La lentitud de la contraofensiva ucraniana dispara el nerviosismo de la OTAN: se alarga la guerra
Una guerra muy larga, capaz de poner en jaque el suministro de armas a Kiev, pero también los propios arsenales de la Alianza.
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Los ministros de Defensa de la OTAN han renovado su apoyo al Gobierno de Kiev, han prometido más armas para la lenta contraofensiva ucraniana contra Rusia y han trazado la agenda de la cumbre de Vilna.
La cita, en julio, deberá redefinir los nada claros lazos de Ucrania con la Alianza y el futuro de una organización cada día más implicada en un conflicto que dura casi 16 meses y que nadie sabe cómo parar.
Sobre el encuentro de los ministros de la Alianza en Bruselas, enmarcado en las reuniones del Grupo de Contacto de Apoyo a Ucrania, se ha cernido la sombra de la guerra y de los magros resultados de la contraofensiva ucraniana en marcha, pese a las muchas esperanzas que se han puesto en ella.
El Institute for the Study of War (ISW), un think tank estadounidense que ofrece detallados informes del curso de esta guerra sin caer demasiado en el propagandismo de otros medios, ha aventurado que el Ejército ucraniano quizá esté tanteando el terreno para más tarde iniciar una ofensiva a gran escala.
Demasiada resistencia rusa
Pero otra posibilidad es que los mandos en Kiev y Bruselas hayan minusvalorado las capacidades militares de Rusia. Es decir, la dirección militar aliada y la ucraniana se habrían acabado creyendo la propaganda lanzada por ellos mismos en los primeros meses de la guerra sobre la obsolescencia y falta de moral del Ejército ruso.
A la hora de la verdad, las unidades ucranianas se están topando con una férrea resistencia de Rusia, cuyo Ejército se ha parapetado en los últimos meses tras varias líneas de defensa que protegen los territorios arrebatados a Ucrania.
La propia viceministra de Defensa de Ucrania, Hanna Maliar, señaló que en los últimos diez días el avance de las tropas ucranianas hacia el este había sido de "más de tres kilómetros".
En las últimas 24 horas, los bombardeos rusos han alcanzado cerca de 200 asentamientos en una decena de regiones
Las imágenes que llegan del frente no son alentadoras y los exiguos partes de guerra ucranianos apenas mencionan esos pocos kilómetros ganados en el Donbás y en Zaporiyia, las dos zonas donde la punta de lanza de la ofensiva ucraniana trata de penetrar la defensa rusa.
Los vídeos de tanques y blindados occidentales destruidos por los rusos se repiten una y otra vez, mientras aumenta el mutismo del Estado Mayor en Kiev sobre lo que realmente ocurre en el campo de batalla.
Los rusos, en cambio, se han vuelto unos parlanchines. Sus informaciones hablan en las últimas horas de ucranianos rechazados en el frente de Donetsk y en el de Zaporiyia, con "bajas importantes" entre las tropas enemigas. Los ucranianos no comentan estos datos.
Al tiempo que las informaciones del frente de guerra son escasas, aumenta el bombardeo ruso de la retaguardia ucraniana. En las últimas 24 horas, los bombardeos rusos han alcanzado cerca de 200 asentamientos en una decena de regiones y han dañado 184 infraestructuras, según el propio Ministerio de Defensa de Ucrania.
Este bombardeo del viernes ha sido uno de los más intensos lanzados por Rusia en los últimos meses y ha coincidido con la visita a Kiev de una misión de paz con siete mandatarios africanos.
Los misiles han alcanzado Kiev y han puesto en marcha las baterías antiaéreas suministradas por países de la OTAN, que en esta reunión de Bruselas ha prometido reponer la munición de los sistemas antimisiles.
La OTAN apareja su destino al de la guerra de Ucrania
En Bruselas, el secretario general de la OTAN, Jens Stoltenberg, ha ligado este viernes el destino de la Alianza a lo que ocurre en Ucrania en estos momentos.
Debido a "la guerra de agresión contra Ucrania", la OTAN hace frente a "la amenaza más grave a la seguridad euroatlántica en una generación", dijo Stoltenberg.
Pese a los sombríos pronósticos para recuperar gran parte del territorio invadido por Rusia, Stoltenberg quiso ser optimista. Según el secretario general de la OTAN, la ayuda militar que se le está prestando a Ucrania está "marcando la diferencia en el campo de batalla", como evidencian los "avances" ucranianos.
La ayuda militar que se le está prestando a Ucrania está "marcando la diferencia en el campo de batalla"
El medio centenar de países reunidos bajo la sombrilla del grupo de contacto, entre ellos los 31 miembros de la OTAN, han subrayado la necesidad de seguir suministrando a Ucrania elementos bélicos claves para esa contraofensiva, como misiles y munición antiaérea, proyectiles de artillería de campaña y equipos de mantenimiento de los tanques cedidos por los aliados, entre otros.
