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Los húngaros refrendarán en las urnas este domingo la "revolución conservadora" de Orbán

AGENCIAS

Hungría celebra este domingo las primeras elecciones parlamentarias que se regirán por un nuevo sistema electoral que incluye una reducción a la mitad del número de diputados y la disminución y redistribución de las circunscripciones.

Todo indica que el Gobierno del polémico primer ministro de Hungría, Viktor Orbán, y su formación política, Fidesz, seguirá adelante con su 'revolución conservadora' gracias a la amplia mayoría que le otorgan todas las encuestas en las parlamentarias del próximo domingo.

El sondeo apunta a que obtendría un 36% de los votos frente al 18% de la alianza opositora socialista y al 15% que se estima que conseguiría Jobbik, una formación de extrema derecha.

La oposición ha basado su discurso en criticar al Gobierno, por considerar que se dirige hacia una deriva autoritaria. Sin embargo, durante los últimos meses la coalición opositora se ha visto salpicada por algunos escándalos corrupción, que podrían perjudicar sus resultados en estas elecciones.

Los líderes de Fidesz ha asegurado que 'esta revolución busca transformar la sociedad y concentrar el poder para dirigir mejor el país, con el objetivo de concluir la transición política iniciada en 1989 con la caída del Telón de Acero'. El propio Orbán dijo que 'Europa necesita una renovación cristiana' durante una visita a España el año pasado, al considerar que la crisis actual no es solo económica sino también producto de un 'desgaste moral'.

'Dios, bendice al húngaro', dice la nueva Constitución del país Este afán por crear una sociedad basada en la fe y el orden se refleja también en la nueva Constitución del país, redactada y adoptada en solitario por la formación gubernamental en contra de las protestas y el rechazo de la oposición.

'Dios, bendice al húngaro', reza la Carta Magna de Hungría, lo que causó un aluvión de críticas de grupos de derechos civiles, que consideran que no es neutral ni integradora, y refleja un excesivo peso de los valores cristianos y nacionalistas.

El pasado junio el Parlamento Europeo mostró su preocupación por la situación de los derechos fundamentales en el país y demandó respeto a los valores democráticos, solicitando incluso que se estudie activar el mecanismo que permite sancionar a Budapest si no cumplía.

Pero las reformas de Orbán no se limitaron a la Constitución, sino que afectan, siempre con leyes de rango constitucional, también a la Justicia, la prensa, la economía y el propio sistema electoral. Y es que el propio Orbán ha reiterado repetidamente que su objetivo es crear así un sistema que no pueda ser modificado en los próximos 40 años.

El nuevo sistema electoral húngaro suprime la jornada de reflexiónEn sus discursos, el primer ministro suele hablar de una 'lucha' o 'guerra' para defender los intereses y la independencia del país.

En la primera mitad de 2011, justo cuando Hungría presidía la Unión Europea, Orbán comparó a Bruselas con la Unión Soviética, y aseguró que 'Hungría no tolera que le dicten' lo que debe hacer, al tiempo que acusó a los funcionarios de la UE de estar 'influidos por la izquierda'.

El nuevo sistema electoral establece que las elecciones contarán con una sóla vuelta electoral, frente a las dos del sistema anterior, y suprime la jornada de reflexión. Todos los partidos deben mostrar desde el principio su programa y posibles coaliciones.

En cuanto a la campaña electoral, que se ha prolongado durante 50 días, finalmente los partidos sí han podido anunciarse de forma gratuita en los medios de comunicación privados, un cambio de la propuesta inicial de Fidesz que fue criticada por parte de la Comisión Europea.

La nueva ley reduce el número de diputados de 386 a 199 En cuanto a los medios estatales, el tiempo de publicidad se dividirá de forma igualitaria, por lo que todos los partidos contarán con 470 minutos para dar a conocer sus programas. Además, todos los candidatos recibirán una subvención de 10.000 florines (unos 3.000 euros), que tendrán que devolver si no obtienen un mínimo de votos del 2%.

El Parlamento húngaro aprobó en 2013 una nueva ley electoral gracias a la mayoría absoluta de Fidesz, que cuenta con dos tercios de los escaños. Esta normativa reduce el número de diputados de los 386 actuales a 199, una medida que tiene como objetivo establecer el número de parlamentarios más acorde con el número de ciudadanos húngaros.

Otro de los principales cambios es la modificación de las circunscripciones, muy criticada por la oposición, que denuncia que se ha llevado a cabo para facilitar la victoria de Fidesz. El Gobierno ha justificado el sistema en la necesidad de modificar la situación anterior, que generaba una desproporción de más del 200% entre algunos distritos electorales.

Otra de las cuestiones polémicas del sistema electoral era la representación de las minorías húngaras, que anteriormente no contaban con ningún tipo de representación en el Parlamento. El sistema actual ha establecido trece nacionalidades que podrán disponer de un portavoz parlamentario.

Los miembros de estas minorías podrán votar a los candidatos específicos de las minorías, para lo que deberán haberse registrado como tales previamente de forma opcional. Si los candidatos de las minorías no obtienen el mínimo necesario para entrar al Parlamento, el sistema recoge el nombramiento de un portavoz sin derecho a voto.
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