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Trump mantiene hasta el último momento su estrategia sobre el fraude electoral en unas elecciones muy reñidas

El candidato republicano ha asegurado sentirse "muy confiado" para esta noche electoral y que está convencido de que ganará, descartando incluso que las elecciones sean tan reñidas como vaticinan las encuestas.

Captura de pantalla donde se observa a Donald Trump, junto a su esposa, Melania Trump, después de depositar su voto, este martes, en el Mandel Recreation Center de Palm Beach, en Florida.
Captura de pantalla donde se observa a Donald Trump, junto a su esposa, Melania Trump, después de depositar su voto, este martes, en el Mandel Recreation Center de Palm Beach, en Florida. EFE

La hora de la verdad ha llegado. Tras una larga y mediática campaña llegó el tiempo de las urnas. Cerca de 244 millones de personas están llamadas a votar en las elecciones de Estados Unidos que se celebran este martes. Si bien 80 millones –una tercera parte– lo han hecho por anticipado, en persona o por correo, de acuerdo con el conteo de la Universidad de Florida.

Es el caso de Kamala Harris, vicepresidenta del país y candidata demócrata, que ya votó hace dos días por correo y envió su papeleta a California, estado en el que fue fiscal general (2011-2017). Con todo, Harris ha hecho una aparición sorpresa en la sede del Partido Demócrata en Washington, donde llamó por teléfono a votantes para animarles a acudir a las urnas antes del cierre de los centros de votación.

Su visita no estaba en la agenda oficial que la Casa Blanca difundió por la mañana. A pesar de ello, la vicepresidenta decidió unirse a un equipo de voluntarios de la campaña en las horas finales de la jornada electoral para contactar directamente con votantes. Harris utilizó su propio teléfono móvil y se escuchó cómo conversaba con una niña de ocho años, a quien le dijo que era "una líder sin importar la edad" y bromeó con que estaba deseando que cumpliera diez años más para que pudiera ejercer su derecho al voto.

El expresidente y candidato republicano Donald Trump, por su parte, ha votado este martes en un colegio electoral de Palm Beach, en el estado de Florida. El magnate ha depositado su papeleta acompañado de su esposa, Melania, antes de prometer a los periodistas que le esperaban que reconocerá su derrota "si las elecciones son limpias". Una calculada ambigüedad que, en cierto modo, podría avanzar escenarios infaustos, no en vano en los anteriores comicios su negativa a aceptar los resultados hizo que algunos de sus seguidores irrumpieran en el Capitolio.

En cualquier caso, Trump ha asegurado sentirse "muy confiado" para esta noche electoral y que está convencido de que ganará, descartando incluso que las elecciones sean tan reñidas como vaticinan las encuestas.

"He oído que nos está yendo muy bien en todas partes (...) Ni se acercará" ha confiado el expresidente, quien ha destacado esta última campaña como la "mejor" de las tres que ha tenido en sus aspiraciones de llegar a la Casa Blanca.

A pesar de haberse mostrado convencido de su triunfo ante los medios, Trump no ha perdido la ocasión de protestar por el sistema electoral estadounidense, al cual ha reprochado tardar demasiado en ofrecer los resultados.

Biden se mantiene en perfil bajo

El presidente estadounidense, Joe Biden, mantiene este martes un perfil bajo mientras la población estadounidense decide si le sucederá en la Casa Blanca la vicepresidenta y candidata demócrata, Kamala Harris, o el exmandatario republicano Donald Trump (2017-2021).

Su agenda de la jornada, según el programa difundido por la Casa Blanca, incluye solo un resumen del día a las 13.30 hora local (18.30 GMT), y tampoco está previsto que la portavoz presidencial, Karine Jean-Pierre, ofrezca una rueda de prensa.

El mandatario demócrata renunció en julio a su carrera a la reelección presionado por las críticas por su pobre desempeño en su debate contra Trump. En X animó este martes a la gente a votar: "Hagamos historia eligiendo a Kamala Harris", dijo en esa red social.

Su última aparición pública se remonta al sábado en Scranton, su localidad natal, en el estado clave de Pensilvania, donde mantuvo un encuentro con sindicatos. En ese mismo estado, Harris cerró este lunes su campaña con un mitin en Filadelfia en el que la acompañaron artistas como Lady Gaga o Ricky Martin.

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