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El ejército israelí ha reconocido este miércoles que durante la última semana ha intentado asesinar a Mohammed Deif dos veces, que se suman a otras cinco ocasiones en las que lo intentó en el pasado. En ninguna de ellas tuvo éxito, aunque el actual jefe militar de Hamás en la Franja de Gaza resultó herido de gravedad en varias de ellas.
Lo ha confirmado un portavoz del ejército, quien no ha precisado los detalles de los últimos dos intentos. Se sabe que todos los líderes políticos y los jefes militares de Hamás se ocultaron hace diez días, cuando se inició la guerra, y también se sabe, porque lo han dicho responsables del ejército, que su eliminación es para Israel una prioridad.
El legendario comandante supremo de las Brigadas Izz al Din al Qassam, el brazo armado de Hamás, nació en 1965 en la ciudad de Jan Yunis, al sur de la ciudad de Gaza, y ha figurado en lo más alto de los palestinos buscados desde 1995, veintiséis años en los que ha conseguido burlar a sus perseguidores, a veces por los pelos, como en 2014, cuando las bombas acabaron con la vida de su esposa y sus dos hijos, una niña de cuatro años y un bebé de seis meses.
Su apellido real es Al Masri, aunque todo el mundo lo conoce por Deif, que en árabe significa "huésped" o "invitado". Su familia es originaria de la zona de Ashkelón, la ciudad israelí más próxima a la Franja de Gaza, pero fue expulsada a Gaza cuando se estableció el estado en 1948 para convertirse en refugiados. Algunos militares creen que su origen familiar explica por qué Ashkelón es la ciudad más castigada por los artesanales cohetes de Hamás.
Desde su ingreso en Hamás, en 1990, tres años después de la fundación de la organización islamista en la ciudad de Gaza, el abultado currículo de Mohammed Deif no ha parado de crecer. Los israelíes le atribuyen un sinfín de ataques y atentados, algunos en colaboración con su mítico correligionario Yahiya Ayyash, que posteriormente fue asesinado.
Además, Deif es responsable de la resistencia en general, lo que incluye las estrategias aplicadas durante las repetidas guerras que ha habido en las últimas dos décadas, cuando las milicias palestinas, incluidas las de Hamás, han disparado millares de cohetes contra Israel que han causado decenas de muertos.
En 1994 secuestró y asesinó a tres soldados y en esos mismos años fue, junto con Yahiya Ayyash, el arquitecto de una serie de atentados contra autobuses urbanos en las ciudades de Jerusalén y Ashkelón que dejaron medio centenar de muertos y sacudieron a la opinión pública israelí, así como del envío a Israel de numerosos comandos suicidas.
Temporalmente detenido por la policía palestina, tras ser liberado en 2001, en plena segunda intifada, organizó un gran número de atentados dentro de Israel. Fueron los años más crudos para el estado judío, que reprimió con dureza la rebelión palestina después de que quedara claro que Israel no tenía ninguna intención de evacuar los territorios ocupados en la guerra de 1967.
Asumió la jefatura de las Brigadas al Qassam en el verano de 2002, de manera que desde entonces ha estado implicado en innumerables ataques y atentados. Pero a diferencia de sus predecesores al mando de las Brigadas, que en un periodo de tiempo relativamente corto fueron asesinados, Mohammed Deif ha conseguido burlar milagrosamente a sus perseguidores.
Los repetidos intentos de asesinato por medio de cazas lo han convertido en un tullido. Algunos militares aseguran que en la actualidad es "apenas un pedazo de carne", y sin embargo, pese a su estado, es capaz de dirigir el brazo militar de Hamás y ha conseguido modernizarlo y prepararlo para cada uno de los conflictos que se han sucedido.
Mohammed Deif no se prodiga en público y aunque circulan varias fotografías antiguas de él, continúa siendo un enigma para los israelíes. En una ocasión dijo que no existe ninguna alternativa a la lucha armada para recuperar toda Palestina y que Israel no solo es enemigo del islam sino también de toda la estirpe humana.
Fuentes militares llevan días repitiendo que la máxima prioridad consiste en acabar con algún líder político o militar de Hamás, y que Mohammed Deif es su principal objetivo. Todos los servicios de inteligencia andan detrás de él pero el comandante de las Brigadas al Qassam se sigue mostrando como un personaje sumamente escurridizo. No cabe duda de que si no es en esta campaña, en alguna futura se acabará con él, tal y como les ha ocurrido a sus predecesores.
De momento, ese "pedazo de carne" que los militares afirman que ya ha perdido las dos piernas, un brazo y un ojo en anteriores intentos de asesinato, ha sorprendido a los israelíes desafiando su dominio de Jerusalén con el lanzamiento de cohetes en el primer día de la guerra, y luego disparando millares de cohetes contra numerosas localidades, incluida Tel Aviv, obligando a cerrar el aeropuerto que conecta el país con el extranjero.
El general Eliezer Toledano dijo al Canal 12 que cuanto más dure la guerra más posibilidades habrá de acabar con el elusivo Deif, y confirmó que tanto él como el segundo líder del brazo político de Hamás Yahiya Sinwar serán atacados por los aviones tan pronto como se pongan a tiro. El máximo líder de la jerarquía política de Hamás, Ismael Hanniya, se haya fuera de Gaza.
En la noche del sábado, y a falta de algo mejor, la aviación bombardeó el domicilio de Sinwar pero la vivienda estaba vacía. Sinwar, que pasó más de veinte años en las cárceles israelíes antes de ser liberado en un canje de prisioneros en 2011, es partidario de pactar con Israel un alto el fuego de larga duración. El bombardeo de su domicilio fue otra señal en el sentido de que Israel está detrás de los líderes de Hamás.
La importancia y la influencia de Mohammed Deif es considerable, incluso en el aparato político de Hamás, y se ilustra considerando que en la última guerra de 2014, quien llevó el peso de la negociación del alto el fuego con Israel fue el presidente Mahmud Abás, mientras que en esta ocasión Abás es irrelevante, algo que no puede decirse de Deif.
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