El Gobierno francés encabezado por Emmanuel Macron ha decretado este miércoles la disolución del movimiento ecologista Los Levantamientos de la Tierra al asegurar que este grupo "incita a la comisión de sabotajes y destrozos materiales, incluso con la violencia". La oposición de izquierdas y el activismo critica con dureza la decisión gubernamental.

El Consejo de Ministros ha señalado en un decreto que esta red de movimientos surgida oficialmente en marzo de 2021 ejerce la violencia "bajo la cobertura de defender la preservación del medio ambiente". No obstante, el portavoz del Gobierno, Olivier Véran, ha explicado que con esta prohibición no se están censurando las protestas, para las que ha asegurado que hay libertad en Francia, sino la violencia.

"El recurso a la violencia no es nunca legítimo", ha afirmado Véran, quien dijo que los activistas de la asociación se habían distinguido por causar daños materiales y por enfrentamientos con las fuerzas de seguridad.

Políticos de izquierdas y activistas, contra la disolución

La disolución de Los Levantamientos de la Tierra ha levantado ampollas en la izquierda política y el activismo. El presidente del grupo parlamentario La Francia Insumisa, Jean-Luc Mélenchon, se ha mostrado en contra de la decisión del Ejecutivo francés y ha asegurado en Twitter que "el mantenimiento del orden por parte de este Gobierno es condenado, desde la ONU hasta el Consejo de Europa, por todo el mundo civilizado".

Por su parte, la líder del partido francés Europa Ecología Los Verdes, Marine Tondelier, ha asegurado que el decreto del Gobierno deja claro que la disolución tiene una motivación política y añade: "No hay evidencias de nada", al tiempo que ha afirmado que su formación lo impugnará.

Otra de las figuras que se han posicionado en contra de esta decisión gubernamental es Greta Thunberg, quien en una protesta climática celebrada este miércoles en París ha asegurado que lo ocurrido "es una cuestión del derecho de manifestación y la defensa de la vida", para continuar: "Espero que más personas se opongan a lo que está sucediendo y defiendan el derecho a protestar".

Para motivar su decisión, el Gobierno galo se ha referido a la última de las grandes protestas del movimiento ecologista del pasado sábado contra el proyecto de línea ferroviaria de gran capacidad entre Lyon y Turín por los Alpes, con un túnel de medio centenar de kilómetros e hizo notar que los agentes requisaron "con carácter preventivo" 350 "armas", sin especificar de qué tipo.

Ante estas acusaciones, desde Los Levantamientos de la Tierra alegaron que lo que les requisaron fueron hornillos para cocinar, un botiquín y herramientas para levantar el campamento en el que se manifestaron.

En esa acción contra el túnel de Lyon-Turín, entre 3.000 y 5.000 personas participaron en una concentración que había sido prohibida de antemano por el riesgo de que degenerara y que terminó con enfrentamientos en los que resultaron heridos una docena de policías y gendarmes.

Asimismo, el ministro de Interior, Gérald Darmanin, se ha referido a dos actos de protesta del movimiento como "ecoterrorismo". Dichas manifestaciones denunciaban la construcción de unos embalses para riego que se están construyendo en la localidad de Sainte Soline, en el departamento de Deux Sevrès, en el oeste de Francia. 

La primera sucedió en octubre de 2022 y terminó con fuertes altercados entre manifestantes y fuerzas de seguridad. Para la segunda, que tuvo lugar el 23 de marzo, se activó un dispositivo policial, lo que no pudo evitar las decenas de heridos que se registraron.