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Las claves de la derrota de Le Pen: del compromiso antifascista a la movilización de las izquierdas en tiempo récord

El Nuevo Frente Popular (NFP) tendrá 182 diputados en la Asamblea Nacional y pide un primer ministro de izquierdas. "La implicación de la sociedad civil –colectivos, sindicatos, figuras del deporte– ha sido crucial", señalan los expertos.

Marine Le Pen, durante el acto ‘Viva 24’ de VOX, en el Palacio de Vistalegre, a 19 de mayo de 2024.
Marine Le Pen, durante el acto ‘Viva 24’ de VOX, en el Palacio de Vistalegre, a 19 de mayo de 2024. A. Pérez Meca / Europa Press

La estrategia para contener a la extrema derecha francesa ha funcionado. El Nuevo Frente Popular (NFP) tendrá 182 diputados en la Asamblea Nacional. La coalición que lidera Jean-Luc Mélenchon ha ganado la segunda vuelta de las elecciones legislativas, por delante de los macronistas (168) y la Agrupación Nacional (RN) de Bardella y Le Pen. El partido ultra partía como favorito después de la primera votación, pero quedó relegado a la tercera posición con 143 escaños. El resultado ha pillado por sorpresa al pueblo francés y sitúa el país frente a un laberinto político "sin precedentes".

Gráfico con los resultados de la segunda vuelta de las elecciones legislativas de Francia.
Gráfico con los resultados de la segunda vuelta de las elecciones legislativas de Francia. Europa Press

Le Pen y Bardella soñaban con una victoria abrumadora tras los buenos resultados de la extrema derecha en las elecciones europeas e incluso en la primera vuelta de las legislativas francesas. La Agrupación Nacional encabezaba todas las encuestas y los institutos demoscópicos subestimaron el poder del llamado frente republicano. ¿Cómo ha conseguido la coalición de izquierdas darle la vuelta al marcador?

"La confrontación con la extrema derecha ha sido clave y pone de relieve una lección: no podemos caer en la trampa de tratar al electorado más moderado de una manera complaciente. La confrontación no hubiera servido de nada sin un programa sólido, con un discurso de oposición y propuestas", reconoce Arsenio Cuenca, investigador en l'École Pratique des Hautes Études de París. Los expertos ponen también el foco en el "compromiso antifascista" de los votantes y en la capacidad de organización de la sociedad civil francesa. 

Las triuangulares también han jugado un papel fundamental. El sistema electoral francés utiliza este término para referirse a las circunscripciones en las que más de dos candidatos pasan la primera criba. Los resultados del pasado domingo abocaron a más de 300 territorios a esta situación. El Nuevo Frente Popular retiró "sin titubeos" sus candidaturas cuando el macronismo tenía más posibilidades de derrotar al representante de la extrema derecha. El partido del presidente francés, sin embargo, no hizo lo mismo cuando la coalición de izquierdas estaba por encima.  

"El Nuevo Frente Popular le salvó el culo al macronismo con la retirada de candidaturas. Lo hicieron por puro compromiso, para fortalecer el frente republicano. El electorado de izquierdas ha depositado su voto por una candidatura macronista en siete de cada diez casos [cuando su partido no concurría con lista propia]", añade Arsenio Cuenca. La cifra cambia si tenemos en cuenta el comportamiento de los simpatizantes de Macron: solo la mitad de los votantes confiaron en la coalición de izquierdas para neutralizar a Le Pen y Bardella, según datos del Instituto Ipsos difundidos por Le Parisien. El 38% del electorado macronista ha preferido abstenerse que depositar la papeleta de un candidato progresista. 

La Agrupación Nacional rozaba la mayoría absoluta en casi todos los sondeos. Las izquierdas no solo han conseguido evitar este resultado, sino que han terminado en cabeza la cita con las urnas. "El primer paso hacia la victoria ha sido construir esta coalición en un tiempo récord. En un sistema electoral como el francés y ante una izquierda tan disgregada, era importante sortear las eliminaciones mutuas en la primera vuelta. La implicación de la sociedad civil –colectivos, sindicatos, figuras del deporte y la cultura– ha sido crucial", reconoce Aldo Rubert, profesor de Sociología Política en la Universidad de Lausanne.

