Este artículo se publicó hace 15 años.
A la sombra de Schröder
Su oratoria simple y directa que logra conectar con el público recuerda mucho al ex canciller socialdemócrata aunque no tiene su carisma
Frank-Walter Steinmeier ha tenido que pelear duro para deshacerse de una larga sombra. "No soy en absoluto como Gerhard Schröder", insiste el candidato del Partido Socialdemócrata cada vez que un reportero osa compararle con el ex canciller que fue su padrino político. Su oratoria simple y directa que logra conectar con el público recuerda mucho a Schröder. Pero el todavía vicecanciller y ministro de Exteriores está lejos de tener el carisma de su antiguo jefe. A diferencia de Schröder, que cultivaba cierta imagen machista con sus puros, trajes de diseño y esposa joven, Steinmeier se conforma con un perfil de tecnócrata eficaz. Prefiere el Tirol a la Toscana o Mallorca para pasar las vacaciones con su mujer y su hija de 13 años .
El candidato del SPD ha eludido hablar de Afganistán en la campañaEn estas semanas ha sorprendido, y no sólo a sus colegas del SPD, demostrando que sabe hacer campaña, aunque haya sido de guante blanco. También ha hecho gala de un seco sentido del humor. Muchos alemanes consideran a este hombre, nacido en Westfalia hace 53 años, un tipo serio y fiable.
Como muchos dirigentes socialdemócratas, Steinmeier viene de una familia humilde y tuvo que luchar para obtener una licenciatura de Derecho.
Asesor en la sombraSu carrera política empezó en 1991 como asesor de medios de Schröder, que entonces era primer ministro de Baja Sajonia. Cuando el SPD puso fin a la era de Helmut Kohl, Schröder se llevó a su fiel ayudante al Gobierno y le convirtió en jefe de Gabinete. Desde la sombra, Steinmeier participó en las grandes decisiones del Gobierno rojiverde, incluyendo la controvertida Agenda 2010. A la vez se familiarizaba con la política exterior, lo que le llevaría al puesto del jefe de la diplomacia alemana con la gran coalición y Angela Merkel.
Pero en la campaña, Steinmeier prefirió hablar de temas económicos y de política interior. En su discurso en Dortmund, se refirió sólo una vez a asuntos exteriores cuando recordaba al público la feroz oposición de Schröder y el SPD a la guerra de Irak. Ni una palabra de la misión en Afganistán, que cada vez está siendo más cuestionada por los alemanes. Durante la reciente crisis por el bombardeo de dos camiones cisternas ordenado por las tropas alemanas, Steinmeier cedió el protagonismo al ministro de Defensa de la CDU, Franz-Jung, que tuvo que soportar todas las críticas por la muerte de decenas de civiles.
Como ex miembro del Gobierno de Schröder, que aprobó los impopulares recortes de ayudas sociales que finalmente le costaron el Gobierno, el candidato ha intentado ahora convencer al votante de su vocación por la justicia social. "La democracia no puede sobrevivir sin mecanismos que garantizan la justicia social", ha sido uno de sus lemas. Muchos no se lo han comprado.
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