MADRID
"Cuando comienza el saqueo, comienza el tiroteo". Un antiguo jefe de la policía de Miami, Walter Headley, fue la primera persona que pronunció estas palabras, tal y como recuerda el Miami Herald citando su hemeroteca.
Lo hizo en el año 1967, en una década marcada en la historia de Estados Unidos por las protestas que se vivieron durante el Movimiento por los derechos civiles que lideraba Martin Luther King Jr.
Más de medio siglo después, hace aproximadamente una semana, el actual presidente estadounidense, Donald Trump, escribió estas mismas palabras en una publicación en su cuenta personal de Twitter.
Con las manifestaciones en repulsa del asesinato de George Floyd en plena ebullición, esta frase de Trump ha abierto un debate inaudito en el seno de las redes sociales: ¿deberían Twitter, Facebook y compañía actuar ante este tipo de mensajes?
Para la red del pájaro, la respuesta ha sido ‘sí’. Después de haber cuestionado la veracidad de dos tuits del presidente sobre el voto por correo apenas unos días antes, Twitter advirtió que la publicación en la que Trump recuperaba esta antigua frase de Headley incumplía las normas de la plataforma por "glorificar la violencia". En respuesta, además de amenazar a la red social con una batalla legal, el presidente ha sepultado estas correcciones públicas bajo una avalancha de tuits, fijando un nuevo récord de publicaciones diarias (200 durante las 24 horas del pasado sábado) y semanales (468), según las recopilaciones del portal Factba.se
La semana pasada, Snapchat se sumó a la postura de Twitter: "Hemos dejado de promocionar el contenido del presidente en la pestaña ‘Descubre’", aseguraba la compañía en un comunicado. Esta decisión suponía un contratiempo más notable de lo aparente para Trump, pues había elegido esta plataforma como un punto estratégico para acceder al público joven. Así lo muestra su crecimiento exponencial durante los últimos ocho meses, en los cuales había conseguido triplicar sus seguidores en la plataforma hasta alcanzar 1,5 millones, según Bloomberg.
Sin embargo, si a alguien presionó aún más esta decisión fue a Facebook. Inicialmente, la compañía decidió no tomar postura alguna frente a los beligerantes mensajes del presidente. Tras recibir un sinfín de críticas desde dentro y fuera de la empresa, su CEO, Mark Zuckerberg, ha prometido revisar las normativas de la plataforma, pero lo cierto es que el mensaje de Trump todavía no ha recibido ninguna revisión.
Motín en Facebook
La inacción ante estas publicaciones ha generado un descontento dentro de la empresa que se ha ido haciendo más notorio con el paso de los días.
El lunes de la semana pasada trascendió la dimisión del ingeniero de software Timothy Aveni, quien alegó no poder soportar "la continua negativa de Facebook a actuar ante los mensajes intolerantes del presidente destinados a polarizar al público estadounidense".
Ese mismo lunes, hasta 400 empleados de la plataforma, según The Verge, participaron en una protesta virtual en rechazo a la postura defendida por su jefe.
Antiguos empleados aseguran que esta postura es "una traición a los ideales que sostiene Facebook"
Al día siguiente, Zuckerberg defendió y reafirmó su decisión en una tensa reunión virtual que mantuvo con sus empleados.
El miércoles, surgieron más voces críticas con Facebook. En esta ocasión fueron más de 30 extrabajadores los que advirtieron al CEO de la compañía a través de una carta abierta : "Esto es una traición a los ideales que sostiene Facebook. La compañía a la que nos unimos valoraba dar a los individuos una voz tan alta como la de su Gobierno, protegiendo a los indefensos en lugar de a los poderosos".
Finalmente, este sábado, más de 200 científicos –cerca de la mitad de ellos beneficiarios de los fondos de una entidad filantrópica creada por Zuckerberg– remitieron una carta al CEO de la compañía en la que reconocían estar "profundamente preocupados por la postura que ha tomado Facebook" y le sugerían "considerar políticas más estrictas frente a la desinformación y el lenguaje incendiario".
¿Cederá Zuckerberg?
Arrinconado por las críticas internas y externas, Zuckerberg dio, aparentemente, un paso atrás el viernes al anunciar que la compañía va a revisar sus normativas.
Entre los puntos a cambiar, destaca uno en el que abre la puerta a un nuevo tratamiento para los contenidos que incitan a la violencia, pues actualmente Facebook solo baraja la opción de eliminarlos si se demuestra que incumplen sus reglas.
Por lo tanto, en un futuro Zuckerberg podría plantearse dejarlos visibles, pero con una advertencia previa que avise al usuario de las normas que ha infringido esa publicación. Esta es, precisamente, la práctica que ha desarrollado Twitter con los mensajes cuestionados de Trump.
Zuckerberg recuerda que "no hay excepciones" para los políticos, pero sus empleados y los verificadores lo ponen en duda
"No hay excepciones en esta norma para políticos o contenidos periodísticos", sentenciaba el CEO de Facebook sobre esta cuestión. Una excepción –la de no entrar a contrastar el discurso político– que, no obstante, sí que existe en los acuerdos que la red social mantiene, en el caso español, con verificadores como Maldita.es, Newtral, EFE Verifica o AFP.
Según The Washington Post, en la mencionada reunión, los empleados dirigieron varias preguntas a su jefe y, precisamente, la más votada fue la siguiente: "¿Podemos cambiar nuestras políticas en torno a la libertad de expresión política? Los políticos no deberían estar exentos de la verificación de hechos y la eliminación de los discursos de odio".
Esta letra pequeña que se esconde en el programa de verificación de Facebook revela el esfuerzo realizado hasta ahora por la plataforma para mantenerse al margen del debate político. Finalmente, han sido unas palabras pronunciadas hace más de medio siglo por un policía de Miami las responsables de que mantenerse al margen ya no sea una posibilidad para las redes sociales.
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