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La cruzada de la extrema derecha contra el colectivo LGTBI+: un recorrido por Italia, Turquía y Argentina

"El odio que sufrimos casi a diario no es nuevo. Lo que cambia es que ahora la gente nos discrimina con la legitimación de los que mandan", denuncian los activistas.

Imagen con fotos de Europa Press de Javier Milei, Giorgia Meloni y Recep Tayyip Erdogan.
Imagen con fotos de Europa Press de Javier Milei, Giorgia Meloni y Recep Tayyip Erdogan. Europa Press

El PP y Vox han unido fuerzas para pisotear los derechos LGTBI+ a las puertas del Orgullo. Los municipios y las comunidades donde gobiernan no han colgado la bandera arcoíris y son varios los cargos públicos que han definido al colectivo como "lobby". La manosfera también insiste en la necesidad de celebrar el orgullo hetero, un mantra que crece al calor de las redes y los discursos de la extrema derecha.

El informe Laws On Us sitúa España entre los países europeos más avanzados en derechos del colectivo. El RainbowMap de la Asociación Internacional de Lesbianas, Gays, Bisexuales, Trans e Intersex (ILGA) clasifica las capitales del viejo continente según sus desarrollos legislativos en materia LGTBI+. El mapa evidencia cómo los líderes ultra instrumentalizan al colectivo para movilizar y dividir a sus votantes. Turquía, Polonia y Rumanía encabezan una lista en la que también escalan posiciones Italia o Hungría. La Argentina de Milei se presenta como una especie de reflejo –para los mandatarios conservadores– al otro lado del océano. ¿Cómo resiste el colectivo cuando el poder está en manos de la extrema derecha?

"Las esferas de poder sobreexponen al colectivo a una violencia que no solo tiene consecuencias legales, sino también físicas  y psicológicas", advierte Beatriz Martos, responsable del trabajo LGTBI+ en Amnistía Internacional. Los recortes no son solo responsabilidad de Milei, Meloni y Erdogan. Los expertos aseguran que la sombra del retroceso avanza a pasos agigantados también en otros países donde se habían consolidado ciertos avances durante los últimos años, como España –por las políticas anti-LGTBI+ de Ayuso–, Reino Unido y Francia

El matrimonio igualitario sigue siendo una tarea pendiente para los italianos. El país solo permite las uniones civiles, reconocidas desde 2016, aunque no confieren los mismos derechos. Las personas trans también tienen que superar una larga carrera de obstáculos para conseguir el reconocimiento legal de género. "El odio que sufrimos casi a diario no es nuevo. Lo que cambia es que ahora la gente nos discrimina de manera más explícita y con la legitimación de los que mandan", señalan desde la plataforma Out! Ferrara.

"Milei ha cerrado los espacios que se ocupaban de darle voz al colectivo"

"Los desprecios hacia el colectivo siempre han calado en Italia y Meloni no hace más que explotar esta circunstanciaEl problema se agudiza en los pueblos y las ciudades pequeñas. Me gustaría volver a la ciudad de la que vengo, pero no están preparados para aceptarme", lamenta Simon, activista trans. Lo mismo sugiere Pie Formosa, que vive desde hace dos años y medio como refugiada LGTBI+ en Padua. "Los requisitos de asilo para las personas del colectivo se han vuelto cada vez más exigentes. Meloni amenazó con expulsarnos y eso me aterrorizó", advierte.

Las autoridades italianas también han prohibido la inscripción de la segunda madre de bebés nacidos a través de técnicas de reproducción asistida, es decir, la filiación de las madres lesbianas. La líder de Fratelli d'Italia también se ha posicionado en contra de la adopción de niños por parte de las familias LGTBI+. "Las madres lesbianas fueron amenazadas con perder la custodia de sus hijos. Los casos que conozco no son precisamente de recién nacidos, hablamos de estudiantes de secundaria o incluso bachillerato", argumenta Elios, activista por los derechos de las personas no binarias.

"Las mejores políticas para intentar estar a salvo son esconderse y abandonar los pueblos. Los comportamientos discriminatorios y de odio no solo están socialmente aceptados, sino que son bastante comunes", reivindica Greta, activista trans que ha preferido dar un nombre ficticio para proteger su identidad. La joven vive en una ciudad de menos de 10.000 habitantes al norte de Italia. En las últimas elecciones europeas, Meloni y Salvini consiguieron cerca del 45% de los votos en esta región y toda la coalición de Gobierno reunió más de la mitad de los sufragios.

Las fuentes consultadas por Público coinciden al destacar que el colectivo LGTBI+ corre el riesgo de perder los "pocos derechos" que ha logrado conquistar durante los últimos años. La violencia y los discursos de odio han aumentado en los últimos meses y los datos de suicidios preocupan a los miembros de la comunidad. "Meloni está aprovechando la hostilidad del pueblo italiano para cumplir su agenda que recorta derechos LGTBI+", sugiere Simon. La ley Zan, una de las pocas medidas propuestas para criminalizar la homofobia, la transfobia y la bifobia, no salió adelante por el rechazo del Parlamento italiano. La extrema derecha y los conservadores celebraron públicamente el resultado de la votación.

