Israel declara el estado de guerra y bombardea Gaza tras un ataque sorpresa a gran escala de Hamás
Milicias palestinas lanzan entre 2.500 y 5.000 cohetes e introducen grupos armados en territorio israelí, donde han atacado diferentes poblaciones y habrían tomados prisioneros a soldados y civiles. Netanyahu habla de "guerra". Los muertos y heridos en ambas zonas ya se cuentan por cientos.
Madrid / Jerusalén--Actualizado a
Israel ha declarado en la mañana del sábado el estado de guerra y ha comenzado a bombardear Gaza en una operación militar contundente denominada "espadas de hierro". Las tropas actúan como represalia, después de que Hamás haya lanzado cerca de 5.000 cohetes, según la organización, y más de 2.000 según Jerusalén, durante la noche. También se han producido incursiones de milicianos palestinos por tierra, mar y aire en territorio israelí.
Los bombardeos palestinos han dejado más de un centenar de muertos en Israel y los heridos son más de mil, según medios locales que citan fuentes médicas. Las cifras oficiales por el momento hablan de unos 40 israelíes fallecidos y centenares de heridos.
En Gaza, las explosiones han dejado ya más de 200 fallecidos y más de 1.600 heridos, y se preparan para una respuesta de envergadura "nunca vista", según ha anunciado el presidente israelí, Benjamín Netanyahu, en un territorio densamente poblado donde los civiles son siempre las víctimas más numerosas.
Imágenes difundidas por Hamás han mostrado la entrada de milicianos en parapente, el ataque a puestos militares fronterizos y la toma de instalaciones en las que se pueden ver supuestos soldados israelíes abatidos.
Se han confirmado ataques de milicias palestinas en al menos siete puntos del sur de Israel: Kfar Aza, Sderot, Sufa, Nahal Oz, Magen, Be'eri y la base militar de Re'im. Fuentes militares israelíes citadas por The New York Times confirman la toma de prisioneros, aunque no han dado más detalles.
Hamás ha anunciado que los prisioneros capturados por sus milicianos se usarán como moneda de cambio para exigir la liberación de prisioneros palestinos en cárceles israelíes. Una situación que se ha dado en el pasado, pero que en esta ocasión podría implicar la toma de población civil, algo más extraño en las acciones armadas palestinas.
Los bombardeos palestinos han causado al menos 100 muertos y más de 900 heridos en Israel
"El Ejército israelí declara el estado de alerta de guerra", informaba un portavoz militar en un comunicado a los medios de comunicación durante la mañana del sábado. Desde entonces, las alarmas se han activado en las principales ciudades del país, incluidas Tel Aviv y Jerusalén –donde también han impactado los cohetes palestinos–, y las bombas israelíes no han dejado de caer sobre Gaza, enclave palestino bloqueado desde 2007, cuando el movimiento político Hamás ganó las elecciones.
Mientras los cohetes desatan el caos y la devastación, las brigadas de Al Qasam, vinculadas a Hamás, han conseguido entrar en la ciudad de Sderot donde se han enfrentado a soldados israelíes. Los milicianos han logrado adentrarse en el interior de la cárcel israelí de Ashkelón y han liberado a decenas de presos políticos palestinos.
Combates en el sur de Israel
Las fuerzas israelíes continúan tratando de recuperar las posiciones tomadas por Hamás. El portavoz del Ejército israelí Daniel Hagari aseguró que las tropas combaten ahora en 22 lugares, y que "no hay comunidad en el sur de Israel" donde estas no tengan presencia. Agregó que algunas localidades "se han librado de terroristas", pero en otras se siguen combatiendo.
"Ciudadanos de Israel, estamos en guerra", anunciaba Netanyahu horas después de conocerse este ataque sorpresa de las milicias palestinas.
La operación de Hamás ha cogido por sorpresa a las fuerzas armadas hebreas. Se ha producido en Shabat (día festivo en Israel) y en el último día de la festividad sagrada del Sucot.
Un año de ataques contra Palestina
El ataque lanzado esta madrugada por Hamás llega tras un año de bombardeos intermitentes por parte del Gobierno de Netanyahu, y tras un periodo en el que la indefensión y el aislamiento internacional de Palestina se han visto acrecentados. De hecho, Hamás ha calificado su ofensiva en suelo Israelí como el inicio de una "revolución" que nace como respuesta a las decenas de ataques y violaciones de derechos sufridos en los últimos meses.
La peor parte, como de costumbre, se la llevará la población civil de la franja de Gaza, un territorio de 365 kilómetros cuadrados –algo más de la mitad que la isla de Ibiza– donde residen más de dos millones de palestinos.
