El candidato a la presidencia de Grecia, Stavros Dimas, no ha conseguido este lunes superar la votación en el Parlamento para evitar unas elecciones generales anticipadas. Esta era la tercera y última votación posible para elegir al nuevo presidente del país.

Dimas necesitaba lograr 180 de los 300 votos del Parlamento. En la última votación ha logrado el apoyo de 168 diputados, los mismos que en la segunda. Al anunciar el presidente de la cámara el resultado de la votación, los diputados que no respaldaron a Dimas irrumpieron en aplausos y júbilo.

En este escenario, la legislación griega obliga a convocar elecciones generales anticipadas, unos comicios en los que las encuestas señalan al partido izquierdista Syriza como máximo favorito. 

El primer ministro griego, Andonis Samarás, ha anunciado elecciones legislativas anticipadas para el 25 de enero. La Constitución griega establece que los comicios deben celebrarse entre tres y cinco semanas después del fracaso de la elección del presidente.

Los mercados han estado reaccionado con sumo escepticismo a la posibilidad de una elecciones anticipadas, habida cuenta de que el líder de las encuestas, Syriza, ha anunciado que no aceptará ningún acuerdo que firme el Gobierno actual con la troika (Comisión Europea, Banco Central Europeo y Fondo Monetario Internacional) y que espera lograr una condonación de parte de la deuda con los acreedores públicos.

El índice selectivo de la Bolsa de Atenas registraba en las primeras horas de este lunes descensos superiores al 7%, a la expectativa del resultado de la votación. Tras ella las caídas se sitúan por encima del 11%.

La bolsa española abre este lunes caídas, contagiada por el resultado de la votación presidencial griega, situando el descenso en más de un 2% poco después de conocerse la decisión parlamentaria.

El primer ministro griego, Andonis Samarás, ha sacado toda su artillería verbal contra Syriza esta semana y en una entrevista con la televisión pública Nerit, aseguró el sábado que si este partido ganaba las elecciones, el país se vería abocado a la bancarrota. Syriza ha reprochado a Samarás de jugar a la carta del miedo provocando una desestabilización.