Este domingo se conocía que Gobierno acogerá al opositor venezolano Edmundo González Urrutia, quien había pasado varios días refugiado en la Embajada de España en Caracas, para concederle el asilo político. En esta decisión tuvo un papel fundamental la intervención del expresidente José Luis Rodríguez Zapatero.

Sin embargo, González, quien se encuentra en estos momentos viajando a Madrid en un avión de las Fuerzas Aéreas españolas, no es el único enemigo político de Nicolás Maduro que ha solicitado residir en nuestro país para asegurar así su seguridad. 

En 2022, el máximo dirigente del Partido Voluntad Popular (VP) venezolano Leopoldo López llegó el 25 de octubre a Madrid, tras abandonar la residencia del embajador español en Caracas, donde permanecía desde el 30 de abril de 2019.

López había participado en un frustrado intento de golpe de Estado a través de un levantamiento militar junto al presidente del Parlamento venezolano, Juan Guaidó. Sus padres, su esposa, Lilian Tintori, y sus tres hijos, residentes en Madrid en aquel entonces, disponían de residencia española desde diciembre de 2015. 

El opositor llegó a la residencia del embajador español tras ser condenado a 14 años en la prisión militar de Ramo Verde, situada en Los Teques (Venezuela) al ser considerado culpable de encabezar actos violentos en las marchas antigubernamentales.

Desde que vive en Madrid su labor se ha centrado principalmente en desarrollar el World Liberty Congress (WLC), una alianza creada en 2022 para unir a ciudadanos y Gobiernos democráticos del mundo para hacer frente a las dictaduras. El mismo líder venezolano fundó esta entidad junto con el disidente ruso Gary Kasparov y la activista iraní Masih Alinejad. 

El antiguo alcalde de Caracas, Antonio Ledezma, también se encuentra actualmente residiendo como exiliado político en Madrid desde 2017 tras haber pasado mil días bajo arresto domiciliario por motivos de salud. Anteriormente, el líder de Alianza Bravo Pueblo había sido detenido por primera vez en 2015 por presunta conspiración contra el Gobierno de Maduro, tras lo cual permaneció internado cuatro meses en la misma prisión que López. Cuando llegó a España, fue recibido en La Moncloa por el entonces presidente del Ejecutivo español, Mariano Rajoy.

De igual modo, el expresidente del parlamento venezolano y Premio Sajarov del Parlamento Europeo en 2017, Julio Borges, es otro de los opositores que viven en Madrid. Durante el proceso de negociación entre el Gobierno y la oposición, Borges participó como portavoz opositor, negándose a firmar los acuerdos propuestos. Asimismo, en febrero de 2018 denunció amenazas y puso fin a la negociación, de manera que desde 2021 reside en España. 

El general Miguel Rodríguez Torres, algo menos conocido que los anteriores personajes, también ha vivido una situación similar. En enero de 2023, el Gobierno de Venezuela autorizó su liberación tras haber sido encarcelado en 2018 por presunta conspiración contra el régimen cuando era ministro del Interior y de Justicia de Maduro.

Al ser acogido en España, el ministro de Exteriores, José Manuel Albares, afirmó que se le prestaba asilo "con el mismo estatus que se les concede a los venezolanos y que permiten la residencia de manera autónoma", y añadió que, en este caso, hubo una "mediación de carácter humanitario". Rodríguez Zapatero fue también esta ocasión una pieza imprescindible para su puesta en libertad, así como varios representantes de Naciones Unidas.

Ese mismo año, el antichavista Lorent Saleh, excarcelado por "riesgo de suicidio" tras cuatro años preso por planear actos terroristas y contra el Estado, llegó a España con el entonces secretario de Estado español para Cooperación y para Iberoamérica y el Caribe, Juan Pablo de la Iglesia.