Este artículo se publicó hace 2 años.
Europa planifica con cautela la transición de la pandemia a la endemia
España e Italia son los primeros países europeos que abren la puerta a "gripalizar el coronavirus". Pero organizaciones como la OMS y la EMA piden cautela ante las sacudidas que está generando el huracán ómicron.
María G. Zornoza
Bruselas-Actualizado a
El 2022 puede suponer el fin de la pandemia, ha reconocido recientemente la propia Organización Mundial de la Salud (OMS). Pero una de las enseñanzas que deja el coronavirus es la de ser cautos. El huracán ómicron aterrizó a finales del año pasado desestructurando los buenos pronósticos respaldados por la buena marcha de las campañas de vacunación y alterando la normalidad creciente a la que empezaban a acostumbrarse los ciudadanos europeos. La nueva variante es ya la dominante en varios países del bloque comunitario y, según todas las quinielas, será la más numerosa en el Viejo Continente en cuestión de días.
Con una media de un millón de contagios diarios, Europa se prepara para afrontar semanas muy duras por el gran número de personas infectadas con coronavirus. Según los cálculos de la propia OMS, el 50% de los europeos contraerán la variante ómicron antes del mes de marzo. A la nueva variante se le unen los todavía codazos de la delta. Pero la respuesta política es mucho más serena que ataño.
El territorio europeo está registrando un número sin precedentes desde el inicio de la crisis sanitaria. Sin embargo, no se está traduciendo en un colapso de los hospitales y las UCIs europeas. Los datos avalan que las vacunas funcionan y que son parte de la solución. Aunque no son la panacea. El 80% de los adultos europeos ya cuentan con la pauta completa. Y Europa prepara con timidez y respeto la transición a la siguiente fase tras el paso de ómicron.
Pero todavía son muchas las incógnitas que no cuentan con fáciles respuestas. ¿Cuántas dosis de refuerzo serán necesarias? ¿Cómo adaptarse a la nueva realidad? ¿Es óptimo dar por hecho el fin de la pandemia e iniciar la fase de endemia?
España e Italia son los primeros países europeos en desvelar sus intenciones para dar el paso a la "gripalización del coronavirus". Es decir, de comenzar el proceso para tratarlo como una enfermedad endémica. De forma generalizada, cada vez más países europeos acortan las cuarentenas de las personas vacunadas contagiadas y eliminan los confinamientos de contactos estrechos. Algo totalmente impensable un año atrás.
Los expertos están divididos sobre la idoneidad de pasar ya a este otro nivel de endemia. Y desde las organizaciones internacionales, como la OMS, piden precaución. La Agencia Europea del Medicamento (EMA) ha hecho una llamada a la contención y al sosiego este mismo martes.
"Nadie sabe cuándo veremos la luz al final del túnel, pero la veremos. Lo que importa es que vamos hacia una situación en la que el virus es cada vez más endémico, pero no puedo decir que estemos ahí aún. El virus sigue comportándose como uno pandémico y la variante ómicron lo ha demostrado claramente. No debemos olvidar que seguimos estando en una pandemia, sin embargo, con el aumento de inmunidad entre la población y con ómicron habrá mucha inmunidad y caminaremos rápido hacia un escenario próximo a la endemia", ha explicado en rueda de prensa Marco Calaveri, jefe de Estrategia de Vacunación de la EMA.
¿Qué diferencia a la pandemia de la endemia?
El 11 de marzo de 2020, la OMS declaró el coronavirus como una pandemia. Poco después, Europa se convertía en su epicentro. Un estatus que continúa compartiendo a día de hoy. Pero, ¿qué significa exactamente? Es una enfermedad que se propaga por regiones y continentes de forma rápida. No implica que deba ser especialmente peligrosa, pero sí contagiosa. La diferencia clave con la epidemia es que este término determina enfermedades con un efecto más limitado en el tiempo y en el espacio.
El trampolín de la crisis sanitaria actual conduce inevitablemente a un estado de endemia. Como ocurre con la gripe, el coronavirus SARS-CoV-2 ha venido para quedarse y para formar parte de la nueva cotidianeidad durante las próximas décadas. Según los expertos, alcanzar este punto será la próxima fase.
Bajo la coyuntura endémica, la COVID-19 cobrará forma de virus estacional. Se registrarán ciertos picos en las épocas del año más frías y presentará comportamientos predecibles que deberán ser utilizados para proteger a las personas más vulnerables y con sistemas inmunodeprimidos. Europa podría alcanzar este estado en los próximos meses, pero la situación pende de un hilo por la desigualdad global. Los países en vías de desarrollo apenas han inmunizado al 7% de su población.
Dosis de refuerzos, el reto a corto plazo
Una de las respuestas que deberá dar Europa, y de forma genérica el resto del mundo, es el modus operandi de las dosis de refuerzo. Con algunos países como Israel inyectando el cuarto suero a su población, muchos se preguntan sobre los beneficios o riesgos de una vacunación continua sine die.
La EMA ha mostrado sus dudas con esta estrategia de forma indefinida respaldándose en dos posibles consecuencias: el riesgo por fatiga en la población y la amenaza de sobrecargar el sistema inmunitario. Los expertos de la agencia con sede en Ámsterdam recomiendan administrarlas de forma más espaciada en el tiempo y en sincronización con la llegada del invierno, como ocurre con la gripe. Será la cuadratura del círculo que habrá que encajar en las nuevas estrategias de transición endémica.
Las pastillas contra la Covid-19 serán otro de los cortafuegos en esta dirección. El Gobierno español ha anunciado la compra de 344.000 píldoras de Pfizer para este mes. Otros países como Bélgica ya lo han hecho.
La EMA asegura que los antivirales intravenosos como Paxlovid como Remdesivir son eficaces contra ómicron. Se espera que la agencia dé luz verde al método de Pfizer en las próximas semanas, pues hasta la fecha solo ha avalado su uso de emergencia en el marco del rápido aumento de contagios en Europa. Se unirá así a las cinco vacunas autorizadas y aprobadas en el bloque comunitario.
El 2020 fue el año del shock. El 2021 el de la consolidación y el 2022 se espera que pueda convertirse en el año del fin de la excepcionalidad.
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