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@Alopezdemiguel
MADRID.- Las diferencias entre Washington y Bruselas en las negociaciones sobre el TTIP son grandes, el músculo de las organizaciones sociales europeas es cada vez más potente, y aún hay tiempo para sepultar el Transatlantic Trade and Investment Partnership (TTIP, por sus siglas en inglés).
Este es al menos el diagnóstico de Melinda St. Louis, directora de campañas internacionales de la organización de defensa de los consumidores estadounidenses Public Citizen, que reconoce que al otro lado del Atlántico están más centrados en luchar contra el TPP, el acuerdo transpacífico pendiente de ratificación, que bebe de la esencia del TTIP.
St. Louis atiende a Público en el Teatro del Barrio de Madrid, minutos antes de participar en una charla orquestada por la Campaña estatal No al TTIP para alertar de los peligros del tratado comercial en el que la Comisión Europea sólo aprecia ventajas. De camino a España ha pasado por Bélgica, Alemania y Austria, y ha podido ver cómo las organizaciones y partidos políticos contrarios al tratado han intensificado su ofensiva contra el polémico acuerdo comercial secreto, que a su juicio no podrá ser sometido a ratificación en 2016, durante el mandato del presidente Barack Obama.
Organizaciones sociales y partidos políticos europeos temen el impacto del TTIP en materia medioambiental, que pueda abrir las puertas al fracking o que precipite aún más el deterioro de las condiciones laborales. ¿Qué temen en EEUU?
Es muy parecido. Preocupa la deslocalización de empleos, pero también la seguridad de los alimentos, como pasa con el TPP. Vietnam exporta gambas criadas en pozos llenos de heces, y con el tratado van a crecer estas exportaciones sin que aumenten las inspecciones. Hace poco, la empresa TransCanada, que iba a construir un oleoducto desde Canadá hasta el Golfo de México para llevar petróleo de arenas bituminosas, vio frustrado este negocio y demandó a EEUU. Durante años hubo un movimiento importante de ecologistas e indígenas que no querían este oleoducto, y en noviembre el presidente Obama anunció que no se construirá. Ahora la empresa ha demandado a Estados Unidos por 15.000 millones de dólares, y esta cantidad no se corresponde con ninguna inversión, sino con sus expectativas de ganancia. Así se ve más de cerca lo que podría significar la expansión de este sistema.
EEUU no ha ratificado la mayoría de convenios de la OIT, y los sindicatos europeos temen que eso perjudique a los trabajadores del Viejo Continente. ¿Cuál es el peligro para los trabajadores de EEUU?
"Es imposible que EEUU ratifique los convenios de la OIT con el TTIP, no pasará"
Es cierto, es un problema para los europeos. EEUU podría convertirse en el México del TTIP, trayendo quizás los trabajos malos al sur, donde se están desbaratando totalmente los sindicatos, donde se están desmontando estado por estado. Y es imposible que EEUU ratifique los convenios de la OIT, eso no va a pasar. Además, siempre nos venden el TTIP como una oportunidad de armonizar hacia arriba los estándares laborales, pero en el proceso de negociación del tratado hay 500 asesores con acceso a los textos en EEUU, un 90% en representación de las grandes multinacionales. Ellos están debilitando a los sindicatos e influyendo en ese proceso con sus donaciones.
Usted ve cómo trabajan las organizaciones y partidos contrarios al TTIP a ambos lados del Atlántico, ¿Qué diferencias percibe? ¿Cómo acoge la opinión pública estadounidense al TTIP?
"El TPP es mucho peor de lo que esperábamos. Es como la lista de deseos de las grandes multinacionales"
Tengo que admitir que la mayoría de ciudadanos de EEUU aún no conocen el TTIP. Hay mucha más conciencia sobre el TPP, el tratado transpacífico, que además es parecido: sigue el mismo modelo, el proceso se ha visto envuelto en el mismo secretismo, hay un ISDS, la gente está muy preocupada por la seguridad de los alimentos, por el precio de las medicinas... Hay un movimiento muy fuerte contra el TPP, está a punto de llegar al Congreso y por eso es percibido como algo muy urgente. Ya tenemos el texto final y lo estamos analizando, y la verdad es que es mucho peor de lo que esperábamos. En muchos sentidos el TPP es como la lista de deseos de las grandes multinacionales.
¿Por qué el rechazo al TPP?
Como el TTIP, es una expansión del modelo del NAFTA, el tratado entre EEUU, Canadá y México.
El tratado entre EEUU, Canadá y México que la Comisión vende hoy como un éxito...
Sí, aunque la experiencia de la mayoría de estadounidenses con ese tratado ha sido totalmente negativa, y ha contribuido al aumento de la desigualdad. Se han deslocalizado un millón de empleos en los primeros 10 años, aunque nos prometieron que crearía cientos de miles de puestos de trabajo, y ha debilitado mucho al sindicalismo en EEUU. Estos tratados son una expansión de este modelo, no se han aprendido las lecciones del pasado al respecto. Por ejemplo, en el TPP hay un capítulo de propiedad intelectual que muestra cómo las grandes farmacéuticas quieren expandir sus monopolios. Eso va a dificultar el acceso a la medicina, y no solamente en lo que respecta a las patentes. Se han creado monopolios dentro del TPP, hay mucha preocupación por la libertad en internet, por la privacidad o el ISDS, que doblaría la exposición de EEUU a ese tipo de casos con inversores.
¿Cuáles son los argumentos para vender el TTIP del lado estadounidense? En Europa se habla de esa armonización de reglas, de la supuesta bajada de los precios o de cómo van a lanzarse a exportar las pymes.
