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Cristina Fernández de Kirchner salvó la vida por la incompetencia del atacante en el manejo del arma

El arma utilizada en el atentado es una Bersa Luber 84 con calibre de 7 milímetros, una "pistola de bolsillo" que estaba en buen estado. La hipótesis más probable es que el atacante se olvidara de amartillar el arma o de quitar el seguro.

Atentado Cristina Fernández
Momento en el que el agresor apunta a Cristina Fernández de Kirchner con una pistola. TV PUBLICA ARGENTINA / REUTERS

Cristina Fernández de Kirchner, vicepresidenta de Argentina, sigue viva de milagro. Fernando Sabag Montiel, el hombre de 35 años que le puso una pistola en la cabeza y apretó del gatillo fue detenido después de que la pistola fallara pese a que –según los primeros datos– era apta para el disparo y tenía cinco balas en el cargador. Un auténtico milagro, dicen en Argentina.

El arma utilizada en el atentado es una Bersa Luber 84 con calibre de 7 milímetros, una "pistola de bolsillo", considerada así por su pequeño tamaño. Aunque es un arma antigua, del año 1973, estaba en buen estado. Las primeras investigaciones afirman que la pistola estaba en buen estado y era perfectamente "apta para el disparo, lo cual refuerza el carácter milagroso del suceso.

Según las primeras investigaciones de la Policía argentina, lo que habría ocurrido es que el agresor, al que en las imágenes que se grabaron en el momento del ataque se le notaba tembloroso, no amartilló la pistola antes de disparar, es decir, tiró mal hacia atrás la corredera, la bala no entró en la recámara y eso salvó la vida de Fernández de Kirchner.

Esa es la hipótesis más probable, según apunta un experto en armas al medio Nius: "Para poder disparar este tipo de pistolas semiautomáticas hay que amartillarlas antes, es decir, hay que hacer ese gesto de tirar hacia atrás la corredera para que la munición entre. Después ya sí se puede seguir disparando sin necesidad de tirar del carril hacia atrás, porque cae el casquillo que se ha utilizado y se mete automáticamente otra bala, pero si no se carga la primera bala en la recámara es imposible disparar".

Este mismo experto apunta una segunda posibilidad: "Otra posibilidad es que el arma estuviera cargada pero el atacante no quitara el seguro a la pistola. Ambas posibilidades indican que era un aficionado".

"A Kirchner la ha venido Dios a ver, a la distancia a la que se ve en las imágenes que el agresor aprieta el gatillo la habría matado sin remedio", concluye este experto.

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