El inicio de la guerra de Rusia en Ucrania el pasado 24 de febrero ha acelerado un proceso de reconfiguración de las relaciones internacionales. Algunos de los países que rodean al régimen de Vladímir Putin han empezado a moverse tras la invasión y no precisamente en favor del Kremlin.

Uno de los más decididos ha sido Finlandia, cuyo Gobierno ya ha revelado su apoyo a integrarse en la OTAN, tal y como indicaron en un comunicado la primera ministra del país, Sanna Marin, y el presidente, Sauli Niinistö. Ambos mandatarios confían en que el proceso se haga "rápidamente". Pero el país nórdico aún debe pasar una serie de trámites que se pueden alargar en el tiempo. 

Pero, ¿cuál es el motivo detrás de este paso histórico de Finlandia? Marin y Niinistö emitieron un comunicado en el que fueron claros: manifiestan que si se produce el acuerdo de adhesión fortalecerán su defensa y la de la Alianza. "La membresía en la OTAN fortalecería la seguridad de Finlandia. Como miembro de la OTAN, Finlandia fortalecería toda la alianza de defensa", remarcan en el escrito. 

Rusia, "la mayor amenaza realista"

En la misma línea se ha expresado el ex primer ministro Alexander Stubb, que en una entrevista en la CNN ha admitido que hasta ahora se habían mantenido buenas relaciones en materia de defensa con Rusia, a pesar de que la consideran "la mayor amenaza realista en el país". El político ha explicado que la seguridad de su país se basa, por un lado, en la geografía y la historia y, por otro, en el idealismo y el realismo.

Esta cosmovisión política que choca con el ideario del régimen de Putin "convierte a la OTAN en la opción pragmática". No solo ha hablado de la invasión a Ucrania, también he hecho referencia a las amenazas a Moldavia, país al que se han aproximado las tropas rusas. 

Lo cierto es que Rusia no ha visto con buenos ojos el acercamiento de Finlandia y ya ha expresado que, si se produce la adhesión, analizarán el escenario y tomarán las medidas necesarias para garantizar su seguridad y "equilibrar la situación".