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España se desmarca del boicot europeo a Hungría

Se suma al descontento general por la autoproclamada gira de la paz de Orbán, pero opta por mantener un nivel de representación "adecuado" en las reuniones de ministros celebradas en Budapest.

Ursula Von der Leyen durante su discurso para solicitar un nuevo mandato como presidenta de la Comisión Europea en el hemiciclo del Parlamento Europeo en Estrasburgo, jueves, 18 de julio de 2024 (
Von der Leyen durante su discurso para solicitar un nuevo mandato como presidenta de la Comisión Europea en Estrasburgo, a 18 de julio de 2024. Roberto Monaldo / Zuma Press / ContactoPhoto / Europa press

A Viktor Orbán solo le hicieron falta diez días para confirmar que la suya sería la Presidencia del Consejo de la UE más tumultuosa de la historia. El primer ministro húngaro se engalanó en la bandera de las 12 estrellas para emprender una gira por la paz no autorizada por sus homólogos comunitarios y que le llevó a Ucrania, Rusia, Azerbaiyán, China y la residencia de Donald Trump.

La Comisión Europea y varios Estados miembros no han tardado en devolverle el golpe con un boicot político. España opta, de momento, por actuar con plena normalidad, a pesar de que la vicepresidenta Yolanda Díaz aseguró recientemente en Bruselas que ella no asistirá a los Consejos informales previstos en territorio húngaro.

Comienzo de infarto de la actual Presidencia rotatoria. Cruce de acusaciones, de misivas y ahora un boicot. Orbán y el resto de los socios europeos se dirigen a un choque de trenes. Tras los polémicos apretones de manos entre el líder del Fidesz y Vladímir Putin, Xi Jinping o Donald Trump, las instituciones y las capitales pasan a la ofensiva en una cruzada que ven como "desleal" e "irresponsable".

La Comisión Europea respondió esta semana anunciando un boicot a las reuniones informales de la Presidencia húngara. Ursula von der Leyen ha mandatado a los suyos que no asistan a Budapest y ha cancelado la tradicional visita del colegio de comisarios.

El equipo de Josep Borrell cocina su propio contraataque, organizando un Consejo de Asuntos Exteriores para finales de agosto y haciéndolo coincidir con las fechas que maneja el Gobierno húngaro para hacer lo propio. No se ha tomado todavía una decisión, aseguran fuentes comunitarias.

España seguirá actuando con normalidad

En el seno del Consejo, cada vez son más los países que han decidido reducir el nivel de representación de sus enviados a las citas asociadas a la Presidencia húngara. Es el caso de Estonia, Suecia o Lituania, que no enviarán ministros a dichos encuentros. Otros como Eslovenia o Países Bajos abogan por decidir caso a caso. Mientras que España, por lo pronto, seguirá actuando con normalidad.

Ministerio de Asuntos Exteriores: "El Consejo y la Presidencia rotatoria tienen un papel institucional indiscutible en la UE"

"El Consejo y la Presidencia rotatoria tienen un papel institucional indiscutible en la UE. Son muchos los temas y asuntos que aborda, con impacto en la vida de los ciudadanos españoles y europeos, y en los que debemos trabajar con unidad y lealtad. En este sentido, en continuo contacto con el resto de Estados miembros e instituciones, España viene valorando las agendas y la participación en las reuniones del Consejo asegurando una representación adecuada y la continuidad del trabajo institucional que no debe interrumpirse", aseguran fuentes del Ministerio de Asuntos Exteriores.

Sin embargo, el martes, a su paso por la capital comunitaria, la vicepresidenta Yolanda Díaz adelantó que ella no asistirá a la reunión de ministros de Empleo, Política Social y Sanidad prevista para el próximo 9 y 10 de octubre en Budapest, evidenciando diferentes sensibilidades dentro del Gobierno de coalición. La vicepresidenta segunda tomó esta decisión a título personal y aseguró que estaba hablando sobre ello con el Ministerio de Asuntos Exteriores.

Para el grueso de la UE, Orbán ha traspasado una línea roja. En los últimos días, Charles Michel, presidente del Consejo Europeo, le ha enviado una carta recordándole que no cuenta con competencias para representar a la UE en el exterior. En el escrito le transmite que la postura europea es clara e inequívoca: apoyará a Ucrania durante el tiempo que haga falta. Y le afea que acuse a la UE junto a sus rivales de promover una "agenda pro-bélica".

En una misiva previa, Orbán defendía que Trump, al que da por vencedor en noviembre, será el gran mediador en el conflicto ucraniano. "Para ello tiene planes detallados y bien fundamentados", recoge el documento. El escudo de los húngaros en toda la polémica ha sido clamar que estos viajes se han producido a título individual −argumento difícil de sostener porque todos sus vídeos promocionales a excepción del de la visita de Trump cuentan con el logo de la Presidencia−.

Por su parte, Von der Leyen, en el discurso pronunciado en el atrio de Estrasburgo, previo a su votación para revalidar mandato al frente de la Comisión Europea, dio una bofetada a "ese primer ministro" que viajó a Moscú. "La bautizada como una misión de paz era una simple misión de apaciguamiento". "Europa no puede controlar a los dictadores y demagogos en el mundo, pero sí puede elegir su propio futuro", afirmó.

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