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MADRID.- Cuatro mujeres más han denunciado al candidato republicano a la Presidencia de EEUU, Donald Trump por haber sido acosadas sexualmente por él. El magnate estadounidense ha negado estas acusaciones y ha dicho que sólo buscan beneficiar a la candidata demócrata, Hillary Clinton.
Las acusaciones llegan después de que se filtrara un vídeo del año 2005 en el que el magnate realizaba diversos comentarios machistas en los que se enorgullecía de besar a mujeres sin su permiso. La publicación de estas conversaciones han provocado multitud de críticas y su campaña electoral se ha visto comprometida. Tras el escándalo, Trump no tardó en disculparse: "Lo dije, estuvo mal y pido disculpas".
Dos de las mujeres que han denunciado el acoso sufrido por Trump lo han han hecho a través de The New York Times donde han asegurado que una lo sufrió en un avión hace tres décadas y la última en 2005, en un ascensor.
Jessica Leeds, que ahora tiene 74 años, ha explicado al diario neoyorquino que hace tres décadas el empresario, sentado en primera clase junto a ella en un vuelo a Nueva York, le tocó los pechos e intento meter su mano debajo de la falda apenas unos minutos después del despegue y sin que se hubieran conocido antes.
"Era como un pulpo", ha explicado la mujer, que salió corriendo para sentarse en las últimas filas el resto del vuelo.
"Fue una agresión", apuntó Leeds al diario, que explica que la mujer no denunció los hechos al personal del avión porque "en esa época las mujeres de negocios a menudo tenían que soportar esos comportamientos de sus compañeros varones".
El segundo testimonio es el de la joven Rachel Crooks y habría pasado en el ascensor de la Trump Tower de Manhattan en 2005. Crooks ha explicado que se presentó al magnate al coincidir en el ascensor y dado que su empresa hacía negocios con él y que la respuesta de Trump fue besarla en la boca.
"Me besó directamente en la boca", cuenta al diario la mujer, que explicó que no fue un accidente sino una violación, según relata el periódico.
Ante estas acusaciones, Jason Miller, portavoz de la campaña republicana, ha tachado de "ficción" el artículo del diario The New York Times.
La tercera denunciante es una mujer de Florida que ha asegurado que Trump la "toqueteó" en 2003 al término de un concierto en el hotel Mar-a-Lago, ubicado en Palm Beach (EEUU) y propiedad del magnate inmobiliario.
Según ha denunciado Mindy McGillivray al periódico Palm Beach Post, el hecho ocurrió tras un recital ofrecido por Ray Charles en este hotel del sur de Florida, a la que había ido, como en otras seis ocasiones, en calidad de asistenta del fotógrafo de la propiedad, Ken Davidoff.
Según relata la mujer de 36 años, en un momento dado estaba de pie detrás del escenario junto al fotógrafo observando al intérprete y a su derecha estaba Donald Trump junto con su pareja Melania, cuando de pronto sintió que la agarraban.
"De repente sentí un toqueteo, un pequeño empujón. Creí que era la bolsa de la cámara de Ken, fue mi primer instinto. Me doy la vuelta y ahí está Donald. El como que quita la mirada rápidamente. Yo rápidamente me doy la vuelta hacia Ray Charles, y me quedo aturdida", relató la mujer, quien le contó de inmediato el hecho al fotógrafo. "Fue bastante cerca del centro de mi trasero. Me sobresalté, salté", agregó.
McGillivray afirmó que nunca hizo una denuncia ante las autoridades policiales a raíz de este hecho, pero que tras el segundo debate presidencial celebrado el pasado fin de semana, en especial después de que Trump negara haber toqueteado a mujeres, se decidió a compartir su historia con el diario local.
La última denunciante ha sido la periodista de la revista People, Natasha Stoynoff, quien asegura que Trump abusó de ella en 2005 durante una entrevista que le hizo al magnate y a su esposa, Melania, entonces embarazada.
En diciembre de 2005, según el relato de Stoynoff publicado este jueves en People, la periodista, que normalmente estaba encargada de la cobertura de Trump, viajó a Palm Beach (Florida) para entrevistar a la pareja con motivo de su primer aniversario de boda y realizar un reportaje fotográfico.
"Cuando nos tomamos un descanso para que la muy embarazada Melania subiera al piso de arriba y se cambiara de ropa para más fotos, Donald quiso mostrarme la mansión. Había una habitación 'tremenda', dijo él, que yo tenía que ver", explicó Stoynoff.
"Entramos solos a la habitación, y Trump cerró la puerta (...) Me giré, y en segundos, él me empujó contra la pared, y metió su lengua hasta mi garganta", añadió la periodista, que dijo que Trump estaba "gordo" y que no pudo hacer nada para frenarle.
Al cabo de un minuto, narra Stoynoff, el mayordomo interrumpió para avisarles de que Melania estaba casi lista para seguir con la entrevista.
Antes de que llegase Melania, sin embargo, Trump tuvo tiempo de seguir acosándola: "Tu sabes que vamos a tener una aventura, ¿verdad? (...) Vamos a tener una aventura, te lo digo", le espetó el magnate a Stoynoff.
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