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Argelia, aliado del Polisario, mira con inquietud la crisis entre Marruecos y España
Enfrentado a Marruecos por la influencia en el Magreb, principal aliado y defensor del Frente Polisario, Argelia constituye una tercera y esencial variante de la actual crisis entre Madrid y Rabat.
Javier Martín (EFE)
Madrid-
Enfrentado a Marruecos por la influencia en el Magreb, principal aliado y defensor del Frente Polisario y la causa saharaui y socio estratégico vital para España, Argelia constituye una tercera y esencial variante de la actual crisis entre Madrid y Rabat, una crisis que observa con atención desde el trasladado a un hospital de Logroño del presidente de la República Árabe Saharaui Democrática (RASD) y líder del Polisario, Brahim Ghali.
Ghali, que fue ministro de defensa durante la larga guerra con Marruecos (1975-1991), delegado saharaui en España (1999-2008) y embajador de la RASD en Argelia (2008-2015) -el puesto diplomático más importante- antes de suceder en 2016 al histórico líder saharaui Mohamad Abdelaziz, fue trasladado a la capital riojana el pasado 18 de abril para ser tratado de la covid-19.
Según la versión más extendida, lo hizo a bordo de un avión medicalizado argelino, a petición de Argel, y bajo una identidad falsa, fórmula que ahora se aprestan a investigar las autoridades judiciales.
El gobierno español admitió que el controvertido líder saharaui, que tiene procesos judiciales abiertos en España, había sido recibido por "razones humanitarias", palabras que desataron el malestar de Marruecos, que en 1975 ocupó la antigua colonia española del Sahara Occidental con una procesión de civiles y militares conocida como "la Marcha Verde".
El pasado octubre, Ghali anunció la ruptura del acuerdo de alto el fuego firmado por mediación de la ONU en 1991 en respuesta a una incursión del Ejercito marroquí contra un grupo de saharauis que bloqueaban Guerguerat, una zona desmilitarizada que separa Mauritania de los territorios ocupados por Marruecos en el Sahara Occidental y que Nuachokt y Rabat explotan como paso comercial.
Desde entonces, el Polisario asegura que ataca "a diario" posiciones militares marroquíes a lo largo del muro de Seguridad construido en el desierto -el más largo del mundo-, acciones de hostigamiento que Marruecos no comenta y que parecen contar con el apoyo tácito de Argelia, que se esfuerza por frenar la creciente influencia de su rival ha logrado en el Sahel y el Magreb.
El papel de Argelia
"Marruecos está en una situación muy difícil. Hace unos meses confiaba en que la decisión del entonces presidente de Estados Unidos, Donald Trump, de reconocer la marroquinidad del Sahara a cambio del reconocimiento de Israel le daría el impulso definitivo, y ahora ve que la nueva administración no es tan proclive, y que recibe críticas del resto sus hermanos árabes por la guerra en Gaza", explica a Efe una fuente diplomática.
"Argelia siempre ha visto con inquietud estos movimientos de Marruecos y tras la salida (en 2019 del presidente Abdelaziz) Bouteflika ha cambiado la estrategia diplomática para tratar de frenar el expansionismo de su vecino y recuperar sus áreas tradicionales de influencia. Y la defensa de la cuestión saharaui es una de líneas rojas del Ejército argelino" , agregá la fuente, que prefiere no ser identificada.
Una estrategia que Marruecos ha desarrollado en el último lustro a través de acuerdos comerciales y culturales con los países africanos y que ha combinado con una campaña diplomática en el marco de la Unión Africana, una de las instituciones internacionales que reconocen a la RASD.
En este contexto, la crisis en Ceuta aparece como otra variante del pulso de Marruecos con Argelia, país que tienen una difícil relación con Francia -aliado de Rabat- y amigables lazos con España, nación a la que le une una estrecha relación energética y de seguridad. Ambas no solo cooperan en la lucha contra el terrorismo internacional y la migración irregular -que desde Argelia a España se ha multiplicado en los últimos años. El gas argelino es vital para la industria de España, ya que supone cerca del 55% por ciento de las importaciones anuales.
Triángulo complejo
Fuentes diplomáticas europeas y árabes consultadas en la región creen que esta maraña de vínculos cruzados hace que la situación sea extremadamente compleja, y advierten que se puede llegar a complicar también las relaciones entre Madrid y Argel si Ghali es procesado.
El martes, en pleno cénit de la crisis, el juez Santiago Pedraz anunció la reapertura de una investigación por una querella presentada en España contra el líder del Polisario y otros responsables saharauis - por presuntos delitos de genocidio y torturas- e interpuesta por la Asociación Saharaui para la Defensa de los Derechos Humanos -ASADEH
Según informan este miércoles medios españoles, Ghali se ha negado a firmar la citación cursada por la Audiencia Nacional para tomarle declaración el próximo 1 de junio por las dos causas que tiene abiertas y argumentado que primero quiere consultar con "personas de su confianza y con la embajada de Argelia", la tercera parte interesada de un conflicto regional que observa con atención y que atañe igualmente a Europa.
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