Este artículo se publicó hace 3 años.
Muere un preso tras ser asfixiado entre burlas por varios policías en una cárcel de EEUU
Según puede apreciarse en un vídeo de 2020 difundido en las últimas horas en medios de comunicación del país norteamericano, William Jennette forcejea con los policías en una prisión de Tennessee y, tras ser reducido, es inmovilizado de tal forma que la pierna de un agente le impide respirar.
Washigton-Actualizado a
Los policías de una cárcel de Tennessee (EEUU) se burlaron de las quejas de un preso, que acabó falleciendo, de que no podía respirar mientras era inmovilizado por los agentes, según puede apreciarse en un vídeo difundido en las últimas horas en medios de comunicación de Estados Unidos.
En la grabación se puede ver al reo William Jennette, de 48 años y de raza blanca, diciendo: "No puedo respirar", a lo que una policía le responde: "No deberías poder respirar, estúpido".
Jennette acabó falleciendo en mayo de 2020 tras recibir "una paliza salvaje y por asfixia" en la prisión del Condado de Marshall (Tennessee), alega su hija, Dominique Jennette, en la demanda federal que ha presentado contra siete agentes.
El hombre había sido detenido ese mes por "ofensas no violentas contra miembros de la oficina del sheriff del condado de Marshall" y estaba esperando comparecer ante un juez, cuando falleció bajo custodia de las autoridades.
El informe de la autopsia indica que Jennette "comenzó a pelear con los agentes", después de que los funcionarios entraran en su celda. Entonces, los policías lo rociaron dos veces con espray pimienta y lo inmovilizaron en el suelo.
El vídeo grabado por las cámaras de vigilancia de la cárcel y una corporal que llevaba un policía muestra al reo forcejeando con los agentes, que lo golpean y lo rocían con el espray fuera de su celda. Poco después se aprecia en la grabación, de dos minutos y 40 segundos, que los funcionarios logran reducirlo en el suelo boca abajo y lo esposan.
Cuando Jennette fue reducido, comenzó a gritar: "Ayúdenme, me van a matar"
En ese momento Jennette comienza a gritar: "¡Ayúdenme, me van a matar!". Además, se queja de que no puede respirar. Después de que una de las agentes se burla de él, otro policía aconseja que tengan cuidado que lo pueden asfixiar, a lo que un tercer funcionario, que tiene su rodilla sobre la espalda de Jennette explica que es por eso que no está presionando a la altura de sus pulmones.
El informe de la autopsia señala que se solicitó atención médica urgente y se le intentó reanimar cuando la cara del preso "cambió de color". Finalmente, Jennette fue trasladado a un hospital, donde falleció poco después de su llegada.
La autopsia dice que "la causa de su muerte fue una intoxicación aguda con drogas", a la que "la asfixia" contribuyó, por eso concluye que "la forma en que falleció es coherente con un homicidio".
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