Hamás ha calificado su ofensiva en suelo Israelí como el inicio de una "revolución" que nace como respuesta a las decenas de ataques
Israel controla el espacio aéreo y marítimo y cualquier salida o entrada en el territorio, además de imponer un férreo bloqueo que mantiene a la población desabastecida de agua y electricidad y totalmente dependiente de la ayuda humanitaria. De hecho, ha cortado la electricidad este sábado en represalia por el ataque de Hamás.
La última escena de tensión en la zona se produjo hace menos de un mes, cuando una protesta en la frontera que separa Gaza de Israel acabó con la muerte de cinco palestinos y más de 20 manifestantes heridos.
Días antes, las tropas israelíes habían realizado una redada ilegal en suelo palestino y mataron a un hombre, lo que desencadenó otra jornada de protestas. A ello se suma el envío de tropas por parte de Netanyahu al campo de refugiados de Yenín, un acto que sí terminó condenado por la ONU, ya que decenas de milicianos palestinos fueron asesinados en un episodio de violencia que no se veía desde inicios de los años 2000.
Saleh al Arouri, alto cargo de Hamás, en su intervención tras el ataque, no olvidaba todos estos episodios y su memoria apuntaba aún más lejos, a las protestas de abril de 2022 en la Mezquita de Al Aqsa en la que más de 150 palestinos terminaron heridos. Tanto es así que, en las últimas horas, Arouri ha hecho un llamamiento a defender la explanada de las mezquitas y a "liberar a los presos" que fueron detenidos por el Estado de Israel.
Horas después del ataque, el primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, ha dejado claro que los bombardeos contra Gaza no son una represalia ni una operación militar aislada, sino un acto de guerra que podría alargarse semanas o meses.
"Ciudadanos de Israel, estamos en guerra. No es una operación militar, no son rondas de combates, es una guerra", ha declarado en un vídeo difundido en las redes sociales. "El enemigo pagará un precio como nunca antes había conocido", zanjaba.
La reforma judicial de Netanyahu y su impacto en las tropas
En el último año Netanyahu ha elevado su carácter autoritario y ha impulsado una reforma judicial que diluye la separación de poderes. Esta reforma, que aparentemente nada tiene que ver con el conflicto en Gaza, ha desatado una oleada de protestas sociales masivas ante lo que consideran el fin de un Estado democrático. Entre las voces más críticas, la de un gran número de reservistas del Ejército de Israel.
Grupos de reservistas han manifestado su descontento en las últimas semanas y han llegado a amenazar con negarse a realizar el servicio militar o acudir a las llamadas a filas en caso de emergencia, lo que debilitaría la fuerza de las tropas. Desde que este grupo de militares inició su protesta, esta es la primera vez que Israel podría llamarles a filas y su respuesta puede ser importante para fortalecer la imagen de Netanyahu o debilitarla aún más.
Las fuerzas israelíes ya han comenzado la movilización de reservistas, hay 31 batallones regulares que ya están en la zona y se están llevando cuatro divisiones adicionales hacia el lugar. Está por ver si el órdago de estos soldados en la reserva se lleva a cabo.
Reacción de la comunidad internacional
La comunidad internacional, con la ONU a la cabeza, ha condenado el ataque con cohetes lanzado por Hamás. La mayoría de las potencias han obviado la respuesta contundente de Israel y cómo los bombardeos recrudecen el clima de violencia y elevan el conflicto a la situación de guerra.
Brasil, que ejerce la Presidencia del Consejo de Seguridad de la ONU, anunció este sábado que convocará una "reunión de emergencia" del órgano ante la grave escalada de violencia entre Israel y los Territorios Palestinos.
Por el momento, sólo Irán –uno de los mayores enemigos de Israel– ha mostrado su apoyo incondicional a Hamás. "Apoyamos esta operación y confiamos en que el Frente de la Resistencia la apoya también", ha dicho Rahim Safavi, asesor de la máxima autoridad de la República Islámica de Irán, de acuerdo con la agencia ISNA. Safavi también dio la "enhorabuena a los luchadores palestinos" por el ataque sorpresa y aseguró que apoyará a los "luchadores palestinos hasta la liberación de Palestina y Jerusalén".
Por su parte, Catar, el mayor apoyo árabe a Palestina, ha pedido a ambas partes "la máxima contención", aunque responsabiliza de la escalada de violencia "únicamente a Israel" debido a "sus continuas violaciones de los derechos del pueblo palestinos, incluidos los repetidos asaltos (por colonos judíos), bajo protección de la Policía israelí, de la Mezquita Al Aqsa", en la Explanada de las Mezquitas, en Jerusalén Este, ocupada por Israel en 1967.
En la misma línea se ha mostrado Arabia Saudí, que ha comenzado a acercar posturas diplomáticas con el Estado judío. "El reino pide contención a las dos partes, llama a un inmediato cese de la escalada y a proteger a los civiles", pero recuerda que "había advertido repetidamente de los peligros de la explosión de la situación por la continuidad de la ocupación y las repetidas provocaciones israelíes", agregó en un nota oficial.
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