Vladimir Putin se ha erigido este jueves en adalid de la cultura cristiana con el único objetivo de defender su ley contra los homosexuales. 'Occidente ha perdido sus valores y así lo demuestra el matrimonio gay.

Vemos como muchos países euroatlánticos reniegan de sus propias raíces, incluso las cristianas, que son la base de la civilización occidental, negando la identidad nacional, cultural, religiosa y hasta de género', dijo el presidente ruso en una conferencia internacional en la región de Novgorod.

Según recogen los medios italianos, Putin ha aprovechado la ocasión para hacer un guiño a su inseparable amigo Silvio Berlusconi delante de Romano Prodi, precisamente una de las personas a las que más odio personal puede tener Il Cavaliere. 'Si Berlusconi fuese gay, nadie le habría tocado un pelo. Está siendo juzgado porque vive con mujeres', dijo Putin, al que quizá habría que aclararle que una cosa es vivir con mujeres y otra ser el responsable de una red de prostitución con mujeres menores de edad y aprovechar tu posición de primer ministro para ocultarlo. Prodi, ruborizado por lo que estaba escuchando, sólo ha sido capaz de responderle 'bueno, bueno'.

Putin, jugando con los conceptos de una manera muy sui generis, dijo durante su discurso que el Estado 'debe respetar los derechos de todas las minorías' pero recalcó que 'el derecho de la mayoría no puede ponerse en entredicho'. Según su punto de vista, 'las personas pierden la dignidad humana cuando no respetan los valores que han establecido el cristianismo y otras religiones milenarias'.