"Las urnas han sido claras al castigar las políticas del Gobierno de Macron y rechazar una mayoría ultraderechista. La Francia Insumisa ha salido reforzada tras estas elecciones, pese a la campaña de descrédito que han tratado de hacer durante estas semanas muchos medios", advierte Maxime Da Silva, miembro del partido y candidato por la circunscripción española. La Francia Insumisa era el partido con más candidaturas dentro del Nuevo Frente Popular. La coalición también integra a otros grupos como el Partido Socialista, Los Ecologistas y el Partido Comunista Francés.

"El acuerdo entre las fuerzas políticas de izquierdas nace como respuesta ante la clara percepción de un peligro real. El avance de la extrema derecha generó la necesidad de un cordón sanitario. Los mensajes llamando al pueblo a votar funcionaron bien en las redes sociales, imprescindibles para movilizar al electorado", sostiene Alina Danet, politóloga y profesora en la Universidad de Granada. Los números no le dan la mayoría absoluta a ninguno de los bloques. Las izquierdas trabajan "duro" para presentar el nombre de un primer ministro capaz de contentar al grueso del parlamento, mientras que los primeros roces amenazan con brotar.   

La mirada puesta en las "divisiones" previas

Esta no es la primera vez que las izquierdas concurren bajo el paraguas de una "gran coalición" a la cita con las urnas. La Nueva Unión Popular Ecológica y Social (NUPES) consiguió en los últimos comicios 131 diputados en la Asamblea Nacional. El grupo, sin embargo, quedó "completamente dividido" tras la convocatoria electoral. "Si la coalición fracasa, La Francia Insumisa se quedaría con 75 diputados y la extrema derecha sería el partido más fuerte. Es una coalición que ha confeccionado un programa muy ambicioso en tiempo récord, pero nadie puede ocultar las desavenencias, muchas veces frontales, que existen en la izquierda francesa –sobre todo en cuestiones internacionales–", recuerda Aldo Rubert. 

Jean-Luc Mélenchon reclamó para la coalición de izquierdas la jefatura del Gobierno. El dirigente de La Francia Insumisa considera que un posible pacto con Macron sería incompatible con su programa electoral y cita como puntos irrenunciables la suspensión de la reforma de las pensiones, el bloqueo de los precios de los productos básicos y la subida del salario mínimo hasta los 1.600 euros mensuales. "Trabajamos para proponer un Gobierno que aplique el programa conciso y ambicioso, tanto en lo social como en lo ecológico, que nos ha permitido ganar", sugiere Maxime Da Silva. Las fuentes consultadas por Público no descartan que con el baile de nombres puedan surgir los primeros conflictos.

"El Nuevo Frente Popular tiene que solventar dos cuestiones. La primera es que la movilización política y social no va a tener un efecto duradero. Francia tiene una cultura de protesta social muy sólida y no podemos olvidarlo. La segunda es que los resultados no son sencillos para la gobernabilidad", subraya Alina Danet. Los expertos creen que las negociaciones van a girar en torno al nombre del primer ministro y sospechan que las izquierdas no quieren llegar a "grandes compromisos" con el macronismo. 

España y las coaliciones de izquierdas

Los resultados de este domingo han dejado claro que la alternativa a la extrema derecha no es el macronismo, sino el Nuevo Frente Popular. "Los líderes de la coalición están confrontando directamente con Macron, porque quieren pelear por un Gobierno autónomo, sin tender puentes con Ensemble", detalla Arsenio Cuenca. El distanciamiento de los macronistas refuerza la teoría de la herradura [los extremos, se tocan] y certifica que los votantes progresistas saben bien cuál es su enemigo. "Macron ha legitimado a los ultras y ha aprobado medidas antisociales, pero en el momento de la verdad los electores han demostrado un compromiso antifascista sin palativos", destaca Aldo Rubert.

El Nuevo Frente Popular cogió forma unos días después de que Macron anunciara el adelanto electoral. Los partidos que integran la coalición chocan en diversos temas y las trifulcas entre sus líderes son habituales. La necesidad de un "cordón democrático" hizo que los distintos grupos dejaran atrás sus diferencias y elaborasen un programa común. "La coalición incorpora casi todo el espacio político de las izquierdas, desde los socialistas hasta un pequeño partido trotskista. En España, sería impensable conseguir algo así. El PSOE sigue siendo un partido hegemónico y no cedería", sentencia Aldo Rubert. Las fuentes consultadas por este diario prefieren no comparar la situación con la de Sumar porque, según dicen, "el contexto es diferente" y su recorrido "no tiene por qué ser replicable".

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