Este artículo se publicó hace 5 años.
Primera ministra FinlandiaAsí ha logrado Finlandia que su política esté copada por mujeres
El país escandinavo tiene un Gobierno pionero en la historia de Europa. La llegada de Sanna Marin culmina las sensaciones de cambio tras una legislatura en la que la extrema derecha tuvo una relevancia excepcional.
Jose Carmona
Madrid--Actualizado a
El pasado 10 de diciembre Sanna Marin era proclamada primera ministra del Gobierno de Finlandia tras la dimisión de Antti Rinne, lider del Partido Socialdemócrata. De golpe, los focos internacionales viraron al norte y se agolparon frente al ascenso récord de una mujer de 34 años, de origen trabajador, de madre lesbiana y con un expediente académico nada excepcional. Marin será la tercera primera ministra del país y la más joven de su historia.
Pero, además, el Ejecutivo tiene mayoría femenina (12 de los 19 que forman el gabinete) y varias de las principales carteras (la primera ministra, Interior, Finanzas y Educación) van a estar ocupadas por mujeres, al igual que cuatro de los cinco partidos de la coalición. Li Andersson es la ministra de Educación y líder de la Alianza de la Izquierda. Katri Kulmuni, ministra de Finanzas, es la máxima responsable del Partido de Centro. Maria Ohisalo, que lleva la cartera de Interior, es líder de la Liga Verde, el partido ecologista. Y sin participación en el Gobierno, pero como parte de la coalición, está Anna-Maja Henriksson, del Partido Popular Sueco.
El lugar desde el que Vladimir Lenin organizó la revolución rusa siempre fue un paso por delante a las democracias liberales en materia de igualdad. "En Finlandia, el feminismo está institucionalizado desde hace tiempo a través de la creación de organismos de igualdad en diferentes ámbitos de la política y de la sociedad y la presencia de las mujeres en las instituciones", cuenta Emanuela Lombardo, profesora de Ciencia Política en la Universidad Complutense de Madrid y experta en políticas de igualdad de género.
Ya en 1906, las mujeres finlandesas se convirtieron en las primeras europeas en poder ser elegibles en unos comicios parlamentarios. En 1926, Mina Sillanpää, una de las figuras del sufragismo nacional, fue nombrada ministra del Gobierno. "Tras la guerra civil de 1918, Finlandia fue reconstruida por las mujeres", narra Katia Westerdahl, de la revista Olé. "Lógicamente hubo muchos que no volvieron o estaban malheridos, así que las mujeres asumieron funciones importantes", asegura. Desde que en 2003 Anneli Jäätteenmäki hiciera historia para convertirse la primera mujer al frente del Ejecutivo escandinavo han revalidado el cargo otras dos políticas: Mari Kiviniemi en 2010 y la recién nombrada Sanna Marin.
Certificar el origen de esas particularidades es difuso, ya que han conseguido evitar –nada menos– la discriminación institucional a la que el resto de naciones nos tienen acostumbrados. Francisco Javier Garrocho, en su artículo Educación y modelos de género en Europa durante el s.XIX, alude a la agricultura. "Era un territorio dedicado fundamentalmente a la industria agrícola, así que como hombres y mujeres tenían el mismo trabajo fue mucho más sencillo aceptar la idea de que ambos perseguían los mismos derechos", justifica el pedagogo.
Política entre iguales
Todo movimiento progresista tiene su contrarrevolución, un movimiento reaccionario que pretende tumbar el paso adelante. Finlandia combatió en la II Guerra Mundial junto al bando fascista hasta que fue doblegada por la URSS, que la forzó a cambiar de bando y luchar junto a los aliados. Ese germen filofascista plantó una semilla que ha llegado hasta nuestros días bajo el nombre de Verdaderos Finlandeses –ahora Partido de los Finlandeses–. "Finlandia tuvo en 2015 un gobierno de coalición entre la derecha y la extrema derecha. El Partido de los Finlandeses obtuvo el 18% de los votos y fue el segundo partido más votado", recuerda la profesora Lombardo. Tras esa legislatura, la formación bajó hasta el 8%.
"Han dado prioridad a una participación igualitaria en todos los ámbitos"
Además, Finlandia es el cuarto país del mundo con la brecha salarial menos acusada, según el Índice Global de la Brecha de Género 2018. "El país lleva impulsando las políticas de igualdad desde el desarrollo de su estado de bienestar, siendo especialmente avanzada en en empleo y leyes de baja por maternidad y paternidad", valora Lombardo. "Por ejemplo, los permisos de paternidad son de 54 días laborables y solo una parte de este tiempo puede ser compartido con la pareja, para que los padres disfruten de manera autónoma de su permiso. En general, es una sociedad que ha dado prioridad a la promoción de una participación igualitaria de mujeres y hombres en todos los ámbitos de la sociedad y ha puesto en marcha políticas concretas para conseguirlo", asevera.
Tarja Halonen fue presidenta de la nación desde el 2000 hasta 2012, una realidad que para muchas naciones sigue siendo una ilusión. La nueva primera ministra no ha hecho historia por ser mujer, porque ya hubo compañeras que abonaron ese camino, sino por su temprana edad, por sus orígenes y su defensa de los derechos LGTBI.
Un Gobierno de mujeres
Carmen Adán, experta en temas de género, profesora de Filosofía y responsable de la sección de Pensamiento en el Consello da Cultura del Gobierno de Galicia, pone el punto de inflexión en la década de los setenta: "En esa época se invirtió en guarderías públicas y se generaron políticas de conciliación eficaces. Por ejemplo, permitían la reincorporación de la mujer a su puesto de trabajo cuando fuera posible y sin perder categoría dentro de la empresa. Eso genera referentes femeninos para las nuevas generaciones y se forma un imaginario que hace posible que haya mujeres que aspiren a ciertos puestos".
Según la ONU, en marzo solo había diez mujeres al frente de algún gobierno de los 193 países del mundo. "No conozco otro lugar con cotas de poder para las mujeres como el de Finlandia", asegura Adán. "Además, el Gobierno finlandés tiene un marcado carácter ecologista que hay que destacar", arguye.
Emanuela Lombardo ve en todo este recorrido y medidas una culminación, una línea de meta sobre la que seguir dibujando un panorama solidario y concienciado con el medio ambiente: "Se trata de la culminación de un proceso de priorización colectiva de la igualdad, de la aplicación por parte del Gobierno finlandés de políticas de igualdad y de políticas sociales a lo largo del tiempo, y de la institucionalización del feminismo".
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