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La UE desaprovecha la oportunidad de exigir a Turquía que no salga del Convenio de Estambul

Los líderes europeos tienden la mano a Ankara, si mantiene una actitud “positiva” y limita su acción en aguas del Mediterráneo.

El presidente de Turquía, Tayyip Erdogan, en una foto de marzo de 2020 en Bruselas, donde se reunión con el presidente del Consejo Europeo,  Charles Michel. REUTERS/Yves Herman
El presidente de Turquía, Tayyip Erdogan, en una foto de marzo de 2020 en Bruselas, donde se reunión con el presidente del Consejo Europeo, Charles Michel. Yves Herman / REUTERS

En la cumbre de jefes de Estado y de Gobierno de la Unión Europea de este jueves se ha aprobado un acercamiento con Turquía, después de constatar una rebaja en las tensiones con el país en el control de migrantes y los roces entre Ankara, Nicosia y Atenas sobre la prospección de recursos en aguas del Mediterráneo. Sin embargo, Bruselas no puede obviar algunas derivas autoritarias de Turquía, como la salida de la Convención de Estambul sobre la violencia contra la mujer, o la decisión de prohibir uno de los principales partidos de la oposición.

Una situación interna compleja, a la que se también se le une la persecución contante a la prensa. Una serie de retrocesos en materia de Derechos Humanos y que los líderes no han mencionado expresamente en sus conclusiones de este jueves.

El presidente del Consejo, Charles Michel, en la rueda de prensa posterior a la cumbre, reconoció que Turquía es un socio "importante y complicado". "Hemos preparado muy bien las conclusiones y esperamos que Turquía siga un comportamiento positivo, para poner nuevos elementos encima de la mesa", ha añadido, al tiempo que ha insistido en que "la UE es un proyecto de paz y prosperidad, y se hace en base a Estado de Derecho y defensa de los derechos humanos".

Ha insistido en que, a pesar de que existe un deseo "de avanzar en una serie de asuntos donde puede haber una cooperación mutua y útil para que haya más seguridad y previsibilidad, en las conclusiones adoptadas por los líderes también hay mensajes que encajan con el ADN europeo, como son la dignidad humana, la defensa de los derechos de la mujer, el Estado de derecho y los valores democráticos".

La presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, ha sido más clara, reconociendo que "lamentamos profundamente que Turquía haya abandonado el Convenio de Estambul". "Aunque también hacemos un llamamiento a los Estados miembros para que terminen de ratificarlo los que no lo han hecho", lanzando un toque de atención a los seis países del bloque que aún no lo han hecho.

El Convenio de Estambul es el primer instrumento europeo jurídicamente vinculante, creado para prevenir y combatir la violencia contra la mujer. Lamentablemente, seis Estados miembros, no han ratificado todavía la convención. Estos son Bulgaria, Hungría, Letonia, Lituania, República Checa y Polonia. Este último país había firmado del convenio internacional en 2012 y ratificado en 2015, pero lo abandonó en julio del año pasado alegando que "en muchos aspectos es no solo contraria al sistema de valores del sistema legal polaco, sino que también contraria a derechos fundamentales como el derecho de los padres a criar a sus hijos de acuerdo con sus creencias religiosas".

Reconocimiento a la actitud positiva de Ankara

Los líderes de la UE han reconocido una actitud positiva por parte de Turquía en los últimos meses, por lo que están listos para abordar una mayor cooperación "proporcionada, gradual y reversible". Una actitud proactiva desde que el presidente turco, Recip Tayyip Erdogan, mostrara su intención de construir puentes con la UE en la videoconferencia que mantuvo en diciembre con la canciller alemana, Angela Merkel. Según el comunicado de prensa de Ankara en aquel momento, "Turquía quiere abrir una nueva página en las relaciones con la UE", tras meses de tensiones.

En esa llamada el presidente turco pidió actualizar el acuerdo sobre refugiados firmado en marzo de 2016, que consiste en una serie de medidas contra los traficantes de personas y una mejora, a nivel de servicios e infraestructuras, de las condiciones de los refugiados sirios en Turquía. Pero también daba un nuevo paso en la dirección de la adhesión de Ankara a la UE, concediendo al mismo tiempo la posibilidad de que los ciudadanos turcos se desplacen por el área Schengen sin visado.

La presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, y el presidente del Consejo Europeo, Charles Michel, celebran desde Bruselas una videoconferencia con el presidente de Turquía, Recep Tayyip Erdogan, el 19 de marzo de 2021. REUTERS/Stephanie Lec
La presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, y el presidente del Consejo Europeo, Charles Michel, celebran desde Bruselas una videoconferencia con el presidente de Turquía, Recep Tayyip Erdogan, el 19 de marzo de 2021. Stephanie Lecocq/Pool / REUTERS

La Unión Europea es consciente del papel clave que juega Ankara, uno de los principales socios de la OTAN, con una presencia más visible y estable en el Mediterráneo. Por ello han valorado positivamente su deseo de integración y los líderes han dado luz verde al informe presentado por el Alto Representante de la UE, Josep Borrell, que plantea una serie de incentivos para encauzar las relaciones entre ambos bloques.

Entre estos incentivos, los Veintisiete han secundado "trabajar en un mandato para la modernización de la unión aduanera que garantice su aplicación efectiva a todos los Estados miembros e invitamos en paralelo a la Comisión a iniciar conversaciones con Turquía para abordar las dificultades actuales en su aplicación".

Esto implica renovar el acuerdo migratorio de 2016, con el que Ankara recibe fondos para gestionar la migración a cambio de controlar los flujos de refugiados procedentes de Siria a Europa. Los líderes han acordado fortalecer la cooperación con las autoridades en materia migratoria para combatir la migración irregular y facilitar el retorno de aquellas personas que se encuentren en una situación irregular en Europa.

La presidenta de la Comisión Europea reconoció ayer en la rueda de prensa posterior a la cumbre que "es importante seguir trabajando en esta dirección, porque Turquía está acogiendo a 3.600.000 refugiados de Siria y hay una contribución muy importante para ayudar a esos refugiados, como es la escolarización de los pequeños, el acceso a tratamientos médicos o la inversión en infraestructuras". "Es vital que esta ayuda siga llegando, porque es una causa humanitaria", subrayó.

Se espera que en junio se puedan poner encima de la mesa medidas más concretas, para llegar a acuerdos específicos en el Mediterráneo. Grecia y Chipre están dispuestas a facilitar el diálogo con Turquía, siempre que la UE se mantenga firme en la defensa de los socios del bloque. "Reafirmamos la determinación de la UE para usar los instrumentos y opciones puestos a nuestra disposición para defender los intereses de los Estados miembros y la estabilidad regional", han dejado por escrito en las conclusiones.

Por lo que respecta a las negociaciones sobre la división de Chipre, los líderes confían en el diálogo de Naciones Unidas que tendrá lugar en Ginebra entre el 27 y el 29 de abril. Conversaciones que podrían allanar el camino en las relaciones con Turquía.

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