Este artículo se publicó hace 3 años.
Chile se ve obligada a usar los ahorros de las pensiones como ayuda a las familias para afrontar la crisis económica
El tercer retiro de los fondos ha provocado un duro golpe al presidente Piñera, que intentó frenarlo con un recurso ante el Tribunal Constitucional.
Meritxell Freixas
Santiago De Chile-
Cientos de miles de chilenos y chilenas han respirado aliviados esta semana. Los recursos que no han recibido del Estado para hacer frente a la crisis económica provocada por la pandemia les llegarán a través de sus propios ahorros de pensiones. Por tercera vez desde el inicio de la emergencia, a partir del próximo lunes, podrán retirar de forma anticipada un 10% del dinero que acumulan en los fondos destinados a la jubilación, que en Chile gestionan de forma privada las llamadas administradoras de fondos de pensiones (AFP).
"Con el primer retiro me arreglé la dentadura y resolví algunas deudas. El segundo se me fue en alimentos y una ayuda a mi hija con su arriendo, porque quedó sin trabajo en la pandemia, y ahora pretendo operarme el brazo, que lo tengo fracturado. La salud acá es muy cara y con eso ya se me irá más de la mitad del 10%". Víctor López tiene 53 años y trabaja de conserje en dos edificios diferentes, uno en turno de tarde y otro de noche. Nueve horas al día en cada uno. Es la forma para llegar a fin de mes. Ha seguido con atención la tramitación del proyecto de ley del tercer retiro, una reforma constitucional que se promulgó el martes: "No me da miedo sacar el dinero de las pensiones, así lo aprovecho ahora que soy joven y lo puedo disfrutar", dice. Según sus cálculos, sus ahorros le habrían dado una pensión de 220.000 pesos mensuales, unos 250 euros, por lo que de todas formas habría sido poco.
Víctor López: "La salud acá es muy cara y con eso ya se me irá más de la mitad del 10%"
El Gobierno de Sebastián Piñera ha destinado 18.000 millones de dólares en ayudas para la emergencia, pero el monto ha quedado corto. "El Ejecutivo ha insistido en políticas hiperfocalizadas (y no universales), insuficientes y de corte neoliberal para enfrentar la crisis", explica Francisca Barriga, investigadora y economista de la Fundación Sol, dedicada al estudio del mercado laboral chileno. "Se ha considerado la línea de la pobreza como un tope, no como un mínimo", añade. El también economista Gonzalo Cid, del Centro de Estudios Nacionales de Desarrollo Alternativo (Cenda), apunta que la "letra chica" de las ayudas del Gobierno ha generado "mucha desconfianza e incertidumbre". Los beneficiarios han sido pocos comparado con la gran cantidad de afectados, por lo que muchos se han visto obligados a salir a buscar su sustento, a pesar del confinamiento obligatorio decretado en buena parte del país, que atraviesa el peor momento de la segunda ola, con más de 7.000 nuevos contagios diarios.
Pensiones pírricas
El modelo de pensiones chileno se basa en un plan de ahorro privado que obliga al trabajador a destinar un 10% de su salario a una cuenta individual gestionada por las AFP, grandes empresas que invierten el dinero de los contribuyentes al mercado financiero. Fue instaurado durante la dictadura de Augusto Pinochet y hoy está fuertemente cuestionado por las míseras jubilaciones que otorga.
Los hombres que han cotizado entre 20 y 25 años obtienen pensiones inferiores a 230.000 pesos promedio (unos 265 euros) y la mitad de ellos menos de 142.000 pesos (165 euros), según cifras del mes de febrero la Superintendencia de Pensiones, organismo supervisor. Para las mujeres, el panorama es aún peor: reciben pensiones autofinanciadas de 103.000 pesos promedio (120 euros) y la mitad de ellas no alcanzan los 72.000 pesos (85 euros). Quienes están entre el 60% más empobrecido de la población cuentan con un aporte complementario de alrededor de 158.000 (185 euros) procedente de una suerte de fondo (pilar) solidario.
Según Barriga, retirar ahorros es una "mala práctica" porque lleva a los trabajadores a pagar la crisis con sus medios
"Un retiro, dos o incluso tres no generan tanta merma en el ahorro porque las pensiones en promedio son muy bajas y dependen del pilar solidario", comenta Francisca Barriga. Aunque considera que el retiro de ahorros es "una mala práctica" porque lleva a los trabajadores y trabajadoras a pagar la crisis con sus propios medios, entiende que, en general, "a la práctica se traduce en 20.000 o 40.000 pesos (entre 23 y 46 euros) menos de pensión cada mes que las personas están dispuestas a perder para hacer frente a la crisis". Según las últimas encuestas, el 80% de quienes guardan el dinero en AFP retiraría sus fondos de pensiones sabiendo que puede quedar sin ahorros.
Hacia el cuarto retiro
Economistas y expertos han seguido de cerca el impacto de los efectos del primer y el segundo retiro. "A nivel global, han tenido un efecto positivo, sobre todo el primero porque buena parte de los 38.000 millones de dólares que hasta ahora se retiraron se ha gastado en consumo y pago de cuentas, lo que genera una actividad económica directa", subraya Gonzalo Cid. Ese dinero –dice– tiene un efecto en la economía "mucho más inmediato" que cuando ingresa en los sectores más altos, que en su mayoría lo ahorra. "Para las familias es un ingreso que permite un cierto relajo y les genera certidumbre una vez que se asegura que el retiro va a llegar", añade el investigador.
Los tres retiros –de julio, diciembre y este de mayo– han contado con el apoyo mayoritario de la sociedad chilena. La ciudadanía presionó durante su tramitación con cacerolazos, algunas barricadas e incidentes aislados en algunos sectores. Más allá de disponer de sus cotizaciones para enfrentar crisis, muchos ven en ese vaciado progresivo de los fondos una manera de debilitar el actual modelo de pensiones, que representa el corazón del modelo neoliberal chileno.
Piñera, que en el pasado fue director de una AFP, ha tratado de impedir este tercer retiro por todas las vías. Abrió un pulso con el Congreso, que apoyaba por amplia mayoría la propuesta, incluso con parlamentarios de su propio sector. La coalición de gobierno quedó tocada y, a pesar de las presiones tanto del oficialismo, como de la oposición y la ciudadanía, decidió presentar un recurso ante el Tribunal Constitucional (TC) para frenarlo. Esta vez, pero, y casi de forma inédita, el TC no dio la razón al presidente y desestimó su recurso. A las pocas horas promulgaba al tercer retiro: "Respetamos y acatamos la decisión del TC (...) sin compartirla", precisó el mandatario. Al día siguiente, un grupo de diputados presentaba el proyecto para el cuarto retiro.
"Si se llega a un quinto, sexto o más retiros, las AFP como elementos centrales del sistema de previsión social en Chile comenzarán a tambalear y hay una alta probabilidad de que dejen de existir tal y como funcionan hoy en día", opina Gonzalo Cid. Para Francisca Barriga, ahí se abre la oportunidad de hacer un cambio estructural en el actual modelo de pensiones a mediano y largo plazo. La demanda para transitar hacia un sistema de reparto más equitativo está instalada: "Un modelo que pueda abarcar principios de solidaridad, suficiencia y universalidad que hoy no tenemos", resume.
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