Un suministro que, según han coincidido todos los asistentes, es necesario mantener en el tiempo, especialmente cuando los resultados visibles en la ofensiva ucraniana aún tardarán en llegar.
Aquellos augurios de una rápida derrota de Rusia, gracias a las armas occidentales, ya están relegados a la memoria y ahora prevalece una comprensible preocupación sobre la evolución de la guerra.
La guerra de Ucrania es una maratón, no un sprint
"Estaremos en Ucrania a largo plazo", pues la batalla que allí se desarrolla "es un maratón y no un sprint", justificó en Bruselas el secretario de Defensa de Estados Unidos, Lloyd Austin.
De ahí la premura de proporcionar "a Ucrania la capacidad urgente que necesita para afrontar este momento, así como lo que necesite para mantenerse segura a largo plazo frente a la agresión rusa", agregó.
"Seguirá siendo una dura batalla, tal y como preveíamos", indicó Austin en una comparecencia de prensa.
Por esta razón, Bruselas ha acogido también en estos días diversas reuniones de ministros de Defensa de la Alianza con representantes de la industria militar europea. Encuentros a los que no han sido invitadas empresas españolas del sector, con el consiguiente malestar de Madrid.
La OTAN definirá en su cumbre de julio su plan de rearme
De cara a la cumbre de la OTAN en Vilna los próximos 11 y 12 de julio, los titulares de Defensa de la Alianza han adelantado que suscribirán un nuevo Plan de Acción de Producción de Defensa, si países como España no lo bloquean.
La urgencia es máxima, pues los aliados tratan de recuperar los stocks de municiones y armas de sus arsenales, peligrosamente mermados por el suministro masivo a Ucrania.
En Vilna se podría fijar el nuevo objetivo de inversión militar de la OTAN
Stoltenberg indicó que en Vilna se podría fijar el nuevo objetivo de inversión militar de la OTAN, que contempla un mínimo del 2% del Producto Interior Bruto de los 31 miembros destinado a gastos de defensa.
De momento, los asistentes a la reunión de ministros de Defensa de Bruselas han adelantado cuáles serán sus próximas entregas de armas a Ucrania. Así, Alemania, Dinamarca, Holanda, Gran Bretaña, Canadá y Estados Unidos indicaron que, en pocas semanas, enviarán cientos de misiles antiaéreos, buena parte de ellos "de la era soviética".
Además, Noruega y Dinamarca donarán 9.000 rondas de artillería a Ucrania, una cantidad humilde si se considera el ritmo del gasto de municiones en la zona de guerra. No obstante, esos dos países nórdicos estudian el despacho de otros catorce carros de combate Leopard 2 al frente, un envío que será bien acogido en la contraofensiva.
Queda definir qué pasará con la demanda ucraniana de aviones de combate F-16, de fabricación estadounidense y presentes en varios países europeos, y que los mandos militares consideran imprescindibles para que la contraofensiva pueda tener éxito a medio plazo.
Dinamarca y Holanda están entrenando a pilotos ucranianos para manejar ese tipo de cazas. Los pilotos estarían preparados para finales del verano, pero no hay ninguna decisión adoptada sobre el envío de los aviones, considerado por Rusia como un paso más hacia la confrontación directa con la OTAN.
Pendiente de definir la futura relación de Ucrania y la OTAN
Tal y como se ha visto estos días en Bruselas, se espera que en la cumbre de Vilna se pergeñe una hoja de ruta que dibuje, al menos someramente, las nuevas relaciones de Ucrania con la OTAN.
Lo que no conseguirá el presidente Volodímir Zelenski es un compromiso con plazos firmes para la adhesión de su país a la OTAN, al menos no mientras dure la guerra. Zelenski querría iniciar ese proceso de integración ya, sabiendo que su cumplimiento llevaría a la implicación directa de la OTAN en la guerra.
Este jueves el Parlamento Europeo instó a la OTAN a "cumplir su compromiso con Ucrania"
Eso no ocurrirá en Vilna. Ni siquiera con las presiones de la Unión Europea. Este jueves el Parlamento Europeo instó a la OTAN a "cumplir su compromiso con Ucrania" y despejar el camino para tramitar la integración.
Los eurodiputados aprobaron una resolución, con 425 votos a favor, 38 en contra y 42 abstenciones, en la que se apostó porque el proceso de adhesión se inicie al terminar la guerra y concluya "lo antes posible".
El problema es que no se puede intuir siquiera cuándo acabará la guerra.
Una posibilidad es que la actual comisión OTAN-Ucrania se pueda convertir en un Consejo OTAN-Ucrania. A nivel de representación en las reuniones de la Alianza Atlántica tendría cierta relevancia. También en los ámbitos de cooperación en tiempos de paz.
Pero Kiev no podrá invocar ningún artículo, tampoco el cinco del Tratado del Atlántico Norte, para que la OTAN defienda su territorio. La contienda tendrá que terminar para avanzar en el proceso de integración y, mientras, Ucrania recibirá en Vilna nuevas largas.
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