Este artículo se publicó hace 16 años.
El régimen usa la ayuda como propaganda
Estampa las caras de los generales sobre las cajas con kits de emergencia
Antes de repartir las cajas con ayuda humanitaria internacional, la Junta Militar birmana se ha tomado su tiempo para estampar sobre ellas las caras de los generales que gobiernan el país. Todo vale para hacer propaganda, debe pensar un régimen que ha subordinado la asistencia a las miles de víctimas por el ciclón Nargis a la convocatoria de un referéndum para perpetuarse en el poder.
Cargamentos con ayuda de emergencia llegaron ayer a Birmania por tierra y aire bajo supervisión de Naciones Unidas. La FAO ha repartido toneladas de arroz en Rangún y localidades afectadas del delta del Irawadi mientras se distribuían también pastillas potabilizadoras, plásticos y kits de emergencia.
Aún así, el régimen militar sigue entorpeciendo la distribución. Por un lado, aún se ponen trabas a la entrada de cooperantes internacionales. Por otro, los militares aceptan dinero y ayuda pero quieren ser los únicos en gestionar su distribución.
Por este motivo, ayer volvieron a incautarse de la carga de dos aviones de la ONU, según denunció Marcus Prior, portavoz de la FAO. "La situación es muy parecida a la de los otros dos", dijo Prior en referencia a los aviones que el viernes fueron detenidos en la aduana birmana.
"Continuaremos enviando aviones. Nuestras discusiones con el Gobierno continúan. Esperamos que sean positivas", aseguró el portavoz.
Las agencias internacionales dudan que la Junta birmana pueda distribuir toda la ayuda en solitario. Como las carreteras están cortadas por los daños causados por el ciclón, el reparto debe realizarse con transporte aéreo. El régimen cuenta con sólo una docena de helicópteros y menos de veinte aviones de carga.
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