La Unión Europea tendrá el Parlamento más fragmentado de su historia, tras unas elecciones con la participación más alta en los últimos 20 años, los liberales aupados por Macron como tercera fuerza, la llegada de la ola verde y una extrema derecha que refuerza su presencia en la Eurocámara.

“Llevo cinco años trabajando para romper monopolios. Esto es lo que han hecho hoy los votantes,” afirmó con cierta sorna Margrethe Vestager, candidata de los Liberales a presidir la Comisión Europea y actual Comisaria de Competencia. Los votantes han roto en efecto el monopolio del bipartidismo. Ante el batacazo de populares y socialistas, crecen liberales, verdes y se consolida la extrema derecha. Europa deberá hacer frente ahora a la Eurocámara más fragmentada de su historia.

La caída de socialistas y populares no por ser más esperada ha sido menos sonada. El Grupo Popular Europeo cae de 216 a 179 eurodiputados; los socialdemócratas, de 185 a 150. A pesar de todo, sus líderes, Manfred Weber (PPE) y Frans Timmermans (S&D) se aferran a sus posibilidades para presidir la Comisión Europea, a pesar de la evidente derrota.

“No hay una mayoría estable sin el PPE,” advierte Weber, que defiende su derecho al trono como el partido más votado. “Cuando oigo a Manfred Weber hablar de estabilidad, escucho que quiere dejar las cosas como están. Si miras los resultados, eso no es una opción,” le reprochó Timmermans.

El candidato de los socialistas europeos, Frans Timmermans, valora los resultados electorales en el Parlamento Europeo (Bruselas). /EFE

Ambos tienen algo de razón. Las elecciones europeas han dado como resultado una Eurocámara dividida, con diversas tendencias y visiones muy distintas de la Europa del futuro. Cualquier mayoría amplia pasa ahora por una alianza de izquierda a derecha. Pero los ciudadanos han votado cambio y repetir una gran coalición, en Alemania lo saben bien, puede ser desastroso a largo plazo.

Timmermans, que ha hecho autocrítica ha vuelto a pedir, como hizo durante la campaña, una alianza progresista con que quieren hacer avanzar la UE. Sus palabras encuentran eco entre los Liberales, que son ya la tercera fuerza en la Eurocámara, y los Verdes, que irrumpen en cuarta posición. Lo hará, eso sí, sobre la base de un programa. “El juego de tronos puede esperar,” ha subrayado el líder socialdemócrata.

Los liberales secundan el análisis de Timmermans. El resultado de las elecciones, insistió Vestager, “es una señal para el cambio,” quien destacó el resultado de los Verdes que, dice, hace posibles nuevas alianzas. Y los Verdes parecen dispuestos a subirse al carro, también sobre las bases de un programa conjunto. La lucha contra el cambio climático, la justicia social y la defensa de la democracia, subrayó el candidato a la presidencia de la Comisión Bas Eickhout, serán los temas que los partidos ecologistas pondrán sobre la mesa para sentarse a negociar. La ola verde, eso sí, apenas ha golpeado unos cuantos países, Alemania, Reino Unido, Francia o Irlanda. La división este-oeste y norte-sur, sigue siendo importante.

La extrema derecha se consolida

Aunque los liberales fueron los grandes vencedores de la noche, en parte por el tirón del movimiento ‘Renaissance’ de Emmanuel Macron, lo cierto es que el presidente francés perdió la batalla de las europeas frente a Marine Le Pen. La líder de la extrema derecha francesa -que contará con 22 escaños en el Parlamento Europeo- llamó a Macron a asumir su responsabilidad tras los resultados y disolver la asamblea nacional.

Le Pen, sin embargo, no ha sido la única que ha celebrado una victoria sobre el partido en el gobierno. En esta legislatura, y junto con la CDU de Angela Merkel, el partido del Brexit de Nigel Farage será el que más representación tenga en la Eurocámara, con 29 eurodiputados. Farage llamó al gobierno a concluir de una vez por todas la salida de Reino Unido de la UE, antes del 31 de octubre. Si no, advierte, “estos resultados se repetirán en unas elecciones generales.”

Otro de los grandes vencedores de la noche, aunque ligeramente por debajo de lo que esperaba, fue Matteo Salvini. La Lega será el principal partido de la extrema derecha, por detrás de Farage, con 28 escaños. El italiano celebró los resultados aunque mantiene la alianza con el Movimiento 5 Estrellas, que cede ante los socialistas del Partito Democrático, a pesar de los rumores que apuntaban a unas posibles elecciones anticipadas.

El líder de la Liga Norte, Matteo Salvini, durante la rueda de prensa que dio en Milán para analizar los resultados de las elecciones europeas. /REUTERS

Con estos resultados, la extrema derecha euroescéptica se queda lejos de sus objetivos, pero se consolida como una de las principales fuerzas en la Eurocámara. Tendrá una presencia importante, sí, pero lejos del tercio que esperaban y que habría podido bloquear de manera significativa el trabajo de la Unión Europea, en particular debido a la importante fragmentación entre sus miembros.

La debacle de la izquierda

Uno de los grandes perdedores de la noche ha sido el Grupo de la Izquierda Unitaria Europea y la Izquierda Verde Nórdica. La izquierda pasa de 52 a 38 representantes, tras perder gran parte de su representación en países que fueron clave en las pasadas elecciones como Alemania o España, donde la coalición Unidas Podemos se ha dejado un buen número de escaños.

En Grecia, el primer ministro Alexis Tsipras, ha decidido llamar a elecciones anticipadas, que el país tenía que celebrar en cualquier caso en octubre, tras confirmarse los resultados. Aunque Syriza mantiene la representación de la pasada legislatura, los populares de Nueva Democracia han sobrepasado al partido en el gobierno.

El candidato a la presidencia de la Izquierda, Nico Cué, se ha mostrado abierto a negociar con una mayoría “que quiera contribuir a una Europa más social.” Cué ha afirmado que la Izquierda mirará cualquier programa de gobierno que incluya la democratización de las instituciones, una Europa social y la transición ecológica.

Las negociaciones para definir la Eurocámara, presidente y vicepresidentes, comenzarán el próximo martes con una conferencia de presidentes de los grupos. Solo unas horas después, los líderes de la UE se reúnan en Bruselas, con un ojo puesto en las elecciones, para comenzar a discutir cómo se reparten las tres grandes carteras: Parlamento, Comisión y Consejo.