La escena es inédita. Si no se tratara de un modus operandi que valida el propio presidente de Argentina, Javier Milei, quedaría como parte de una tragicomedia. Después de que un tuitero libertario amenazase con echar al secretario de Bioeconomía, Fernando Vilella, por haber dado me gusta a un mensaje de Martín Lousteau crítico con el Gobierno en la red social X, el gabinete entero entró en pánico por las publicaciones de La Libertad Avanza en redes.

La mayoría de los funcionarios ya entienden esas jugadas como una "manera indirecta de decirnos cosas que tiene en mente el presidente". "Si caes en manos de los trolls, te van a echar", comentan en los despachos oficiales.

En ese contexto, algunos dirigentes como el ministro de Economía, Luis Caputo, decidieron salir a tuitear, sobreactuando para evitar la persecución de los trolls libertarios, que actúan como una especie de alter ego de Milei. "Toto le festejan, hasta cuando le pone dos sobres de azúcar a la gaseosa", bromeó ante Página 12 alguien que sigue esta dinámica surreal de ejercicio del poder presidencial. Hace unos días, el presidente contó que en la campaña le agregaba dulce a la bebida para sobrellevar el ritmo de trabajo.

El perdón ante lord Adorni

En este escenario, el miedo que siembran los trolls es tan grande que el caso de Vilella escaló a todos los sectores de la administración y obligó al propio secretario a una movida nunca vista. A primera hora de la mañana, el titular de la ex cartera de Agro llamó insistentemente por teléfono al portavoz presidencial, Manuel Adorni, para pedirle perdón por dar me gusta a un tuit de Lousteau. Las fuentes consultadas por Página 12 aseguran que Vilella quería tratar de "aclararle el asunto al portavoz para que no lo echase en cara en la conferencia de prensa de las 11". Esa misma situación que llevó adelante Vilella les pasó a otros funcionarios que alguna vez fueron "retados" en redes sociales por los enviados virtuales de Milei.

Omar Yasín, secretario de Trabajo, fue expulsado por Milei en un programa de televisión. El presidente ultra lo acusó de un crimen que no había cometido, como el de autorizar los aumentos salariales de la administración pública. El otro caso resonante que arrancó con un encontronazo en redes sociales fue el del ex ministro de Infraestructura, Guillermo Ferraro, culpado por haber filtrado información de una reunión del Consejo de Ministros. Horas después de la filtración, Ferraro fue despedido. Los trolls ya le habían atacado en el mundo virtual.

Los trolls libertarios han puesto el foco en todos los enemigos de Karina, la hermana de Milei y secretaria de la Presidencia. Los usuarios que la incomodan, son objeto de sus ataques en Twitter. Milei mantiene activas muchas cuentas que le responden directamente y que utiliza para aleccionar opositores y dirigentes de su propio gobierno.

El error de Villela

Vilella cometió el pecado de darle me gusta a una publicación del titular de la UCR, Martín Lousteau, con críticas a la nula política comunicacional y sanitaria del Gobierno.

"Peor epidemia de dengue en 15 años", "ni una campaña de prevención nacional a la vista", "ministro de salud que brilla por su ausencia", eran algunas de las críticas posteadas en las redes. Ante el like de Vilella, el ataque del troll de la cuenta @GordoDan fue el siguiente: "Che @vilellafer a partir de mañana no formas más parte del gobierno. Nos vemos". El verdadero nombre de Dan es Daniel Parisini y, a priori, no tiene ningún cargo conocido en el organigrama oficial, pero es un militante mileísta de la primera época.

Asustado por el revuelo, Vilella salió rápidamente a cubrirse en redes, con un tuit inédito. "Obviamente fue un error que ya enmendé. Jamás lo haría con alguien con quien disiento en casi todo", le respondió el funcionario público al troll sin cargo, lo que muestra el rol de disciplinamiento. El conflicto no terminó aquí y "Dan" Parisini no se quedó callado. Le respondió al secretario de Bioeconomía: "No me interesa. Llévenselo".