Joe Biden, presidente de Estados Unidos, le ha asegurado a Vladímir Putin, presidente de Rusia, que si ataca Ucrania tomará "fuertes medidas económicas y de otro tipo", y le ha pedido rebajar las tensiones. Por su parte, el presidente ruso pretende que Ucrania no llegue a formar parte de la OTAN, siendo esta una de sus "líneas rojas".

En la cumbre realizada por videoconferencia, Biden ha expresado su preocupación y la de sus aliados europeos sobre la "escalada militar de Rusia en los alrededores de Ucrania". Ha reiterado su apoyo a la soberanía e integridad territorial de Ucrania y ha pedido "una desescalada y un regreso a la diplomacia".

Tras la tensa conversación, los presidentes "encargaron a sus equipos que den seguimiento" a lo hablado. Estados Unidos planea hacerlo "de forma coordinada con sus aliados y socios", sobre todo en Europa, según informa Efe. 

Estados Unidos trabaja junto con la Unión Europea en un paquete de sanciones económicas que disuadan a Rusia de un posible ataque a Ucrania, en cuyas fronteras hay hasta 94.000 soldados rusos. La Casa Blanca cree que Putin podría atacar o incluso invadir con unos 175.000 soldados. Ucrania calcula que el momento más probable de una nueva agresión rusa sería a finales de enero de 2022. Biden ha insistido en el apoyo de Washington a la "soberanía" y la "integridad territorial" de Ucrania.

Putin acusó a la OTAN de incumplir la promesa de no expandirse al antiguo bloque comunista en 1999 (Polonia, Hungría y la República Checa) y 2004 (Bulgaria, Rumanía, Eslovaquia, Eslovenia, Lituania, Estonia y Letonia). Ucrania aspira a integrarse en la OTAN como mejor mecanismo de defensa ante la amenaza del Kremlin.