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El Ejército se retira de Washington y la capital se prepara para las protestas que recorrerán Estados Unidos

Tras la desescalada militar, Washington se prepara este sábado para la recibir a un millón de personas en su novena jornada de protestas por la muerte en Mineápolis de George Floyd, cuyo segundo memorial se celebra en su ciudad natal, Raeford, Carolina del Norte.

La pintada 'Black Lives Matter' ha sido estampada en una calle muy cercana a la Casa Blanca.- EFE/EPA/CARLOS VILAS DELGADO
La pintada 'Black Lives Matter' ha sido estampada en una calle muy cercana a la Casa Blanca.- EFE/EPA/CARLOS VILAS DELGADO

Manuel Ruiz Rico

Cuando en Washington se habla de desescalada no se refieren ya a la Covid-19 sino al ejército. Después de una semana en la que la ciudad ha estado bajo el toque de queda y tomada por fuerzas policiales y militares, que han agredido a manifestantes pacíficos, y con una Casa Blanca que estará vallada hasta el 10 de junio, la capital del país empezó ayer su particular desescalada. El ministro de defensa, Mark Esper, contrario a la estrategia militarista de Trump, ordenó el regreso a sus bases de los militares en activo que habían sido desplegados. Las manifestaciones en Washington han transcurrido sin altercados. El miércoles, último día con toque de queda, no hubo ningún detenido. Las protestas del jueves y de ayer fueron incluso festivas. La ciudad allana así el camino para acoger este sábado, en el corazón de un país herido, a una multitudinaria manifestación, que se espera festiva y pacífica en protesta por la muerte de George Floyd el pasado 25 de mayo en Mineápolis. Los organizadores esperan reunir en la capital del país a un millón de personas.

Será el noveno día seguido de protestas en Washington. La ciudadanía quiere hacer una demostración de músculo el mismo día en que se celebra en Raeford, Carolina del Norte, el segundo memorial por George Floyd; Raeford es su pueblo natal. El último memorial, el de la despedida definitiva, será el lunes en Houston, Tejas, donde se crió y vivió hasta mudarse a Mineápolis. En una rueda de prensa, el jefe de la Policía de Washington, Peter Newsham, aseguró que el cuerpo tiene "mucha información que sugiere que habrá un evento el sábado que puede ser una de las mayores manifestaciones que jamás haya habido en la ciudad". "Prevemos", quiso dejar claro Newsham, "que la protesta estará formada por manifestantes pacíficos que vienen a la ciudad a ejercer su derecho a la Primera Enmienda".

Los organizadores esperan reunir en la capital del país a un millón de personas

La policía de Washington ha previsto amplios cortes de tráfico en el centro de la ciudad a partir de las 5.00 horas hasta las 24.00, fundamentalmente en las zonas que comprenden la Casa Blanca, el edificio del Congreso (donde están las dos cámaras: el Senado y la Cámara de los Representantes) y gran parte del llamado National Mall (el parque de unos tres kilómetros que conecta el Congreso, en un extremo, con el Monumento a Lincoln, en el otro, donde Martin Luther King ofreció en 1963 su famoso discurso: Tengo un sueño).

Ante las escasas perspectivas de una jornada complicada y debido a la oposición manifestada desde el miércoles por el Ejército sobre la reacción militarista de Trump hacia las protestas, el ministro de Defensa, Mark Esper, dio la orden ayer para que la práctica totalidad de los 1.600 militares en activo que habían sido movilizados a la capital regresaran a sus bases de origen. 700 de ellos habían llegado a ser desplegados el jueves en las calles de Washington, un ejercicio muy contestado por el Pentágono y hasta por el Partido Republicano. Sólo una pequeña dotación permaneció este viernes en la base de Arlington, junto a la capital, por si tiene que dar asistencia puntual, informó la CNN.

