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La extrema derecha y sus bulos sumergen a Reino Unido en la mayor crisis de violencia callejera en más de una década

Gran Bretaña vive el mayor número de agresiones urbanas islamófobas (400 detenidos) desde agosto de 2011, cuando la muerte de un joven generó disturbios con medidas policiales y judiciales como las aplicadas ahora.

06/08/2024 Manifestantes de ultraderecha xenófoba queman contenedores durante los disturbios en Reino Unido. Foto de archivo.
Manifestantes de ultraderecha xenófoba queman contenedores durante los disturbios en Reino Unido. Foto de archivo. Hollie Adams / Reuters

The Beatles enmudecen en Liverpool. A 30 kilómetros al norte se encuentra Southport, la ciudad que les ha arrebatado, trágicamente, el protagonismo desde el pasado lunes 29 de julio, cuando tres niñas fueron asesinadas y diez personas (ocho menores y dos adultos) resultaron heridas. 

Axel Rudakubana, de 17 años, nacido en Cardiff (Gales) y residente cerca de Southport, ha sido detenido como presunto autor de la masacre, calificada como "no-terrorismo" por la Policía. No obstante, los bulos de la extrema derecha han atribuido el repulsivo ataque a un migrante sirio recién llegado en barca a Inglaterra, desencadenando una semana de incidentes islamófobos por varias ciudades cuyos barrios tejen un mapa de la Inglaterra marginal y manipulable.

El primer ministro británico, Keir Starmer, ha cumplido un mes de mandato con una crisis de orden público que nadie esperaba. A raíz de estos alterados, ha convocado de nuevo al gabinete de emergencia a una segunda reunión de crisis, más conocida como Cobra, para atajar con nuevas medidas la oleada de violencia.

Los incidentes, alentados por grupos de extrema derecha a través de las redes sociales, llegaron a su punto álgido con el intento de incendiar hoteles que albergan a solicitantes de asilo político en Rotherham y Tamworth (norte y centro de Inglaterra). Starmer ha sido implacable desde el primer día al anunciar que "lo que hemos visto es un gamberrismo intolerable que carece de protesta".  

Keir Starmer: "Lo que hemos visto es un gamberrismo intolerable que carece de protesta"

Para combatir a los agresores, el primer ministro ha anunciado que "un ejército de agentes especializados estará en alerta permanente para que caiga la fuerza de la ley sobre los responsables". El último encontronazo entre manifestantes y fuerzas de seguridad se ha producido en Plymouth (suroeste de Inglaterra) con una doble manifestación, a favor y en contra de la migración, que acabó con tres policías heridos, un furgón dañado y varios detenidos.

Antes, las algaradas se produjeron en Manchester, Hartlepool (noreste de Inglaterra), Liverpool, Hull, Stoke-on-Trent, Leeds, Nottingham, Bristol y Belfast, especialmente durante el fin de semana. La tensión ha empezado a bajar a partir del lunes, aunque continúa la alerta anunciada por Starmer. En Leeds ha sido acusada formalmente la primera persona de delito de odio por internet y en Belfast un hombre ha resultado herido grave la noche del lunes a martes. 

Las medidas que se están tomando contra provocadores y protagonistas de los disturbios callejeros son parecidas a las que se aplicaron en agosto de 2011 a raíz de la muerte de Mark Duggan, un joven negro, de un tiro de un policía en Tottenham, norte de Londres, cuando fue detenido por posesión de arma dentro de un vehículo. Aquella muerte produjo también días de violencia en los que los juzgados tuvieron que ampliar su horario para procesar y atender el gran número de detenciones.

Lo mismo que está ocurriendo estos días. Unas 400 personas han sido detenidas, algunas de ellas ya han pasado a disposición judicial. La Policía escruta el registro de cámaras en el exterior de los hoteles, y mezquitas, atacados por alborotadores con cariz político contra personas migrantes de otra raza o religión

Por casualidad o causalidad, Tommy Robinson, fundador del grupo neonazi English Defence League y convicto por crímenes de odio, llama estos días desde su paraje vacacional en Chipre a las "deportaciones masivas" de migrantes en suelo británico a otros países.

Mientras tanto, el diputado Nigel Farage, líder de Reform UK, de extrema derecha, ha pedido la convocatoria del Parlamento para tratar la crisis de orden público e intenta encender de nuevo la mecha contra la migración y la presencia de comunidades musulmanas en las ciudades británicas, utilizando el brutal asesinato de tres niñas. El Gobierno ha rechazado la convocatoria parlamentaria. 

En un momento de saturación de prisiones, la ministra de Justicia, Shabana Mahmood, ha declarado que habrá espacio en las cárceles para los condenados por los disturbios y que la ley se aplicará también a quienes incitan a la violencia por internet. "La Policía, los juzgados y las cárceles están preparadas para encararse a las consecuencias de los desgraciados actos que se han producido en nuestras calles", ha afirmado la ministra, mientras que un portavoz de la residencia de Starmer ha criticado a Elon Musk por su tuit acerca de que "la guerra civil es inevitable".  

La ministra de Justicia afirma que la ley se aplicará también a quienes incitan a la violencia por internet

El analista Will Hutton, autor de This Time No Mistakes o The State We're In, observa para Público que "hay un paralelismo entre zonas marginadas de Gran Bretaña que votaron a favor del Brexit y los disturbios de estos días, eso no debe sorprendernos, la decadencia social y una presunta amenaza de lo extranjero y el 'otro' son la mecha que enciende el fuego y que llevó al Brexit, a Trump, Le Pen, a ARD en Alemania o a Vox en España".

En las particularidades británicas, Hutton considera lo siguiente: "La desinformación en las redes sobre la muerte de las tres niñas ha causado los motines, cuyo origen informativo ha surgido de la extrema derecha y de la atmósfera creada por nuestros medios que la aplauden", ha alegado. "La intervención, quizás, de mensajes de Rusia, es una combinación de la extrema derecha que mira a Europa y a Trump con matones en los márgenes económicos y sociales que necesitan pocas excusas para sus gamberradas", ha añadido. 

Mientras las autoridades analizan horas y horas de grabaciones en cámaras de seguridad para detener a los protagonistas de los altercados callejeros, ciudades como Oxford y Bath o barrios londinenses como Mayfair, Hampstead o Dulwich permanecen inmunes a la incendiaria extrema derecha.

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