Una bebé nacida bajo los escombros del terremoto de Siria sufre varios intentos de secuestro

El Observatorio Sirio de Derechos Humanos ha informado que el grupo armado División Sultán Murad –acusado de usar niños soldado– ha intentado secuestrar hasta en tres ocasiones en menos de 48 horas a una bebé nacida bajo los escombros de un edificio en la ciudad siria de Jindris tras los terremotos que sacudieron la frontera de Turquía y Siria el 6 de febrero.

Fuentes de los equipos de recate han precisado que la madre de la bebé murió bajo los escombros poco después de dar a luz. Del mismo modo, su padre y sus cuatro hermanos también fallecieron en la catástrofe. La pequeña, tras sobrevivir a los seísmos, fue rescatada cuando seguía unida a su madre a través del cordón umbilical.

Nada más ser rescatada por los servicios de emergencia, la pequeña fue ingresada de urgencia en un hospital de la localidad siria de Afrin, para recibir tratamiento médico por los hematomas y magulladuras sufridos. La bebé, de apenas una semana, ha sido "bautizada" con el nombre de Arya, por decisión de los sanitarios que la atienden.

La esposa de Bashar al Asad intentó adoptarla

Tras conocerse la noticia, varias organizaciones han realizado llamadas y ofertas multimillonarias para adoptarla, un interés que habría llevado a algunas facciones a irrumpir en el hospital tratando de secuestrar a la niña.

No han sido los únicos que se han interesado por la pequeña. Algunos oficiales del Gobierno sirio de Bashar al Asad se habrían presentado en nombre de unos comerciantes de Damasco para adoptarla, asegurando que pertenecían a una organización benéfica. Más tarde, como pudieron verificar los médicos del hospital, la asociación estaba a nombre de Asma al Asad, la esposa del presidente sirio. 

Desde el Observatorio Sirio de Derechos Humanos apuntan a que "el régimen intenta secuestrarla para lavar su imagen frente a los medios globales.

Una situación parecida en el seísmo de Haití en 2010

La práctica de intentar secuestrar a niños pequeños tras este tipo de catástrofes no es nueva. En 2010, ya pasó en Haití tras el terremoto que azotó el país la segunda semana de enero de aquel año. El Director General de la Policía Nacional Haitiana, Mario Andrésol, aseguró por aquel entonces que "muchos niños desaparecieron en los días siguientes al seísmo", según recogió Efe.

Una situación que puede llegar a producirse por el hecho de que decenas de miles de familias vivan a la intemperie, lo que posibilita que se intensifique el tráfico de niños, ya que los menores pasan todo el día expuestos al contacto con desconocidos, según argumentó en su día Andrésol.

El policía aseguró también que en los días posteriores al terremoto se hablaba del "Loupgarou" (el ogro u hombre del saco), un personaje de la tradición local que roba a los niños para comérselos, como intento de explicar, de algún modo, la desaparición de los menores.