Del mismo modo, el Pentágono, sede del Ministerio de Defensa, informó ayer que había ordenado a los casi 5.000 efectivos de la Guardia Nacional (un cuerpo de reservistas que se activan en casos de emergencia para dar asistencia a los Estados y a Washington) no portarán armas de fuego ni munición durante las manifestaciones que se celebren en la capital. Un portavoz del Pentágono confirmó al Washington Post que esta decisión se basa en el hecho de que las protestas en Washington han sido pacíficas. "El motivo detrás de esta decisión es mostrar una clara desescalada. Estamos aquí, pero estamos rebajando las cosas".

En Washington permanecen desplegados 5.100 efectivos de este cuerpo. En Estados Unidos, un total de 33 Estados ha reclamado su asistencia a raíz de las protestas por la muerte de George Floyd, motivo por el que se desplegaron 41.500 de estos soldados que, unidos a los que ya había en terreno en algunos lugares, la cifra total alcanzó los 67.000, la más alta de la historia. El récord anterior fueron los 51.000 desplegados en 2005 por el huracán Katrina.

La alcaldesa de Washington denunció que estaba siendo invadida por tropas federales

Para preparar la manifestación de este sábado, el colectivo Black Lives Matter estuvo durante toda la mañana de ayer pintando de amarillo sobre el fondo de asfalto negro en la calzada de la calle 16 precisamente esa inscripción, de unos 200 metros de larga: Black Lives Matter. La inscripción termina justo en el cruce con la calle H, a pocos metros de la Casa Blanca. Se trata de la misma esquina donde está la iglesia de San Juan, en la que Trump posó el lunes con una biblia en la mano. La alcaldesa de Washington, la demócrata Muriel Bower, renombró ayer ese tramo de calle. Un letrero con la nueva denominación cuelga ya de un poste ante la iglesia, a escasos metros de la residencia presidencial. Reza: Black Lives Matter Plaza.

Esto y la salida del ejército de Washington han supuesto una victoria de Bowser sobre Trump, puesto que la alcaldesa denunció que la ciudad (que es un Distrito pero no un Estado) estaba siendo invadida por tropas federales y de otros Estados sin motivo y sin permiso del gobierno local. El presidente no lo dejó pasar ayer y en un tuit calificó a Bowser de "incompetente". "Su presupuesto está fuera de control", siguió Trump, "y está continuamente viniendo a nosotros a por apoyo financiero. Y ahora critica a la Guardia Nacional, que la ha salvado del sonrojo".

Sin embargo, no ha sido sólo la alcaldesa, la policía local de Washington también ha criticado la excesiva presencia de cuerpos policiales y militares en la capital estos días, muchos de cuyos efectivos ni siquiera iban identificados, así como las agresiones del domingo y del pasado lunes a manifestantes pacíficos con pelotas de goma y gases lacrimógenos.

Más tarde, en una rueda de prensa en la Casa Blanca, Donald Trump no hizo ninguna autocrítica sobre lo sucedido durante la semana y sobre el asunto de George Floyd el presidente llegó a afirmar sin más que "George está mirando desde arriba y está diciendo que todo esto es una gran cosa que está pasando por nuestro país. Es un gran día para él".

Por la mañana, Bowser le había escribió una carta en la que le reclamaba que sacara de la capital todas las fuerzas de seguridad federales puesto que "esta multiplicidad de cuerpos puede llevar a peligrosas confusiones" y le echó en cara "el uso de helicópteros operando con tácticas de guerra para aterrorizar y dispersar a los manifestantes pacíficos". La alcaldesa le recordó a Trump, además, que la ley de Washington obliga a que todas las fuerzas del orden vayan identificadas y le manifestó que la ciudad está "bien equipada para lidiar con amplias manifestaciones y las actividades relacionadas con el derecho a la Primera Enmienda".

El candidato demócrata Joe Biden sí se refirió a las palabras de Trump en un discurso en Dover, Delaware, el Estado de Biden. "Las últimas palabras de George Floyd han resonado a lo largo y ancho de esta nación y alrededor del mundo. Que el presidente ponga otras palabras en boca de George Floyd, francamente creo que es despreciable".

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