La ONG Médicos Sin Fronteras (MSF) ha anunciado este miércoles la suspensión de sus actividades en las áreas de Abiy Adi, Adigrat y Axum, ubicadas en el centro y el este de la región etíope de Tigray, después del asesinato de tres de sus trabajadores, entre ellos una española.

La organización ha detallado que, mientras, sus equipos continuarán proporcionando asistencia a personas que requieren ayuda de emergencia en otras áreas de Tigray con "cautela". Médicos Sin Fronteras ha lamentado la suspensión de las actividades en estas zonas, que se produce en un "momento terrible". Según ha aseverado, tomar la decisión ha sido "extremadamente doloroso", pero "necesario".

Antes de suspender sus actividades, los equipos de MSF donaron material médico a la Oficina Regional de Salud de Tigray y a los hospitales, que siguen desbordados por el elevado número de pacientes que necesitan atención médica.

Investigar el asesinato

La organización humanitaria ha instado hoy a que se investiguen los asesinatos el 24 de junio en Etiopía de tres de sus trabajadores, la española María Hernández y sus compañeros etíopes Tedros y Yohannes, y ha apelado a garantizar la seguridad de los trabajadores humanitarios.

"Han pasado casi dos semanas desde que nuestros compañeros fueron asesinados. Nadie ha reivindicado la autoría de los asesinatos y las circunstancias que rodean sus muertes siguen sin estar claras", ha denunciado Teresa Sancristoval, directora de operaciones de Médicos Sin Fronteras. "Por eso, pedimos a las autoridades competentes que inicien una investigación inmediata para esclarecer las circunstancias de sus muertes y que se nos informe en detalle sobre lo sucedido y sobre quiénes son los responsables directos", ha añadido Sancristoval.

Los tres integrantes del equipo de Médicos Sin Fronteras que fueron asesinados vestían ropa que los identificaba como trabajadores de MsF y viajaban en un vehículo de la organización claramente identificado. Habían estado trabajando desde febrero de 2021 en la zona, donde se dedicaban exclusivamente a actividades médicas y humanitarias, conforme al derecho internacional humanitario, y en diálogo y bajo la aceptación de todas las partes del conflicto.

"El asesinato de María, Tedros y Yohannes es un trágico ejemplo del más absoluto desprecio por la vida humana que nuestros propios equipos han observado en este conflicto", según Sancristoval, que denuncia que "el nivel de violencia ejercida contra la población civil y las atrocidades cometidas en Tigray son absolutamente estremecedores".

Médicos Sin Fronteras ha recordado que desde que comenzó el conflicto en Tigray en noviembre de 2020, el personal médico y humanitario ha sido objetivo directo de ataques, y las instalaciones sanitarias y ambulancias han sido saqueadas, destruidas o instrumentalizadas con fines militares. Según la organización, el personal de MsF ha sido amenazado y agredido, y ha presenciado incursiones armadas en instalaciones sanitarias apoyadas por la organización.

"Para que MsF y otras organizaciones humanitarias puedan seguir trabajando en Tigray y en el resto de Etiopía, todas las partes del conflicto deben dar garantías de que su labor puede llevarse a cabo en condiciones de seguridad", ha concluido Sancristoval, que ha advertido que la suspensión de las actividades de MSF en Abi Adi, Adigrat y Axum "tendrá importantes repercusiones médicas y humanitarias para la población del centro de Tigray".

Durante los últimos seis meses, los equipos de Médicos Sin Fronteras desplazados a estas tres zonas han proporcionado atención médica de urgencia a 9.440 personas; han practicado 763 cirugías que han salvado vidas; han hospitalizado a más de 3.000 personas; han asistido a más de 3.300 mujeres en el parto; han hecho 365 cesáreas de urgencia; han prestado cuidados médicos a 335 supervivientes de violencia sexual y han dado apoyo en salud mental a 1.444 personas.