Milei saca las tijeras contra el colectivo LGTBI+

Las asociaciones argentinas de derechos humanos definen 2023 como un "mal año" para la igualdad y los derechos del colectivo. Javier Milei llegó a la Casa Rosada hace apenas seis meses, pero no tardó en sacar la tijera. El mandatario ultra le declaró la guerra al lenguaje inclusivo y tumbó la norma que pretendía blindar la inclusión de las personas trans en las administraciones públicas. "Los discursos contra la diversidad han aumentado de manera exponencial. Milei promueve de manera directa estas prácticas. El Gobierno ha mandado cerrar todos los espacios que se ocupaban de darle voz al colectivo y protegerlo de la violencia y la discriminación", precisa María Rachid, portavoz de la Federación Argentina LGBT (FALGBT)

El asesinato de tres mujeres lesbianas en Barracas (Buenos Aires) el pasado mes de mayo hizo saltar las alarmas. El autor del triple crimen lanzó una botella con líquido explosivo contra la habitación de las cuatro víctimas –solo una de ellas logró sobrevivir–. El individuo las había amenazado de muerte con anterioridad y les llegó a llamar "engendros" por su condición sexual. "El Gobierno y sus aliados promueven este odio mientras recortan y eliminan políticas en favor de una igualdad cada vez más lejana", denuncia Fer Albornoz, secretario de salud mental de la misma organización. 

Erdogan define al colectivo como "un veneno inyectado en la institución de la familia"

Milei comparó en su día la homosexualidad con la zoofilia y su biógrafo llegó a decir que era una "conducta insana a erradicar". La directora ejecutiva de Amnistía Internacional Argentina, Mariela Belski, pone el foco en los discursos del líder de La Libertad Avanza: "La deshumanización de las personas LGTBI+ nos preocupa. Milei difunde estas narrativas y crea un caldo de cultivo perfecto para los crímenes de odio. Ninguna persona debe ser quemada viva por amar libremente a alguien de su mismo sexo". El Observatorio Nacional de Crímenes de Odio contra personas LGTBI+ registró 133 denuncias solo en 2023. Las personas trans fueron el blanco de ocho de cada diez ataques.

"La comunidad LGTBI+ de Argentina vive con temor. Milei no tiene de momento los votos suficientes para aplicar según qué recortes, pero los retrocesos llegarán en cuanto sume esa mayoría. El presidente ha amenazado con derogar el matrimonio igualitario, la ley de identidad de género y el derecho al aborto", advierten desde la FALGBT. Las fuentes consultadas por Público sostienen que la "ola ultra" está castigando a un país que ha sido "vanguardia mundial" en materia de derechos humanos y reconocen que por primera vez desde el fin de la dictadura un Gobierno pretende "romper los consensos más básicos de la democracia".

Los casos de Turquía, Hungría y Polonia

Erdogan ha prohibido en Turquía la celebración del Orgullo y persigue "de manera arbitraria" a las personas que salen igualmente a manifestarse. El presidente llegó a definir –en discursos electorales– al colectivo LGTBI+ como "un veneno inyectado en la institución de la familia que no se puede aceptar". Los activistas consideran que estos mensajes sirven de trampolín para las retóricas de odio y la estigmatización de la diversidad sexual. "Estambul es una especie de burbuja, porque la situación en términos generales es complicada. Las muestras de cariño en público [con personas del mismo sexo] tenemos que cuidarlas", señala Eylül. La joven vive en la Ciudad Antigua y se considera una persona bisexual.

Polonia y Hungría también figuran entre los países de la Unión Europea con una legislación más laxa para el colectivo LGTBI+, según el RainbowMap de ILGA. Las administraciones polacas adoptaron una serie de resoluciones en los últimos meses que son abiertamente homófobas. "Estos espacios, conocidos como zonas sin personas LGTBI+, vienen a ser lo equivalente a los espacios libres de violencia machista en España", compara Beatriz Martos, responsable del área de diversidad de Amnistía Internacional. 

El ultraderechista Viktor Orbán ha adoptado en Hungría normas contra la promoción de la homosexualidad y el cambio de género entre menores. El mandatario también ha limitado la representación de la comunidad LGTBI+ en los colegios, institutos y medios de comunicación. "No podemos perder de vista tampoco lo que hace Georgia, país candidato a entrar en la UE. El Gobierno [ultracatólico] calificó de extremista al movimiento LGTBI+ y amenazó con graves retrocesos a las personas del colectivo. Las agresiones físicas y verbales han crecido en todo el continente al calor de los discursos de la extrema derecha", sentencia Martos. 

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