Este artículo se publicó hace 4 años.
Campaña electoralTrump convierte a Irán en el tema central de las elecciones en EEUU
Las arremetidas de Donald Trump contra Irán crecen día a día. A las duras sanciones económicas impuestas se añade la presión, sobre todo sobre Europa, para que abandone el acuerdo nuclear. Dentro de Estados Unidos, está claro que la república islámica se ha convertido en el tema central de la campaña para las elecciones de noviembre, tanto entre los republicanos como entre los demócratas.
Eugenio García Gascón
Jerusalén-
A nueve meses de las elecciones en Estados Unidos, Irán ha acabado por ocupar con pleno derecho el centro de la escena política en la campaña presidencial, tanto entre los republicanos como entre los demócratas. Y ha sido así por deseo expreso del presidente Donald Trump, quien, un día y otro, no oculta la intención de que el conflicto figure en el lugar más destacado de sus prioridades.
Da la impresión de que el presidente desea acabar con Irán a cualquier precio, bien sea por medio de un nuevo acuerdo claramente opresivo o por provocar una revuelta interna que termine con el régimen de 1979. En cualquier caso, está apostando fuerte a esa carta, que parece considerar ganadora, y existen numerosos indicios de que va a seguir haciéndolo en los próximos meses.
Pero Irán no es solo una cuestión republicana. Un dato relevante es que el partido demócrata se interesa por ese país no menos que Trump. El martes, durante el debate que en Iowa mantuvieron seis candidatos demócratas, el último antes de las primarias, que duró dos horas, nada menos que 30 minutos estuvieron dedicados a Oriente Próximo, básicamente a Irán, y, para lamentos de los analistas hebreos, se produjo el hecho insólito de que no se mencionó a Israel en ninguna ocasión, “lo que es significativo por sí mismo”.
Los candidatos coincidieron en que Trump cometió un error al abandonar el acuerdo nuclear de 2015
La primera pregunta del debate fue justamente relativa a Irán. Los candidatos coincidieron en que Trump cometió un error al abandonar el acuerdo nuclear de 2015. De hecho, algunos participantes llegaron a prometer que en el caso de que ganen las elecciones de noviembre, reactivarán el acuerdo que firmó Barack Obama.
La tónica de las respuestas se puede encapsular en la que dio Bernie Sanders, el más progresista y que es judío: “Como saben, el acuerdo nuclear con Irán se realizó con varios de nuestros aliados. Hemos de deshacer lo que Trump ha hecho, reagrupar esa coalición y asegurarnos de que Irán nunca obtiene un arma nuclear”.
En Israel algunas voces se lamentan de que la estrecha relación entre Trump y Benjamín Netanyahu ha convertido el tema del estado judío en un asunto claramente partidista, con los republicanos aludiendo una y otra vez a los históricos vínculos entre los dos países, algo que justamente no ocurre con los demócratas. Pero tanto unos como otros son conscientes de que Irán (e Israel) van a seguir siendo temas centrales, quizás los más centrales, durante la campaña.
Para defender su agresiva política, Trump no ha dudado en tocar las teclas internacionales. El jueves la ministra de Defensa alemana, Annegret Kramp-Karrenbauer, reveló que las presiones de Trump para que los europeos abandonen el acuerdo nuclear están creciendo. La ministra dijo que Washington ha amenazado con elevar un 25 % las tarifas a todas las exportaciones de coches europeos.
Kramp-Karrenbauer explicó que Trump ha advertido “secretamente” a Francia Alemania y el Reino Unido en ese sentido. “Esta expresión o amenaza, como queráis, existe”, recalcó la ministra. Se trata de una declaración que revela a las claras que Trump va a por todas y que considera que nada debe interponerse en su camino. Los europeos, por su parte son incapaces de articular una política exterior acorde con sus intereses en Oriente Próximo.
Los europeos, incapaces de articular una política exterior acorde con sus intereses en Oriente Próximo
Otra indicación no menos clara de que Trump pone a Irán en el centro de la campaña es que el presidente, para llegar a un acuerdo de paz con los talibanes afganos, les ha puesto como condición que corten sus relaciones con Teherán. El movimiento yihadista afgano ha revelado esta información a distintos medios de comunicación de la región. Estados Unidos desplegó a sus tropas en Afganistán hace 18 y es el conflicto militar más largo en el que se ha visto implicado.
Estas informaciones apuntan a que Trump va incrementar la presión en todos los frentes, tanto desde dentro como desde fuera de Estados Unidos, como muestran los mencionados casos de Europa y los talibanes. Y esto significa que está dispuesto a “resolver el problema” cueste lo que cueste, por todos los medios a su alcance antes de que se abran los colegios el 2 de noviembre.
Algunos analistas señalan que el presidente cree que lo ideal sería renegociar el acuerdo de 2015 y presentar el nuevo acuerdo como una gran victoria ante los electores. No obstante, es obvio que Trump no dará un paso de esta naturaleza, aun en el supuesto de que Teherán se aviniera a negociar, si no cuenta con el visto bueno de Benjamín Netanyahu, y lo ocurrido hasta ahora muestra que Netanyahu no quiere ninguna clase de acuerdo sino la caída del régimen.
No cabe duda de que fuera de Israel y sus aliados, principalmente Arabia Saudí y los Emiratos Árabes Unidos, muchos desearían que el conflicto se resolviera pacíficamente cuanto antes y de una manera satisfactoria para todos. En este grupo hay que incluir a Europa, pero es evidente que Europa es un rehén de Trump y no moverá ningún dedo contra el presidente.
Los iraníes pueden activar resortes para obstaculizar el camino de Trump
A Irán no le queda más remedio que gestionar sus capacidades a lo largo de los próximos meses con la esperanza de que en las elecciones gane algún candidato demócrata, algo que no parece fácil en estos momentos. En cualquier caso, los iraníes pueden activar resortes para obstaculizar el camino de Trump para su reelección y sin duda lo harán.
El anuncio que el miércoles hizo el presidente Hassan Ruhani en el sentido de que Irán ha empezado a enriquecer uranio a un nivel más elevado que antes del acuerdo de 2015, es sin duda uno de esos resortes. Se trata de una medida arriesgada con la que Teherán quiere demostrar que por las malas está dispuesta a llegar hasta el final, y ante la que Trump pronto tendrá que posicionarse de una manera u otra.
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