Este artículo se publicó hace 4 años.
Coronavirus en TailandiaElefantes hambrientos, las otras víctimas de la covid-19 en Tailandia
El coronavirus en el país ha alcanzado los 1.700 contagios y 12 muertes, un virus que también está afectando drásticamente a los centros y parques turísticos de elefantes que han sido cerrados para no propagar la enfermedad, donde viven unos 2.000 paquide
Tailandia es el segundo país de sudeste asiático más afectado por la covid-19, contabilizando ya 1.700 contagios y 12 muertes. Esta pandemia está causando un impacto negativo en la economía de muchos países, y en Tailandia se está notando sobre todo por la falta de turismo. Los elefantes domesticados son uno de los atractivos del país para los extranjeros, y la emergencia del coronavirus está provocando que no puedan alimentarse adecuadamente.
Se estima que hay más de 3.000 elefantes domesticados en Tailandia y la mayoría de ellos se encuentran en centros y parques que viven principalmente del turismo, uno de los motores de la economía tailandesa. Las autoridades del país debido al nuevo coronavirus han prohibido la mayoría de las actividades públicas y negocios no esenciales, lo que ha supuesto el cierre de estos parques y centros. El país empezó a sufrir la drástica caída del turismo a finales de enero, sobre todo procedente de China, el origen del nuevo coronavirus y país del que proceden casi un tercio de los 39 millones de visitantes anuales.
Esta situación ha hecho que muchos tailandeses se hayan volcado en una campaña de donaciones que ha recaudado hasta ahora más de 600.000 bat (unos 16.500 euros). Iniciada por la asociación Thai Elephant Alliance, que congrega a diferentes centros turísticos de elefantes, con el objetivo de comprar comida y medicinas para estos imponentes mamíferos. La asociación ha creado un hashtag en Twitter para poder seguir la situación de los animales y mostrar cuáles son las compras que hacen con el dinero donado.
"Aunque muchos centros han tenido que cerrar recientemente por orden de los gobernadores, los elefantes aún tienen que comer a diario", explica Siwawut Munesane, vicepresidente de Thai Elephant Alliance en la provincia norteña de Chiang Mai. Siwawut afirma que hay unos 2.200 elefantes empleados en el sector turístico en Tailandia, de los que unos 1.100 se encuentran en Chiang Mai.
"Todos los centros y santuarios de elefantes necesitan ingresos ahora, porque tienen que pagar comida, suplementos y medicina", agregó el presidente de la asociación. Los elefantes, que pueden llegar a pesar más de tres toneladas y superar los dos metros y medio de altura, consumen entre 200 y 300 kilogramos de comida al día.
Antes de la covid-19 se recibían 600 visitantes al día, pero desde que se declaró el brote, las visitas bajaron entre 10 y 50 visitantes diarios
Wasana Thongsuk, directora del parque y clínica para elefantes en Maetang de Chiang Mai, indicó que su centro aloja 64 paquidermos y que, a pesar de que ya no pueden recibir turistas, cuenta con fondos para aguantar hasta septiembre. "Antes del brote de COVID-19, recibíamos unos 600 visitantes (diarios). Sin embargo, desde que se declaró el brote en Wuhan (China), el número de turistas decreció considerablemente", antes del cierre recibía entre 10 y 50 visitantes diarios. La directora del parque afirmó que ha tenido que reducir a la mitad los 1.000 bat (27 euros) que antes se gastaba en la comida y suplementos de cada paquidermo.
Antiguamente los elefantes domesticados eran empleados en la tala de árboles, pero desde la prohibición de esta actividad en 1989, la mayoría son usados ahora como reclamo turístico. Organizaciones como World Animal Protection han denunciado que muchos de estos animales viven en malas condiciones y son maltratados para llevar a turistas en sus lomos o participar en espectáculos. Además de los domesticados, se estima que hay otros 3.000 paquidermos salvajes en Tailandia.
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