Jean Claude Duvalier, el sanguinario ex dictador haitiano, ha regresado de forma sorpresiva a Puerto Príncipe tras 25 años en el exilio, la mayor parte del tiempo en la Costa Azul francesa. Baby Doc, como era conocido por la población, ha elegido el peor momento posible: Haití vive días de incertidumbre y temor tras el fraude electoral promovido por el presidente Preval durante la primera vuelta electoral para elegir a su sucesor, celebrada el 28 de noviembre.

'He venido para ayudar', declaró Duvalier tras aterrizar en la capital haitiana en un vuelo de Air France procedente de París, su refugio durante estos años. 'Tengo mucho que aportar', insistió horas más tarde a una emisora local, a la que también señaló que no sabía 'cómo explicar el desastre (producido por el terremoto del 12 de enero de 2010)' que estaban contemplando sus ojos desde su retorno al país.

El ex dictador gobernó entre 1971 y 1986, año en el que una revuelta popular acabó con la tiranía que había heredado de su padre con sólo 19. Ahora, con 59 y un aspecto enfermizo y avejentado, fue recibido por un centenar de simpatizantes en el aeropuerto, que también le corearon en un lujoso hotel, lugar que ha elegido para descansar durante las primeras horas de estancia en el país que gobernó entre acusaciones de millonarios desvíos públicos y de abusos sangrientos de los tonton macoutes, su guardia pretoriana todavía hoy odiada por los haitianos. Según declaró su mujer, tiene previsto permanecer un par de días más en Puerto Príncipe.

'¡Abi, Duvalier; abi Duvalie!r', gritó un centenar de incondicionales insistentemente hasta que el dictador se asomó a una escalera para saludarles, de forma mecánica y con mucho esfuerzo, como en aquellas apariciones de Francisco Franco en la Plaza de Oriente. Rana Cofi, de 34 años, miraba emocionada al que fuera jefe de su padre, tonton macoute. En sus manos portaba un cartel rojinegro del PUN (Partido Único Nacional). 'He estado esperando muchos años que mi presidente volviera. Siempre he pensado que era la mejor solución para nosotros', afirmó.

La noticia corrió como la pólvora en una ciudad que espera desde hace días la decisión de qué candidatos competirán en la segunda vuelta electoral, que debía haberse celebrado ayer. El Gobierno tampoco ha tomado postura oficial, ni siquiera se sabe si acusará al ex dictador de enriquecimiento ilícito.

Duvalier cenó con sus colaboradores más próximos, entre ellos antiguos ministros de su Gabinete. Se calcula que en su día, el ex dictador desvió más de 100 millones de dólares de los fondos públicos en beneficio propio y de su círculo más próximo. Los derechos humanos fueron los otros grandes perdedores de la tiranía hereditaria de los Duvalier.