Público
Público

Venezuela se asoma a una nueva crisis con el cruce de acusaciones entre Maduro y una oposición que no contempla la derrota

La geopolítica juega en Venezuela, con países como EEUU que ponen en duda la victoria de Maduro, y otros como Rusia y China, también actores determinantes para Caracas, que reconocen los resultados de las elecciones.

El presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, celebra los resultados de las elecciones presidenciales.
El presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, celebra los resultados de las elecciones presidenciales. Ronald Peña R. / EFE

Alta tensión en Venezuela tras la jornada electoral. El anuncio por parte del Consejo Nacional Electoral (CNE) de la victoria de Nicolás Maduro, seguido del no reconocimiento de los resultados por parte del principal campo opositor encabezado por María Corina Machado y Edmundo González Urrutia, cerraron un día que volvió a abrir una crisis política en el país.

La tensión pudo verse en las calles de Caracas. Tras la calma llegaron cacerolazos y protestas en algunas zonas, como en la populosa zona de Petare. Al menos dos jóvenes han muerto y medio centenar de personas han sido detenidas a causa de la represión policial. En ese clima Maduro acudió al CNE, en el centro de la ciudad, donde fue proclamado como presidente reelecto por el rector principal Elvis Amoroso.

"El pueblo asumió el reto de una campaña electoral bloqueado, agredido. Difícil imaginar que un país bombardeado por sanciones criminales, difícilmente convocara a un proceso como este. Se está intentando imponer en Venezuela un golpe de Estado nuevamente, de carácter fascista que yo llamo (Juan) Guaidó 2.0", señaló el presidente.

Varios candidatos opositores sí reconocieron la victoria de Maduro, como Luis Eduardo Martínez o Benjamín Rausseo, quien anunció que "corresponde ahora aceptar y acatar el veredicto del árbitro (…) por eso respaldo el dictamen del CNE". Otros, en cambio, como Javier Bertucci, se refirió a "una duda razonable", y solicitó al CNE "muy respetuosamente que permita la verificación de las actas". Claudio Fermín "reclamó" al CNE "la publicación de los resultados y las actas mesa por mesa, para que el país tenga la transparencia, la paz y la tranquilidad que necesita".

El tablero diplomático

El lunes transcurrió marcado por los pronunciamientos de gobiernos extranjeros. En el caso de Estados Unidos, actor determinante en el conflicto, señaló a través de John Kirby, portavoz del Consejo de Seguridad: "Francamente, nos preocupa que el resultado, tal como se anunció, no refleje la voluntad del pueblo venezolano", poniendo un manto de duda, al igual que lo había hecho el secretario de Estado Antony Blinken la noche anterior.

Otros gobiernos en cambio centraron su posición alrededor de la necesidad de poder acceder a las actas: "El principal hecho que nos lleva a ser cautelosos es que (el CNE) no ha dado el resultado público mesa por mesa. Porque lo que el Gobierno ha dado hasta ahora es un número, pero tiene que mostrar cómo llego a ese número, acta por acta", afirmó Celso Amorim, hombre de confianza del presidente brasileño Lula da Silva en política exterior, presente en Caracas durante las elecciones.

La demanda de Brasil se asemejó a la del Gobierno colombiano, quien hizo un llamamiento para que, "a la mayor brevedad, se proceda con el conteo total de los votos, su verificación y auditoría de carácter independiente". En esa línea se expresó también el secretario general de Naciones Unidas, Antonio Guterres: "Publiquen a su debido tiempo los resultados y el desglose por colegios electorales". Y el Centro Carter, presente en la elección, que pidió que se publiquen "inmediatamente" los resultados.

Finalmente algunos mandatarios, como el mexicano Andrés Manuel López Obrador, mantuvieron una posición de espera: "Vamos a esperar el resultado ya cuando se haya llevado a cabo el recuento, ver cuál es el proceso legal, y entonces vamos a pronunciarnos, si la autoridad electoral confirma esta tendencia nosotros vamos a reconocer al gobierno electo por el pueblo de Venezuela".

En cuanto a los reconocimientos los mismos llegaron desde Bolivia o Cuba el domingo en la noche, a los que se sumaron el lunes los de China y Rusia, dos países determinantes en general, y en particular en el juego geopolítico alrededor de Venezuela.

Las denuncias del Gobierno

El Gobierno denunció "una operación contra la democracia venezolana" respecto al intento en curso de no reconocer los resultados del domingo. Según informó el fiscal general Tareck William Saab el lunes en rueda de prensa, se produjo "un ataque informático contra el sistema de transmisión de datos que ralentizó el envío de actas para el escrutinio nacional", 

El ataque tenía la "intención de manipular los datos que se estaban recibiendo en el CNE, esta acción fue evitada, sin embargo lograron que se tardara unas horas más la lectura del boletín final". Ese ataque explicaría la salida tardía del CNE para entregar los resultados el domingo por la noche.

Tanto la situación alrededor de la transmisión de datos, como la ausencia de los resultados pormenorizados de los resultados de la votación hasta entrada la tarde del lunes, fueron los dos principales aspectos a partir de los cuales se cuestionó el resultado por parte de una oposición que ya había dejado ver entre líneas, desde antes de la contienda, que no reconocería una victoria de Maduro ya que era "imposible" que éste ganara.

La disposición ya anunciada de no reconocer una derrota por parte de Machado, la muy pronta activación de la denuncia de fraude, así como la falta de claridad oficial en materia de información en el contexto de alta tensión de la contienda, abrieron la crisis que se encuentra ahora en desarrollo.

Las preguntas

Existe el interrogante central de si la denuncia de fraude por parte de la oposición tendrá su traducción en movilizaciones crecientes, o si, por el contrario, tendrá poca repercusión en cuanto a protestas. Parte de las respuestas se encuentran en la hoja de ruta que anunciará Machado, figura vinculada al crónico entramado golpista de una parte de la oposición en Venezuela, así como la combustión social ante la situación.

Otra pregunta es qué pruebas tiene la oposición para denunciar un fraude, algo que hasta el momento no ha mostrado. La falta de elementos probatorios se combina con el historial de no reconocimiento de sus derrotas desde que comenzó a gobernar el chavismo en 1999. A ello se suma el reciente recuerdo de la "presidencia interina" de Juan Guaidó en 2019, un presidente virtual del cual los pocos gobiernos que lo reconocieron quieren ahora acordarse.

La puerta abierta en Venezuela puede tener un cauce ascendente y convertirse en una zona de temblores, como ha pasado en otras oportunidades. O, por el contrario, tener una corta duración en términos callejeros y desembocar en una nueva calma dentro de algunos días. Dependerá de la combinación de varios factores.

¿Te ha resultado interesante esta noticia?

Más noticias de Internacional