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Golpe de Estado MyanmarLa represión en Myanmar deja al menos 18 muertos en las protestas por la democracia
La ONU ha lanzado un comunicado advirtiendo de la cifra de fallecidos. "En varios lugares de todo el país, fuerzas policiales y militares se han enfrentado a manifestaciones pacíficas utilizando la fuerza letal", ha denunciado hoy en un comunicado la Oficina de la alta comisionada de la ONU para los Derechos Humanos, Michelle Bachelet.
Rangún (Myanmar)-Actualizado a
La Policía de Myanmar (Birmania) disparó munición real este domingo durante la represión contra las protestas antijunta, en el día más sangriento desde el golpe de Estado del 1 de febrero y que se ha cobrado la vida de al menos nueve personas. Las fuerzas de seguridad abrieron fuego de manera indiscriminada en al menos las ciudades de Rangún, antigua capital y urbe más poblada, Dawei y Mandalay para reprimir las manifestaciones masivas que exigen a los militares que devuelvan el poder al pueblo y liberar a los políticos detenidos tras la asonada.
En Mandalay, la segunda ciudad más poblada y donde los militares afrontan una gran oposición, han muerto dos personas, una de ellas, tras recibir un disparo en la cabeza efectuado por los uniformados, según declaró un testigo que ayudó a recuperar el cadáver, mientras el portal Myanmar Now informa de 6 heridos de bala. En la antigua capital, dos jóvenes murieron por herida de bala, apunta el canal Democratic Voice of Burma, mientras el diario Mizzima informa de al menos cuatro heridos por disparos contra una casa. En Dawei, en el sur del país, la Policía disparó varias rondas de munición real contra la muchedumbre y, hasta el momento, arroja un balance de una docena de heridos y cuatro fallecidos, reporta el medio local Dawei Watch.
El número de muertos va aumentando dada la violenta represión desatada por las autoridades a lo largo del país. "Myanmar es un campo de batalla", indicó el cardenal Charles Maung Bo, arzobispo de Rangún, al describir en Twitter la situación actual del país.
Charles Maung Bo: "Myanmar es un campo de batalla"
La Policía usó también este domingo balas de goma, gas lacrimógeno y granadas aturdidoras contra los manifestantes, quienes levantaron en Rangún barricadas improvisadas para frenar las acometidas. A pesar de las cargas y violencia policial, los manifestantes regresaban una y otra vez a las calles al rebajarse la tensión y en desafió a las fuerzas de seguridad, apoyados en las calles de la antigua capital por unidades militares.
En otras ciudades del país, como Bago, Myitkyina o Lashio, la Policía actuó con violencia para reprimir los movimientos de oposición contra la junta militar, encabezada por el general golpista Ming Aung Hlaing, acusado de genocidio en el Tribunal de La Haya por la campaña militar contra la etnia rohinyá en 2017 en el oeste del país.
En Mandalay un grupo de manifestantes detuvo a cinco policías que viajaban en un coche, blanco y sin la identificación policial, cuyo maletero transportaba al menos media docena de armas y numerosa munición, recoge el diario The Irrawaddy.
479 detenidos el sábado
Desde hace semanas, centenares de miles de personas se manifiestan en contra de la junta militar y exigen la puesta en libertad de todos los arrestados tras el golpe de Estado, entre ellos la depuesta líder, Aung San Suu Kyi. El canal público MRTV, ahora bajo control militar, informó anoche de la detención el sábado de 479 personas acusadas de "protestas contra el Estado" durante una de las jornadas más violentas desde el levantamiento.
No se ha informado hasta el momento del número de detenidos durante el domingo, aunque The Irrawaddy informa sobre medio centenar de estudiantes de la Facultad de Medicina de Rangún arrestado a primera hora de este domingo y cuando organizaban una marcha.
La junta militar asegura, por su parte, que la Policía utiliza la fuerza mínima contra las manifestaciones, mientras el diario oficialista The Global New Light of Myanmar publicó este domingo un artículo donde la Policía amenaza con "tomar acciones legales" contra los líderes de las manifestaciones.
Los militares destituyen al embajador birmano en la ONU
El ministerio birmano de Asuntos Exteriores informó de la destitución del embajador de Myanmar en Naciones Unidas, Kyaw Moe Tun, nombrado por el Gobierno derrocado, tras pedir el viernes en un discurso frente a la Asamblea General de la ONU medidas contundentes para terminar con el gobierno militar.
