escritoras se están haciendo notar en la desinformación sobre la edad del público destinatario de las obras criticadas. Como apuntala una de las autoras, "están mintiendo al decir que los docentes obligan a los niños a leer las escenas de contenido sexual en voz alta en el aula y que obligan a niños de 12 años a leerlos, pero nada de esto es cierto. Son libros de lectura optativa para adolescentes a partir de los 16".
Además, añade, "esto afecta terriblemente a nuestra libertad de expresión, porque se trata de ataques coordinados que nos tratan de corruptoras de menores y llegan incluso a las amenazas".
El sector cultural argentino se levanta contra el descrédito de Milei
En un plano más amplio, medidas coercitivas como las que estudia el Gobierno amenazan con socavar la propia libertad de las mujeres dentro y fuera del ecosistema cultural. Expuestas a intimidación, vigilancia y violencia verbal, las escritoras temen que su actividad intelectual pueda suponer un riesgo para su propia integridad en un país donde la denominada "ideología de género" cada vez es castigada con mayor ferocidad. Desde que se conocieron las intenciones de los afines a Milei, la respuesta popular contra los ataques censores se ha extendido como la pólvora por todo el país.
"Afortunadamente, todo el colectivo de escritores está uniéndose en pos de defender la libertad de la literatura", narra con alegría una de las escritoras afectadas. Prueba de ello fue la lectura colectiva de varias de las obras censuradas, entre ellas Cometierra y Las aventuras de la China Iron, que tuvo lugar semanas atrás en el Teatro Picadero de Buenos Aires. 120 autores y autoras argentinos mostraron así su apoyo unánime a las censuradas pero también su repulsa al Gobierno estatal.
Comentarios de nuestros suscriptores/as
¿Quieres comentar?Para ver los comentarios de nuestros suscriptores y suscriptoras, primero tienes que iniciar sesión o registrarte.