Son los mismos argumentos. Dicen que va a crecer la economía, que creará empleos. Defienden que las grandes empresas ya exportan, que las pymes no pueden y esto va a facilitarlo. ¡Pero las pymes no están interesadas! El Consejo Atlántico, un think tank pro-TTIP, intentó hacer una encuesta de cómo las pymes se verían beneficiadas por el TTIP, y finalmente no sacaron la encuesta porque las propias empresas no contestaban.
El Gobierno de la UE promete que no se van a dañar ni los derechos de los trabajadores ni los estándares. ¿Qué líneas rojas se marcan en EEUU?
"EEUU no tiene tantas líneas rojas como la UE. Como la gente no está prestando atención, las empresas van claramente a la ofensiva"
La contratación pública a nivel estatal. La verdad es que no tenemos tantas líneas rojas como la Comisión Europea. Como la gente no está prestando atención, las empresas van claramente a la ofensiva, no esconden que realmente quieren bajar las regulaciones en Europa.
¿Y la transparencia? ¿Quién puede acceder a los documentos allí? Aquí funcionarios, cargos de la Comisión y del Consejo y los eurodiputados.
Esos asesores especiales que te comentaba. Hay 500, y un 90% son representantes de empresas. Los congresistas hasta el momento tienen acceso, pero no hay ningún cuarto al que puedan ir a leer. Los senadores que lo han pedido aún no han visto los documentos. Ellos supuestamente tienen acceso, ya lo tienen al TPP, pero muy poca gente tiene acceso real.
La Comisión presentó este lunes su nuevo mecanismo de blindaje de las multinacionales en el CETA. ¿Qué valoración le merece esta copia del ICS del TTIP?
Es lo mismo, tiene los mismos problemas fundamentales del ISDS. Desde la plataforma Diálogo de Consumidores Transatlántico hemos visto que tienen los mismos problemas. Hay algunos cambios que podrían ser positivos, pero sigue existiendo el problema de que solamente las empresas extranjeras tienen el poder de atacar a las leyes públicas.
Y los estados no pueden demandar.
"El hecho de que los árbitros no sean elegidos por las empresas ayuda, pero son árbitros y no jueces, como dice la Comisión"
Los estados no pueden, los ciudadanos no pueden, las empresas nacionales no pueden. Estos tribunales se saltan a las cortes nacionales, no es un sistema justo. El hecho de que ahora los árbitros no puedan ser elegidos por la empresa puede ayudar, pero son árbitros, no jueces, aunque la Comisión diga lo contrario. Y tienen los mismos conflictos de intereses, porque cuanto más tiempo estén llevando un caso mejor pagados estarán, no son asalariados. El hecho de que hayan modificado simbólicamente el ISDS demuestra que se han dado cuenta de que es algo que el público no va a aceptar, por eso intentan cambiarlo. Sin embargo, el ICS incluye algunas cosas peores que la anterior versión, como las expectativas legítimas. Los estándares de las expectativas legítimas ahora quedan plasmados por escrito. Bajo nuestras leyes nacionales eso de poder demandar porque alguien espere ganar algo no existe, es ridículo.
¿Como se ve en EEUU ese ICS en el marco del TTIP? Aquí la Comisión es muy optimista.
Al Gobierno estadounidense no le gusta nada. Acaban de terminar de negociar el TPP y ahí han incluido el ISDS de siempre. Les gusta ese modelo, no les interesa cambiarlo ni que exista un proceso de apelación. El Gobierno estadounidense argumenta que, como nunca ha perdido un caso, no le interesa que exista la posibilidad de apelación. Y las empresas también se han pronunciado en contra.
¿Y el jefe negociador, Dan Mullaney?
Aún no quiere decirlo. Tras la última ronda de negociaciones le pregunté, y sólo respondió que por el momento hay dos propuestas: "La europea y la nuestra", dijo. Sostiene que van muy rápido, que quieren terminar este año, pero cuando les preguntamos si tendrán pronto una versión combinada de ambos modelos responden que no.
¿Cómo va a influir la marcha de Obama al tratado? Parece imposible que el TTIP sea ratificado antes de que él deje la presidencia. ¿Por qué Obama apoya el TTIP?
"Todos los candidatos demócratas y republicanos se están oponiendo a TPP, incluso Donald Trump. Lo necesitan para ser elegidos"
Esa es la gran pregunta a la que nunca hemos encontrado respuesta, porque el TTIP va totalmente en contra de las bases de Obama. Yo tampoco creo que la negociación vaya a terminar durante la Administración Obama. Lo dicen, pero lo hacen con intención defensiva, porque saben que es imposible. Estamos en un año electoral en EEUU y eso significa que el TPP no se va a aprobar en 2016. Todos los candidatos demócratas y republicanos se están oponiendo a TPP, incluso Donald Trump. De hecho es el que va más fuerte en contra del tratado. No sé si realmente están en contra o no, pero públicamente todos se oponen porque lo necesitan para ser elegidos.
Hillary Clinton ha rechazado el TPP, Bernie Sanders también. ¿Qué pasa con el TTIP?
Sanders ha dicho no al TTIP, y Clinton está evadiendo la pregunta. Durante la campaña le han preguntado, veremos si se pronuncia.
¿Aún es posible parar el TTIP?
Es posible, hay muchas diferencias entre los negociadores. Lo que hay que hacer es fortalecer la solidaridad transatlántica, pero es cierto que en Europa los movimientos sociales están mucho más fuertes que hace dos años. Vengo de Alemania, la oposición allí es impresionante, como en Austria. Hay más países que pueden fortalecer sus campañas y convencer a sus representantes en los parlamentos de que no deberían aceptar esas reformas del ISDS. Si se mantienen fuertes estas líneas rojas de presión desde la población de la UE no creo que EEUU lo acepte.
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