Los militares acusan a Kyaw Moe de "alta traición" contra el país
El comunicado acusa a Kyaw Moe Tun de cometer un delito de "alta traición" contra el país y "abusar de los poderes y responsabilidades" durante su intervención, que terminó con el gesto de alzar tres dedos popularizado entre la oposición a los militares. Por su parte, el relator especial de la ONU para Myanmar, Tom Andrews, ensalzó el gesto de "valentía" de Kyaw Moe Tun y pidió, en un mensaje en Twitter, que los países actúen contra el gobierno militar.
El Ejército justificó la toma de poder por un supuesto fraude electoral en los comicios de noviembre, donde observadores internacionales no detectaron ningún amaño, en los que arrasó la Liga Nacional para la Democracia, el partido liderado por Suu Kyi, como ya hiciera en 2015.
A pesar de la celebración de elecciones y el proceso iniciado en 2011 en Myanmar hacia una "democracia disciplinada", como la denominan el Ejército -que gobernó el país con puño de hierro de 1962 a 2011-, el mando castrense mantenía todavía un amplio control sobre los aspectos políticos y económicos del país.
Al menos 17 muertes desde el inicio de las protestas
De confirmarse estas nueve víctimas mortales, se sumarían a las ocho de las que ha informado hasta la fecha por la AAPP, en balances difíciles de contrastar por la ausencia de medios en las zonas de las protestas y el apagón informativo reinante en Myanmar tras el golpe de principios de mes. La AAPP ha contabilizado 601 presos políticos, 42 de ellos con condena.
"La evidente escalada del uso de la fuerza letal por parte de las fuerzas de seguridad de Myanmar en varias localidades y ciudades de todo el país en respuesta a las manifestaciones mayoritariamente pacíficas es indignante e inaceptable y debe cesar de inmediato", ha afirmado el subdirector para Asia de Human Rights Watch, Phil Robertson. "La munición real no debería utilizarse para controlar ni dispersar manifestaciones y la fuerza letal solo se puede utilizar para proteger la vida o evitar heridas graves", ha remachado.
La ONU denuncia que 18 manifestantes han muerto en las protestas
La ONU ha denunciado que al menos 18 personas han muerto y 30 han sido heridas en la represión policial y militar de las protestas pacíficas que han tenido lugar hoy contra el golpe de Estado en Myanmar y en las que se reclamaba el retorno de la democracia.
"En varios lugares en todo el país, fuerzas policiales y militares se han enfrentado a manifestaciones pacíficas utilizando la fuerza letal", denunció hoy en un comunicado la Oficina de la alta comisionada de la ONU para los derechos humanos, Michelle Bachelet. Según las informaciones recogidas por este organismo, las muertes han ocurrido como resultado de los disparos contra manifestantes en Rangún, Dawei, Mandalay, Bago, Pokokku y Myeik.
La Oficina de Bachelet afirmó que solo hoy se han detenido al menos 85 profesionales médicos, estudiantes y siete periodistas que estaban en las protestas.
En el mes de manifestaciones se calcula que más de 1.000 personas han sido detenidas de forma arbitraria e ilegal, y que entre ellos hay varios responsables políticos, activistas, miembros de organizaciones de la sociedad civil, periodistas y profesionales médicos. Algunos de los detenidos están en paradero desconocido, un hecho identificado como crimen de desapariciones forzadas.
ONU: "Pedimos a los militares que cesen de inmediato de utilizar la fuerza contra manifestantes pacíficos"
Una portavoz de Bachelet denunció que desde el golpe de Estado las fuerzas de seguridad han ido aumentando sus ataques contra la oposición y los ciudadanos que salen por decenas de miles a las calles en distintas ciudades del país para expresar su rechazo a la asonada militar y exigir la libertad de los presos políticos.
En la mayoría de casos no se ha respetado ninguna forma de debido proceso y las detenciones responden "al simple hecho de ejercer los derechos humanos de libertad de opinión, expresión y reunión pacífico", sostuvo la ONU.
"Condenamos con firmeza la escalada de violencia contra las protestas en Myanmar y pedimos a los militares que cesen de inmediato de utilizar la fuerza contra manifestantes pacíficos", señaló la ONU.
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